Tengo la espada sagrada? - Capítulo 20
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Capítulo 20 – No te atrevas.
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Abriendo los ojos por primera vez, parpadeó ante la luz que se filtraba entre las ramas de los árboles de hojas escarlata.
Su piel desnuda se erizó al contacto con el aire frío y la nieve bajo sus pies.
Miró a su alrededor, confundida, tratando de entender quién era y dónde estaba.
Aunque no podía ver la espada enterrada profundamente bajo la nieve, sentía una conexión inexplicable con algo bajo sus pies.
De alguna manera, sabía que ese algo era Eleonora, su creadora. Además de eso, muchos conocimientos y conceptos fluían por su mente.
Tanta era la información que sentía que tenía en su cabeza que no sabía qué hacer ni por dónde empezar.
Era… abrumador.
La invocación intentó moverse, pero se dio cuenta de que estaba tumbada en el suelo.
‘Qué frío…’, pensó mientras hacía un esfuerzo para incorporarse, apoyando sus manos en la nieve.
En el proceso, sintió el frío calando sus huesos, pero la energía que emanaba del suelo bajo sus pies le provocaba un extraño sentimiento que no comprendía.
Sus piernas temblorosas apenas lograban sostenerla mientras daba un paso vacilante.
La invocación miró a su alrededor, tratando de encontrar algún indicio de su propósito en este mundo y, en el proceso, se fijó en los árboles de hojas rojas que brillaban tenuemente, creando un contraste con la nieve que cubría todo el paisaje.
Aunque la escena era hermosa, la invocación no podía evitar sentirse perdida.
Pasados unos segundos y después de avanzar varios pasos, se agachó y tocó la nieve con la mano, sintiendo la energía que fluía a través de ella.
Cerrando los ojos, trató de concentrarse en conectar con la fuente de esa energía. Al hacerlo, una voz suave resonó en su mente.
[Lo hiciste], dijo Eleonora sorprendida.
A pesar de sentirse agotada y débil, Eleonora no podía creer que su invocación fuera capaz de usar telepatía para entrar en contacto con ella.
[¿Eleonora? ¿Eres tú?], preguntó la invocación con cierta dificultad, ya que mantener la concentración para usar la telepatía en medio de este ambiente era difícil.
[Sí], respondió Eleonora, sorprendiéndose aún más.
¡No se esperaba que la invocación fuera capaz de comunicarse con ella de esa manera!
¿Qué demonios era lo que había invocado?
Antes de que la creación de Eleonora pudiera decir algo más, al tener el presentimiento de que algo se acercaba detrás de ella, cortó la conexión con Eleonora.
Girándose lentamente, notó cómo entre los árboles había figuras oscuras y sombrías que se movían con sigilo.
Aún sin comprender del todo su situación, sintió cómo su corazón empezaba a latir más rápido.
A pesar de que no sabía qué hacer, la invocación se dejó llevar por su instinto.
Concentrando energía en una de sus manos, a la vez que los enemigos se acercaban, poco a poco comenzó a aparecer una luz roja en la punta de sus dedos, la cual poco a poco se extendió al resto de su mano.
‘Qué cálido…’, pensó la invocación al sentir cómo esa energía que rodeaba su mano desprendía calor.
Pronto las figuras oscuras se acercaron cada vez más con movimientos rápidos y ruidosos.
La invocación sintió una oleada de adrenalina recorrer su cuerpo. Sin pensarlo dos veces, levantó la mano y dejó que la energía roja se intensificara.
Fuego.
Cuando el primer enemigo, una sombra con la forma de un lobo gigante, saltó hacia ella, la invocación esquivó el ataque con agilidad y perforó su pelaje con la mano.
El lobo soltó un aullido desgarrador cuando su piel comenzó a quemarse.
La invocación, sorprendida por el efecto, retrocedió un paso, pero pronto otro enemigo se lanzó hacia ella.
Esta vez era un oso imponente con garras afiladas. Sin tiempo para pensar, la invocación se agachó y rodó por la nieve, evitando el ataque.
Levantándose rápidamente, canalizó más energía en su mano, aumentando así el calor de las llamas que emitía, atravesando así al oso en el pecho.
Fue un movimiento rápido y efectivo que por suerte dio en el corazón del animal. En el proceso, toda la sangre que entraba en contacto con la mano de la invocación se derretía, creando así una gran cantidad de humo.
Por acto de reflejo, la invocación se apartó, dejando caer al oso de frente.
Mientras el oso caía, más lobos comenzaron a acercarse, pero al ver cómo el oso había caído y cómo uno de los suyos estaba herido al punto de tener que lanzarse de lado al suelo para evitar quemarse vivo, los lobos se detuvieron y se quedaron observando a la invocación.
Era un momento tenso, donde la creación de Eleonora se encontraba rodeada de enemigos.
A pesar de haber vencido con éxito a dos enemigos, por dentro estaba asustada.
Su mano estaba manchada de sangre y su cuerpo no paraba de temblar por el frío, pero una parte de ella le repetía que no podía permitirse mostrarse débil.
No ante esas criaturas.
[Bien, ¿me escuchas?], preguntó Eleonora al momento que sintió que pudo conectarse con su invocación.
Ya que estaba mucho más débil de lo normal, le había costado hacer un vínculo para poder hablar más con su creación.
Eleonora tenía bastante curiosidad.
¿Qué sería capaz de hacer algo que le costó casi toda su energía?
[Eleonora, ¿crees que puedes venir a ayudarme?], preguntó rápidamente la invocación mientras fingía estar calmada delante de los lobos.
¿Estaba proyectando la suficiente seguridad o fuerza…?
Era la duda que la invocación tenía en su cabeza a pesar de que los lobos mantenían su distancia con ella.
[¿Eres idiota? Te invoqué para que tú me ayudes yendo al lugar donde un candidato te espera. Necesito que lo guíes a este lugar para que él…]
[¡Voy a morir!], gritó la invocación, interrumpiendo así a Eleonora.
‘¿Va a morir…?’, repitió extrañada Eleonora.
¿Por qué iba a morir su invocación?
¡Ni siquiera había pasado un día desde que la había invocado y ya iba a morir?
¿Acaso las invocaciones eran tan inútiles?
[Pues no mueras. Ahora mismo tienes una gran cantidad de energía, ¿no? ¿Qué es lo que puedes hacer? ¿Qué eres?], preguntó Eleonora con cierta curiosidad.
La invocación, viendo cómo poco a poco los lobos comenzaban a acercarse a ella, empezó a entrar en pánico.
Si bien sus instintos le habían servido para encargarse del oso, no había logrado acabar con ese lobo y ahora tenía a toda una manada frente a ella.
Miedo.
La invocación estaba demasiado asustada, por lo que gritó en su mente:
[¡Unos putos lobos me han rodeado! ¿¡Qué hago!?]
‘Ah, lobos’.
Eleonora recordó de forma vaga cómo unos pequeños lobos habían asesinado a su último candidato.
‘¿Esas malditas criaturas siguen todavía merodeando por aquí?’, se preguntó Eleonora mientras intentaba mantener la calma.
[¿Qué es lo que eres? Habla.]
[¡No lo sé!]
[¿No sabes describir tu maldita forma? ¡Ve tu cuerpo! ¿Qué eres ahora mismo? ¿Tienes garras? ¿Alas? ¿Algún caparazón?]
En la mente de Eleonora, ella se imaginaba que su invocación era una especie de animal asombroso.
La invocación puso a trabajar cada una de sus neuronas para intentar describir lo que fuera ella mientras los lobos se acercaban a un ritmo bastante lento.
[Tengo dos manos y dos brazos que se mueven. También tengo dos piernas, barriga…]
[Espera. ¿Eres un humano ahora mismo?], preguntó Eleonora impactada.
¿Había creado a un humano?
No, eso no podía ser posible, ya que la presencia de su invocación ni de broma era la de un humano, pero lo que le había descrito…
[¡Supongo!]
De pronto, Eleonora recordó un pensamiento que tuvo en el momento de crear a aquella invocación.
‘No puede ser…’, pensó Eleonora por un momento, pero tenía algo de sentido y más cuando notó algo interesante en la presencia de su invocación.
Era algo sutil que Eleonora había pasado por alto, ya que estaba cansada y su mente estaba por las nubes, pero ahora que había empezado a analizar a profundidad el aura de su invocación…
Era similar.
Eleonora no pudo evitar soltar una pequeña carcajada al notar que efectivamente… había creado algo similar a ella, y sus hermanas.
[¡Eleonora!, ¡Eleonora!]
Los gritos de su invocación la sacaron de su trance, por lo que le preguntó:
[¿Qué pasa?]
[¡Me van a matar, Eleonora!]
Por accidente, la invocación de Eleonora había decidido retroceder ante el avance de esos lobos, ya que se sentía intimidada, pero justo en el momento que dio ese paso hacia atrás, uno de los lobos más grandes embistió contra ella.
Por suerte, pudo parar su embestida al agarrarlo de frente, y en el proceso la mano que mantenía el fuego empezó a quemar la mandíbula del lobo mientras ella lo sujetaba.
[Escucha.]
[¿¡Sí!?]
[Sigue mis malditas instrucciones al pie de la letra o seré yo la que termine matándote], dijo Eleonora en un tono serio, provocando así que su invocación comenzara a llorar mientras seguía luchando por su vida.
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