Vermillion - Capítulo 95

Capítulo 95: Ordalias [5]

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Después de comer, los dos se arreglaron y se dirigieron al centro de la ciudad, a la zona de clase alta donde se encontraba la biblioteca ducal.

La razón por la que ambos habían venido a Urvan era investigar la causa de su traslado a este mundo.

En otras palabras, en la biblioteca se había reunido información relacionada con la misteriosa niebla blanca del juego y otros fenómenos sobrenaturales.

“El problema sería el precio de la entrada”.

“…Sí”.

Murmuró Aileen, caminando con las manos enlazadas detrás de la cabeza. En respuesta, Kei asintió, confirmando cómo su cartera abultaba de monedas.

La biblioteca ducal solía estar abierta para todo el mundo, independientemente de su estatus social. Dicho esto, el precio de la entrada era bastante elevado, por lo que, en realidad, estaba limitada a nobles, comerciantes adinerados, intelectuales y afines.

Sonaba bastante discriminatorio, pero no era necesariamente algo malo. Mirándolo desde otra perspectiva, significaba que los consumidores eran todos personas destacadas. Según los rumores, esta biblioteca también servía de lugar de encuentro para intelectuales de todo el ducado.

Incluso dejando de lado a los nobles, la presencia de eruditos y comerciantes resultaba bastante atractiva para Kei. Kei preveía que entrar en contacto con tales intelectuales facilitaría la recopilación de información.

Siendo así, el problema ahora era el precio de la entrada, que se rumoreaba que era ridículamente caro. Intentó preguntar a la gente de la ciudad por el precio exacto, pero el pueblo llano no tenía mucho interés en la biblioteca, así que nadie pudo darle una respuesta adecuada.

Así que Kei se llevó todo su dinero. Ascendía a una moneda de oro y unas docenas de monedas de plata. Era una suma que permitiría a un solo adulto vivir modestamente durante unos diez años.

“Sea como sea, con esto tiene que bastar, pero…”. murmuró Kei con ansiedad, mientras sus ojos miraban a los transeúntes con una cautela innecesaria.

Siempre llevaba consigo todo su dinero cuando estaba de viaje, pero había desmontado su arma, por lo que ahora se sentía ligeramente indefenso.

Kei se había acostumbrado sobre todo a este mundo, por lo que sus pensamientos se inclinaban hacia la premisa de que te atacarían si llevabas mucho dinero encima y que él tendría que enfrentarse a los posibles atracadores a mano armada si le atacaban.

Cuando Kei se vio envuelto por un aura amenazadora debido a eso, los peatones aceleraron sus pasos, obviamente tratando de alejarse de él lo más rápido posible.

“Kei… relájate un poco, ¿Quieres? Nos estás haciendo parecer totalmente sospechosos”.

“Aunque estaba seguro de que actuaba como siempre”.

Con Kei a punto de entrar en modo combate, Aileen se exasperó, reprendiéndole para que se diera un respiro. Al ver que ni siquiera era consciente de ello, Aileen creyó que aquello ya estaba al nivel de una enfermedad grave, pero una vez que recordó por lo que habían pasado en las últimas dos semanas, admitió que no podía evitarse.

Supongo que sigue siendo mejor que él actuando como un tonto amante de la paz.

Por otro lado, eso le permitió a Aileen darse cuenta de lo despreocupada que había estado actuando sólo porque estaban dentro de una ciudad, así que decidió elevar también su nivel de vigilancia.

Sin más, las dos caminaron con los nervios de punta como cuchillos excesivamente afilados, pero, naturalmente, ningún ladrón las atacó en el centro de la capital a plena luz del día, así que llegaron sin problemas a la primera muralla -un fuerte y grueso baluarte que rodeaba la zona urbana- que servía de entrada al distrito de clase alta.

El distrito de clase alta estaba hecho básicamente de piedras y ladrillos, lo que daba al paisaje urbano un aire mucho más refinado que el distrito urbano común que se podía ver desde la puerta del castillo. La muralla tenía unos seis metros de altura, pero Urvan estaba construida en la ladera de una montaña, lo que la hacía parecer aún más alta a ojos de Kei y Aileen.

Las puertas del castillo, que habían sido construidas en la muralla a intervalos regulares de cincuenta metros, estaban todas equipadas con rastrillos y portones de madera remachada.

Dos guardias equipados con alabardas y estoques flanqueaban cada puerta, escrutando con cautela a la gente que pasaba.

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Nota de Tac-K: Basen una buena noche chic@s, Dios les ama y Tac-K les quiere mucho. (─‿‿O)

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