Tengo la espada sagrada? - Capítulo 12
✨ New novels every Tuesday and Saturday, and new chapters every Wednesday, Friday and Sunday!
🔥 Check out the latest releases and chapters here!
🌟 Join our WhatsApp group to request novels and receive the latest updates
📱 To add us to your favorites, tap the browser menu and select “Add to Home Screen” (for mobile devices).
Chapter 12 – ¿Puedo…?
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
“Que extraño…”, susurro en voz baja Isuke.
Era la primera vez que escuchaba ese tipo de condición por parte de una espada-ego a pesar de haber leído varios libros al respecto.
“¡Leo!”, dijo Isuke alzando la voz.
Leo, quién estaba junto Alexia preparando la tienda de campaña con los materiales que les había dado el profesor, se giró al escuchar su nombre.
¿Qué había pasado?
¿Al fin Isuke había terminado con su extraña meditación?, o ¿necesitaba ayuda en algo?
Desde el punto de vista de Leo, los magos a veces eran muy extraños.
“Ven”
Leo se volteó para mirar a Alexia por unos segundos y ella luego de soltar un suspiro asintió con la cabeza.
Alexia esperaba que pronto a Isuke se le pasara su etapa de locura.
“¿Qué paso?”, preguntó Leo al acercarse al Isuke.
“¿Qué tanto sabes acerca de… condiciones al hacer un contrato con una espada-ego?”
Esta pregunta extrañó a Leo por unos segundos, pero al tratarse de su tema favorito, no tardó en responder con cierta emoción:
“Depende del tipo de espada-ego que quieras manejar”
Alexia, quién escucho esa respuesta por lo fuerte que había respondido Leo, supo que su conversación no terminaría pronto.
¿De verdad tenía que armar toda la tienda de campaña sola?
“¿Qué tal… una espada sagrada?”, preguntó Isuke.
Reflexionando por unos segundos, Leo se sentó en el suelo para estar cara a cara con Isuke antes de responder en voz baja:
“Son un fastidio esas espadas. Generalmente la usan los sacerdotes que han purificado su cuerpo del maná y aura, además de esos rituales que… no te lo recomiendo”
“¿Y si hubiera una espada sagrada que no tuviera esa restricción?”
“Entonces no sería una espada sagrada… o por lo menos no una normal” “Habla”.
Mientras Leo se ponía a explicarle en detalle a Isuke, Alexia, al sentir un leve ruido detrás de ella, se giró y su mirada se encontró con una chica.
“Hola…”, dijo la chica con cierta timidez.
¡La chica depresiva!, recordó Alexia antes de saludarla con un gesto de mano.
“Hola, ¿qué necesitas?”
“El profesor me dijo que podía venir para acá, ya que su tienda de campaña da para cuatro personas… ¿puedo ayudar?”, preguntó la chica mientras señalaba el lugar donde estaban tirados los materiales para armar la tienda.
¡Qué suerte!, pensó Alexia antes de acercarse para tomar las manos de la chica.
“Por supuesto, será todo un gusto contar con tu ayuda”.
Confundida por la reacción tan alegre de Alexia, antes de que se diera cuenta, ambas se habían puesto a armar la tienda de campaña a un ritmo bastante rápido.
…
Mientras tanto, Isuke y Leo…
“¿No hay más?”
“Bueno… algunas tienen la condición de que seas una especie de elegido, como también existen las que te piden algún tipo de sacrificio”.
“¿Pero eso no es lo que hacen las espadas oscuras o malditas?”, preguntó Isuke confundido.
“Sí, es lo que hacen normalmente, pero también hay registros de espadas sagradas de alto grado que piden eso. Claro, si tuviéramos que especificar qué tipo de sacrificio, uno sería más espiritual o de mentalidad, mientras que las de esas espadas es algo más… físico”.
“¿Qué?”
“Para algunas espadas sagradas, era obligatorio que su usuario fuera puro tanto de cuerpo como de mente. A otros se les prohibía tener pensamientos como la avaricia, mientras que otros tenían que llevar unas dietas muy estrictas, sin comer nada de más”.
[¿De verdad esa es la única condición para usarla?], se preguntó Isuke al recordar la condición que le había dicho antes Eleonora.
[¿Eh? Si te refieres a lo que dije antes, sí], respondió Eleonora confundida por la pregunta de Isuke.
Isuke, al darse cuenta de que había pensado en su mente en lugar de decir sus pensamientos en voz alta, decidió ser directo con su amigo, pero antes de poder decir otra palabra, Leo le preguntó:
“Leo, ¿estás practicando algún hechizo?” “No, ¿por qué?”, respondió Isuke extrañado.
“Qué raro, tus ojos… parece que se están volviendo rojos”. [¿Es así cómo se ve de forma externa el poder de Eleonora?] Si el poder de Eleonora era capaz de hacer algo así… [¿Eh…? ¿Qué poder?], preguntó Eleonora confundida.
Antes de que Isuke pudiera explicarse, Leo con un rostro serio preguntó:
“¿Tiene que ver esto con lo que me estabas preguntando antes?” Lo había atrapado.
“Sí”, respondió Isuke soltando una pequeña sonrisa.
Leo de verdad era inteligente cuando se trataba de espadas, del resto… solo era un idiota al que le gustaba pelear.
“¿Dónde está?”, preguntó Leo mientras miraba por los alrededores.
“Está lejos. La espada se comunica directamente con mi mente”, explicó Isuke mientras señalaba su cabeza.
“¿Por eso no te has movido de allí?” “Se podría decir que sí”.
De pronto, Leo empezó a recordar lo que habían dicho varios de sus compañeros hace varios minutos atrás.
Una voz que, con solo escucharla, provocaba escalofríos.
Algunos de sus compañeros incluso habían quedado con fuertes dolores de cabeza o con temblores en las manos.
Por eso, el profesor junto a otros magos habían creado una barrera para evitar el ataque mental de aquel ser, pero…
¿Isuke de verdad estaba hablando con esa voz misteriosa?
¿O tal vez se trataba de otra cosa?
Leo, con cierta preocupación, le preguntó a Isuke:
“Isuke, ¿cómo se siente tu cuerpo?”
Si Isuke estuviera bajo el control mental de aquel ser, no hubiera confesado tan fácilmente que estaba hablando con él, pero…
¿Y si estaba en proceso de posesión?
“Estoy bien”.
“¡Oigan!, ¿podrían ayudarnos por lo menos a cargar esto?”, gritó Alexia molesta mientras señalaba una caja de madera.
En ese momento, ambos chicos se voltearon y notaron a la chica que estaba al lado de Alexia.
[Es ella], dijo Isuke en su mente al ver a la chica que lo había rechazado antes. [¿Ella?], preguntó Eleonora, confundiéndose aún más.
¿A qué se refiere Isuke con que ‘así se veía su poder de forma externa’ y con ‘ella’…?
¡Sus preguntas no tenían sentido!
Mientras Eleonora trataba de encontrarle algún sentido a todo lo que le había dicho Isuke, la chica que estaba al lado de Alexia saludó a los chicos con cierta vergüenza.
“Hola…”
¡No puedo tener tan mala suerte!
Gritó la chica en su mente mientras sonreía.
Se había olvidado de que la demi-humana era parte del grupo al que ella había rechazado antes.
“Hola”, respondieron ambos chicos al instante. La situación era incómoda.
“Isuke, pregúntale a la espada-ego qué tanto te puedes alejar”, susurró Leo al oído de Isuke mientras se levantaba.
Si bien el problema de Isuke era serio, tenía que ayudar a Alexia antes de que se molestara más.
[Eleonora, ¿qué tanto puedo moverme sin perder contacto contigo?]
¡Al fin una pregunta lógica!
[Bueno, siempre y cuando no vayas mucho al oeste, creo que no perderé contacto contigo]
“Leo, ¿dónde queda el oeste?”, preguntó Isuke mientras se levantaba. “¡Oye!”, gritó Leo, sujetando a Isuke, ya que por poco casi se cae de lado. [¿Eh?], pensó Isuke al sentir su cuerpo pesado y cansado.
Por alguna razón, ahora le era difícil caminar. [Dije… que mientras no vayas al oeste no…] [Ya sé, Eleonora. Te escuché]
¿¡Entonces por qué dices ‘eh’!?
Era lo que Eleonora quería preguntar, pero se quedó callada.
“¿Es un efecto secundario de la espada?”, preguntó Leo mientras aún lo sostenía.
“Supongo…”, respondió Isuke.
El oeste quedaba justo donde estaba el profesor con los demás alumnos. Por lo tanto, Isuke y su grupo que estaban un tanto alejados, haría que Isuke no tuviera problemas al mantener su conexión con Eleonora.
“¡Al fin terminamos!”, gritó Alexia contenta al ver por dentro la tienda de campaña.
Ciertamente era lo suficientemente grande para que cuatro personas durmieran allí.
“¿En serio me puedo quedar…?”, le susurró la chica a Alexia.
Una parte de ella todavía se sentía culpable por haber rechazado a su amigo, pero para su sorpresa…
“¡Por supuesto! Me has ayudado más que esos inútiles, además…”, Alexia miró hacia atrás y ellos se habían puesto a conversar otra vez.
¿Qué tanto hablaban?
“Será más cómodo para mí tenerte aquí”, comentó Alexia mientras la miraba de vuelta.
“Muchas gracias”, dijo la chica mientras se inclinaba.
“Por cierto, ¿cómo te llamas?” “Camila”, dijo con cierta timidez.
“No seas tímida, deja tus cosas allí y conversemos. Parece que ellos… tardarán”, dijo Alexia mientras le echaba una última mirada a sus amigos.
…
Mientras tanto, Leo y Isuke… “¿Entendiste?”
“Sí”
“Bien, entonces pregúntale”
[Eleonora…]
[¿Sí?]
[¿Puedes usar invocaciones?]
.
.
.