El Mundo Después de la Caída - Capítulo 247 (FIN)

Capítulo 247: Ouroboros (3)

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Ese mismo año, Sirwen anunció una nueva teoría sobre el Árbol de las Imágenes.

“Entonces, ¿Dices que tal vez la Pesadilla del Origen se encuentra en las Raíces?”

“Sí, en resumen”.

“¡Uf, eso no tiene sentido!”

Las Pesadillas seguían estudiando el Árbol de las Imágenes incluso después de su desaparición. El Árbol de las Imágenes guardaba todos los secretos del nacimiento. Era un motivo para cada torre y permitía que el “Cultivo” diera a las Pesadillas un propósito. Todavía se aferraban a ese árbol.

“No hay manera. Si la Pesadilla del Origen estuviera en las raíces, la habríamos encontrado hace mucho tiempo”.

“No. No sabemos cómo es la Pesadilla del Origen. Puede que incluso hayamos visitado el lugar y no nos hayamos dado cuenta”.

Pero ni siquiera esas Pesadillas parecían estar convencidas de la nueva teoría. No era porque la teoría de Sirwen fuera complicada. La teoría en sí era simple. Sólo decía que el Árbol de las Imágenes no crecía en una sola dirección.

“Todos sabemos que las ramas o las raíces no crecen en una sola dirección”.

“Sí, pero…”

“Mi teoría tiene un punto. ¿Y si las raíces y las ramas dieran la vuelta al universo para encontrarse? ¿Y si el Árbol de las Imágenes tuviera forma de círculo? Eso podría explicar por qué no pudimos encontrar la Pesadilla del Origen cuando el Árbol de las Imágenes fue destruido. Por eso no hay un “piso superior” en el árbol”.

“¡Eso es una tontería!”

“¡Encontrar las Raíces en esta tierra es una prueba! Puede que no sepamos cómo era el Árbol de las Imágenes!”

Sirwen habló desesperadamente. Tenía una razón para hacerlo ya que esta vez necesitaba la ayuda de estas viejas Pesadillas.

“No puede demostrar su punto de vista. Además, ya no podemos ir a la [Región Remota]. Aunque allí esté la Pesadilla del Origen… no esta el Árbol de las Imágenes y…”

“¡Por eso te lo digo! ¡Si cambiamos nuestros puntos de vista, podríamos ser capaces de reconstruir el camino! Incluso podríamos volver a viajar libremente por las dimensiones!”

“De ninguna manera. Dejemos ya esta tontería”.

Sirwen se mordió los labios. Esperaba que las viejas Pesadillas que aún anhelaban el Árbol de las Imágenes la comprendieran, pero era inútil.

Sirwen sabía que el tiempo de las Pesadillas había terminado.

No nacieron más Pesadillas tras la desaparición del Árbol de las Imágenes. La torre sólo se convirtió en una forma hueca de arte después de que el Cultivo desapareciera, como si el horrible Cultivo fuera la verdadera identidad del arte.

Sirwen gritó con rabia.

“¡BIEN! ¡Sean tontos! Mueran en su gloria pasada”.

¿La caída de su raza? Ya no le importaba.

Sirwen volvió a la única persona que la entendía.

“…¿No ha ido bien?”

“No”.

Sirwen sonrió ante la expresión de preocupación de Runald.

“No te preocupes. Puedo hacerlo sola. Lo haré algún día. Puedo volver a encontrarme con él. Sólo tienes que seguir vivo hasta entonces”.

Runald sonrió sin energía.

“Sigue vivo, ¿Verdad?”

“Sí. Estoy seguro de ello”.

Runald parpadeó lentamente.

“Estos días tengo un sueño extraño. Oigo voces que me llaman a alguna parte. Es como cuando estaba en su mundo único…”

“No hagas que parezca que vas a morir pronto, niño”.

“…Deja de llamarme niño, ¿Quieres? Deberías respetar a tu mayor”.

Sirwen golpeó tranquilamente la frente de Runald.

Se sonrieron el uno al otro y empezaron a hablar de los viejos tiempos como todos los días. Hablaron de los días en que Jaehwan apareció por primera vez en la <Profundidad>. Luego hablaron de lo que siguió después. Hablaron del testarudo Jaehwan, y de los días de planes imposibles. Y…

“¿Cuándo morirás?”

“No lo sé. ¿Tal vez después de 1.000 años?”

“1.000… No sabía que ese tiempo sería tan largo”.

Runald miró a Sirwen con una expresión de soledad.

“Sirwen”.

“¿Qué?”

“Tienes que seguir hablando con alguien aunque yo no esté. ¿De acuerdo?”

“…Cállate, niño”.

“Al menos deberías hablar contigo misma. No te quiebres. Incluso si todo el mundo se olvida de todo excepto de ti. No consideres todo como una ilusión o un sueño. ¿De acuerdo?”

“Por supuesto, no lo haré”.

“Claro. Eres una Pesadilla. Seguro que tienes mejor memoria que yo”.

“Por supuesto”.

Runald sonrió.

“Eso es bueno”.

“…”

“Sabes, esos días se han vuelto nebulosos estos días. A veces incluso parece que no existiera… como si estuviera en un largo sueño, que Jaehwan nunca existiera y que todo fuera sólo un sueño…”

Y Runald se quedó dormido. Sirwen sintió que su respiración se hacía más lenta. Los latidos de su corazón se estaban apagando. Ella sabía que era el último, pero no podía despertarlo.

Ni siquiera podía atreverse a cerrar los ojos, ya que le haría llorar. Se limitó a poner su mano sobre la frente de Runald.

“Tonto. Es imposible que haya sido un sueño”.

Todos los que tenían los mismos sueños desaparecieron y las antiguas Pesadillas murieron una a una.

Sirwen se quedó sola. Sólo ella recordaba todo.

No se encontraron más Raíces. Pensó que tal vez la Raíz que encontró era la última Raíz que había dejado el Árbol de las Imágenes. La guardó bien y la estudió siempre que tuvo tiempo. La Raíz era la única manera de llegar al final de sus preguntas. Era la única prueba para responder por qué había nacido en este mundo, por qué conoció a Jaehwan y qué era la Pesadilla del Origen.

Era el único túnel posible que podría conectarla con Jaehwan.

Estudió y estudió.

Recogió documentos de Pesadillas muertas y pidió ayuda a otras razas. Pero la investigación no fue muy bien.

Pasaron 10 años. Pasaron 20 años. Pasaron 100 años. Y luego 200 años.

De repente, se dio cuenta de que todo el mundo, excepto ella, se había olvidado de un ser llamado Jaehwan. La historia ya no registraba a Jaehwan y nadie apuñalaba. Y había una señal del regreso del Sistema. No era evidente como antes. No había niveles ni estatus, pero Sirwen era capaz de sentirlo.

El Sistema estaba volviendo.

Sirwen aún no sabía nada. No sabía qué era la Pesadilla del Origen, ni por qué el Árbol de las Imágenes la hizo nacer. Sirwen no lo sabía.

Y Sirwen dejó la Raíz que estaba investigando.

No estaba segura de si era un acto de abandono o el comienzo de un nuevo reto. Pero recordó cuando estaba creando la torre por última vez, la torre que creó para Jaehwan.

Tal vez fue un impulso repentino, pero Sirwen actuó en consecuencia. Se desprendió de la Raíz y comenzó a darle forma con sus herramientas.

Empezó a trabajar en su última torre.

Con un débil anhelo y una severa soledad, creó la torre. No era una torre para el Cultivo. Era una torre que no permitía el Cultivo. No tenía ninguna utilidad, pero por eso era única.

Mientras creaba la torre, soñaba a menudo.

‘Esto no es un sueño. No puedo considerar cada recuerdo como un sueño’.

Pero aún así soñaba. Era un sueño de su pelea con Chunghuh. Estaba Karlton y estaba Runald. También fue un sueño de ella discutiendo con Surha, y fue el sueño de su regreso.

Al final de la larga pesadilla, estaba arreglando el exterior de la torre. Había un árbol solitario al final de su mano.

‘Sólo un poco más. Sólo necesito trabajar un poco más…’

Y se quedó dormida de nuevo sin terminar su trabajo. Esta vez fue un sueño profundo. Pensó que no se despertaría a tiempo antes de quedarse dormida.

El sonido de las respiraciones silenciosas llenaba su pequeña habitación.

La quietud era constante y tranquila. Parecía que iba a continuar sin parar, como si le dijera a Sirwen que lo había hecho bien. Que ya podía descansar.

Pero fue entonces cuando un pequeño sonido llegó desde su torre. Era tan pequeño que Sirwen apenas pudo oírlo. Dentro de la torre, una pequeña grieta se abrió y la oscura habitación pronto se llenó con la débil luz.

Era una grieta familiar.

Era como el día en que el cielo fue desgarrado por la puñalada.

La grieta comenzó a extenderse por la torre como si un mundo llamara a otro. Como si un mundo se superpusiera a otro.

Incluso en su sueño, Sirwen vio la grieta. Sonrió al saber lo que era. En la débil visión, trató de abrir la boca.

Quería decir que había esperado demasiado tiempo.

Pero su somnolencia era demasiado pesada y no pudo levantarse. La torre brillaba con fuerza y la abrazaba. Era como si le dijera que podía dormir más, que estaba bien dormir.

Sirwen se sintió aliviada y cerró los ojos.

Era un descanso que podía tomar porque sabía que esto no había terminado.

Y en la luz brillante, soñó durante mucho tiempo.

En ese sueño, pensó que debía descansar bien y recuperar su energía.

Porque cuando despertara, un nuevo mundo la estaría esperando.

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Nota de Tac-K: La novela ha sido curiosa, con partes que me gustaron y otras que no, argumentos interesantes que compartiría y otros que no, el epílogo siento que le dio algo que le faltaba al final y me quedo con la idea de que “Cada novela tiene un propio mundo único”, espero les haya gustado, a mi me encanto traducirla y leerla con ustedes, Dios les ama y Tac-K les quiere mucho (ɔO‿O)ɔ ♥