Tengo la espada sagrada? - Capítulo 18

Capítulo 18 – Vamos al…

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Decepción.

Luego de que pasaran cuatro días desde que Isuke perdió todo contacto con Eleonora, el ambiente del grupo de Alexia decayó bastante, ya que la posibilidad de encontrar la espada sagrada parecía cada vez más distante.

Isuke, en todo este tiempo, se mantuvo apartado, tratando de encontrar respuestas en el silencio.

Si bien era cierto que ya no podía hablar con Eleonora, igual tenía una idea aproximada de dónde estaba debido al comentario que hizo de que no fuera más al oeste, pero…

¿Y si era una trampa?

“Regresamos”, declaró Alexia al entrar a la tienda de campaña acompañada de Leo y Camila.

“Bienvenidos… todavía nada”, dijo Isuke en voz baja mientras mantenía la mirada baja.

A pesar de que no tenía que participar en las actividades de caza, ya que sus amigos le habían creado una coartada para que se quedara en la tienda de campaña para ver si era capaz de recuperar su contacto con Eleonora, era muy vergonzoso decir esas palabras todos los días.

Mañana ya sería el quinto día así que muy pronto estaría listo el dispositivo para ser usado otra vez.

“Isuke”, dijo Leo mientras se acercaba para tocar el hombro de Isuke.

“¿Qué pasó?”, preguntó Isuke mientras tragaba saliva.

“¿Seguro que no tienes una idea del lugar en el que está esa espada?”

‘Mierda’, pensó Isuke mientras desviaba su mirada para observar las expresiones de Alexia y Camila.

Camila parecía inquieta, moviéndose de lado a lado mientras mantenía ambas manos agarradas en su espalda, tal y como si tratara de ocultar emoción.

Alexia, por su parte, mostraba una mezcla de interés y cautela en sus ojos. Sus labios ligeramente fruncidos con la mirada fija en Isuke.

Dudando por unos segundos qué responder, Isuke declaró: “Tengo una idea, pero no es nada seguro”.

“Correremos el riesgo”, declaró Leo en seguida al escuchar esas palabras.

“Ya hemos hablado con el grupo que iba a trabajar con nosotros para salir mañana, ya que conocemos mejor la zona tenemos una idea de qué nos podremos encontrar en el camino. Seremos dos curadores, tres magos y cuatro peleadores”.

“Pero todavía no te he dicho a dónde vamos…”

“Mientras vayamos en contra del oeste podremos encontrarla, ¿no?”, declaró Leo con determinación interrumpiendo así a Isuke.

Soltando una pequeña carcajada que alivió un poco los nervios que sentía, Isuke contestó: “Si ya lo sabías, ¿para qué me hiciste la pregunta de antes?”

“Solo quería comprobarlo. Tomaremos el riesgo, Isuke”, declaró Leo con una sonrisa.

Esta declaración impactó fuertemente en Isuke, ya que, por mucho tiempo, él había dejado de tomar riesgos debido a lo cómodo que empezó a sentirse en la academia.

Comida y lugar para dormir asegurados siempre y cuando estudiara eran suficientes para mantenerlo satisfecho a pesar de que a veces se sentía vacío.

Si bien era capaz de usar y entender la magia a un nivel competente, nunca tuvo el valor de ir más allá debido al miedo.

Miedo de tener algún reflujo de maná.

Miedo de perder la capacidad de usar la magia.

Miedo a… perderlo todo, pero al observar con sus ojos cómo Alexia, su amiga de la infancia, la cual era extremadamente cautelosa a pesar de las locuras que a veces hacía en peleas, aceptaba una idea como esta en donde podían morir…

“Mira, es solo una suposición, pero el día de ayer cuando salí a caminar por la zona en la que hablé con Eleonora por primera vez… pude sentir una extraña sensación de querer ir hacia allá”, dijo Isuke mientras levantaba su mano al noreste.

“¿Sigues sintiendo esa sensación ahora mismo?”

“Acá no, pero…”

“¡Entonces vamos a comprobarlo!”

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