Tengo la espada sagrada? - Capítulo 21
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Capítulo 21 – ¿No les parece que duró demasiado?
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Y el día llegó.
Luego de una noche eterna que transcurrió como si hubieran pasado dos semanas, el amanecer empezó a alzarse y el grupo de Alexia comenzó a alistarse.
El sol se elevaba lentamente sobre el horizonte, sus rayos dorados dispersándose a través de la vasta extensión del campamento.
El frío aire matutino estaba cargado con el susurro de las hojas y el canto distante de los pájaros.
Alexia se despertó primero, sus orejas se movieron ligeramente al recibir la luz del amanecer. Se desperezó con gracia, sus movimientos fueron fluidos y precisos, y hizo un estiramiento rápido.
A su lado, Leo seguía dormido, su respiración profunda y uniforme. Alexia lo observó por un momento antes de darle un suave empujón.
“Leo, es hora de levantarse”, murmuró Alexia con voz suave pero firme mientras terminaba de estirarse.
Leo gruñó algo incoherente antes de abrir los ojos lentamente, parpadeando ante la luz del sol. Se incorporó con pereza, estirando sus músculos aún adormilados.
A su lado, Camila ya estaba despierta, sentada con las piernas cruzadas y los ojos cerrados, inmersa en una breve meditación. Leo ignoró esto y empezó a mentalizarse, ya que hoy era el día.
Tenía que tener esa espada en sus manos.
Isuke entró a la tienda de campaña con un bostezo, su cabello estaba despeinado y sus ojos aún llenos de sueño. Alexia, al ver esto, frunció el ceño, y antes de que pudiera decirle algo, él volvió a salir.
Alexia y Leo comenzaron a recoger sus cosas para salir también de la tienda de campaña. Camila los siguió en silencio cuando sintió que ya no había nadie en la tienda.
“Buenos días”, dijo Isuke al ver a sus compañeros afuera, su voz aún un poco ronca por el sueño.
“¿Cuánto dormiste?”, preguntó Alexia mientras fruncía el ceño.
“Supongo que lo suficiente, ¿pero no les parece que la noche duró demasiado?”
Esta pregunta dejó pensando a las chicas por unos segundos, pero Leo interrumpió diciendo:
“¿Eso importa? Vamos al punto de reunión antes de que sea más tarde”, declaró Leo antes de comenzar su marcha.
Camila se limitó a observar en silencio, ya que era consciente de la creciente obsesión de Leo por obtener esa espada, así que no quería llamar su atención.
Una parte de ella se sentía culpable al no compartir que ella también quería esa espada, pero…
‘Quien la encuentre tiene derecho a hacer el pacto primero, ¿no?’, pensó Camila mientras trataba de no sonreír.
Hoy era el día.
El grupo de Alexia comenzó a avanzar con paso firme, el sonido de sus botas resonando sobre la nieve crujiente y los pequeños guijarros del sendero.
El aire frío de la mañana llenaba sus pulmones, mientras el sol lentamente se alzaba en el horizonte, tiñendo el cielo con tonos pálidos y helados.
Las sombras de los árboles cubiertos de escarcha se alargaban, creando un mosaico de luces y sombras sobre el manto blanco que cubría el suelo.
Alexia lideraba la marcha, sus orejas de gato moviéndose ligeramente con cada sonido del bosque nevado. Leo caminaba un poco más adelante de todos, ajustando la espada que Alexia le había prestado.
Camila seguía de cerca ligeramente desde atrás para así poder ocultar mejor sus emociones, mientras Isuke, aún un poco adormilado, cerraba la marcha con pasos pesados.
A medida que avanzaban, llegaron al punto de reunión, donde el otro grupo ya los estaba esperando.
Leo, al ver esto, corrió a saludar mientras que Alexia sutilmente les indicó a los otros que siguieran avanzando con el mismo ritmo.
Leo intercambió varias palabras amistosas con ese grupo, los cuales se rieron de sus bromas, pero cuando llegó Alexia el ambiente se puso más serio.
“Buenos días, Aiden. Gracias por llegar temprano”.
“Oh, tranquila Alexia, no llevamos esperando tanto tiempo. Estaremos a tus órdenes hasta que termine la expedición”, respondió Aiden en un tono animado.
Isuke observó esta escena en silencio, ya que ciertamente Alexia era muy buena negociando, pero una pregunta surgió en su cabeza.
‘¿A qué trato habrán llegado?’
La razón de esta pregunta era debido al valor que tenía la espada-ego. Isuke ignoró este valor desde el primer contacto que tuvo Eleonora, pero por la charla que tuvo con Leo, acompañado de todo lo que planearon, se dio cuenta de que esto no era una simple búsqueda.
“Por cierto, este es Isuke. Es un mago al igual que Mara, pero si tuviera que comparar sus habilidades… están bastante igualadas”.
Esta declaración sorprendió al grupo de Aiden debido a que Mara era una maga bastante talentosa.
Dominaba casi todos los elementos y su potencia de fuego era impresionante, pero su mayor defecto… era la precisión.
“¿En serio?”, preguntó Mara alzando la voz, ya que tenía curiosidad debido a que era la primera vez que escuchaba el nombre de Isuke a pesar de estudiar a fondo los métodos de todos los magos destacados de la clase.
Isuke, escuchando la gran mentira que acababa de lanzar Alexia sin pestañear, se dio una idea de cómo convenció a este grupo de cooperar.
“Sí. Tienes mi palabra, pero tengan en cuenta que ahora mismo Isuke está usando gran parte de su mana para guiarnos hacia el objeto que estamos buscando”.
“Eso es bastante impresionante, ¿cómo aprendiste a usar la magia de búsqueda si eso lo dan en el 4to semestre?”, preguntó Selene con curiosidad, ya que actualmente la gran mayoría que veía esta materia estaba por el 3er semestre.
Esta pregunta dejó en un aprieto a Isuke, ya que nunca se imaginó que Alexia lo llevaría a esta situación, y antes de que pudiera abrir la boca para decir algo, Alexia intervino:
“Lo aprendió por su cuenta en la biblioteca, pero como el hechizo sigue siendo complejo para él, no podrá hablar mucho por eso”.
La confianza con la que Alexia soltó esa explicación, sumado a que era ella la que los había contratado para encontrar el objeto, hizo que creyeran por completo en esa excusa.
Selene y Mara fueron las que se quedaron más impresionadas, ya que eran conscientes de lo complicado que era entender los hechizos del 4to semestre en adelante.
Acto seguido, Alexia les presentó a todos a Isuke y fue allí donde se dio una mejor idea del grupo que los iba a acompañar.
Selene era una curadora, y Mara, una maga. Darius, Thorne y Aiden eran caballeros al igual que Leo.
La formación quedó en que los cuatro caballeros irían cubriendo los cuatro flancos del grupo y los magos junto con los curadores irían en el centro acompañados de Alexia por si algún enemigo traspasaba la formación.
A pesar de que Isuke estaba inconforme con lo que había hecho Alexia, ya que no entendía el porqué, una vez todos estuvieron listos ella le dio una orden.
“Isuke, señala el camino”.
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