Vermillion - Capítulo 77

Capítulo 77: Interludio – Urvan (2)

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Debido al aumento de la población en los últimos años, los habitantes de las Tierras de las Nieves habían empezado a encontrarse con la falta de buenas tierras. Deseaban tierras con abundantes cultivos que pudieran proporcionarles alimentos de forma fiable. Sin embargo, sólo la parte occidental poseía tales tierras en el cruel entorno del norte.

Pero entonces, Klauzé consiguió avivar la rivalidad entre las tribus enviando un gran número de espías que se hacían pasar por vendedores ambulantes, que luego suministraban intencionadamente a las ricas tribus occidentales medicinas baratas, aumentando aún más la disparidad de niveles de vida entre las tribus.

Y finalmente, esto dio lugar a la aparición de disputas.

La mejora del nivel de vida causada por la medicina de Urvan y otras tecnologías provocó un aumento de la población, pero, irónicamente, esto se convirtió en otra razón para que las tribus se enfrentaran entre sí. Pero, si Klauzé no hubiera interferido, el peso de esta presión podría haber apuntado no sólo a Urvan, sino a todo el Ducado.

Además de sus armas superiores, los habitantes de las Tierras de las Nieves también poseían una técnica única para mejorar el cuerpo llamada [Crestas]. Hasta ahora, se habían producido repetidamente pequeños conflictos militares, que podrían describirse como escaramuzas a lo sumo, pero cuando se trataba de una invasión masiva acompañada de una migración de tribus, sería difícil imaginar los daños que podría provocar.

Como mínimo, desearía evitar una guerra total.

Esas eran las ideas de Klauzé al respecto. Lo que el Ducado necesitaba ahora mismo era tiempo, el tiempo que se necesitaría para dividir a los habitantes de las Tierras de las Nieves. Las tribus siempre habían estado enfrentadas entre sí, sin encontrar casi nunca un terreno común, pero seguirían marchando como una sola una vez que decidieran unirse contra un enemigo común.

Por esta razón, era indispensable abrir una brecha entre ellos.

Sería demasiado peligroso crear problemas con los habitantes de las Tierras de las Nieves después de que se unieran en esta situación en la que el Ducado también tenía que preocuparse por los habitantes de las Tierras de las Llanuras como semilla de problemas. Si el Ducado y las Tierras del Norte entraran en una guerra total, los habitantes de las Tierras de las Llanuras probablemente lo verían como una oportunidad única para organizar una revuelta.

Al final, esto sería demasiado arriesgado. En cuanto a si el beneficio valdría los riesgos…

…la parte occidental de las Tierras del Norte es ciertamente atractiva.

Klauzé dejó que sus pensamientos vagaran hacia el lejano océano mientras contemplaba la zona que se abría paso suavemente más allá del horizonte.

El océano, y el puerto que conecta con él. Estos eran los verdaderos deseos de Klauzé como Lord de la Ciudad Fortaleza de Urvan.

Y para la gente que deseaba una guerra contra los habitantes de las Tierras de las Nieves, estos podrían convertirse en los cimientos de esa pretensión.

“…Últimamente, los defensores de la guerra también se han vuelto fastidiosos”. Walter murmuró como si hablara consigo mismo, aparentemente habiendo visto lo que Klauzé estaba pensando.

“…Efectivamente”.

Klauzé se sentó de nuevo con un leve suspiro escapando de sus labios. El color del asco teñía su rostro, delatando su agotamiento mental.

Algunos de sus criados abogaban en voz alta por una guerra contra las Tierras del Norte. La mayoría de ellos pertenecían a la facción militar o a contratistas de defensa. Tal vez querían asegurarse algunos fondos de guerra, o pretendían una adquisición especial de armas y similares; lo más probable es que en esto se entremezclaran varios motivos ulteriores, pero el razonamiento subyacente a su postura pública era adquirir una cabeza de puente hacia el extranjero.

En otras palabras, querían adquirir la zona costera occidental de las Tierras del Norte.

“Si conseguimos nuestro propio puerto, se consolidaría la posición de Urvan, dicen. Bueno, lo que dicen es válido en sí mismo”.

“…Sin embargo, aún es demasiado pronto”.

“Comparto su opinión, Alteza, pero… últimamente, Kitene ha estado… dejándose llevar… sería posiblemente una forma inteligente de expresarlo. Como tal, un número de personas no puede reprimir su ira”.

“Hmm…”

Klauzé sólo pudo hacer una mueca ante la insinuación de Walter de lo lamentable que era.

Ciudad Fortaleza Urvan.

Ciudad Fortaleza Satyna.

Ciudad Minera Garon.

Ciudad Portuaria Kitene.

Si uno pensara en las Metrópolis del Ducado Unido de Arcland, esas cuatro serían las primeras en venir a la mente, pero entre ellas Kitene era el único acceso del Ducado al océano. Kitene, que se encargaba sola de todo, desde el comercio exterior hasta la producción de sal, tenía una destacada capacidad económica que la distinguía de las demás ciudades.

De hecho, tenía la mayor fuerza económica, sin tener en cuenta la potencia líder que era Urvan.

Por otra parte, las ciudades mantenían un equilibrio en el que Urvan destacaba por su poderío militar, Garon por su poderío industrial y Satyna era capaz de manejarlo todo sin fisuras, pero la parte complicada de este problema residía en el hecho de que la posición de Urvan como primera potencia del Ducado no estaba grabada en piedra

Los nobles, que se habían unido al Ducado Unido de Arcland, no hacían un juramento absoluto de lealtad al Lord de Urvan. Se limitaban a obedecer a Urvan, que contaba con una formidable fuerza militar, como súbditos debido a la promesa de seguridad

Como tal, habían adoptado el nombre de Ducado Unido de Arcland, pero los poderes políticos en su interior eran siempre cambiantes, y a veces incluso terriblemente ambiguos.

En primer lugar, el Ducado Unido de Arcland ni siquiera existía como estado hasta hace cien años. Por aquel entonces, era una pequeña nación centrada en Kitene, y Urvan no era más que unas Ciudades Provincia. Además, el linaje del actual Archiduque Klauzé se remonta a la línea de sangre de los Lords de Kitene. Tras repetidos disturbios políticos y disputas con diversos grupos étnicos, el Lord decidió trasladarse a Urvan, que había crecido considerablemente, lo que dio lugar al Ducado actual.

Mirándolo desde otra perspectiva, era una posibilidad viable que se produjera otra reubicación en el futuro.

Dicho esto, no era como si la Ciudad Portuaria de Kitene hubiera comenzado a ostentar un tremendo poder económico apenas el otro día.

Urvan había tratado de oponerse al monopolio de la sal de Kitene aferrándose a los derechos de explotación de la sal gema en la sede del Pueblo de las Llanuras una vez que cayeron bajo el dominio del Ducado.

Satyna utilizó un sistema fiscal único para controlar a los comerciantes que pasaban por Kitene, y se acercó activamente a otras potencias económicas.

Dejando a un lado a Garon, que decidió no involucrarse en la política para bien o para mal, el resto de las ciudades habían frenado y regulado a Kitene de forma positiva, por lo que nunca se había convertido en un gran problema.

Sin embargo.

Últimamente, el Lord de Kitene había empezado a mostrar ambiciones amenazantes, y en algunos aspectos incluso traicioneras.

“No puedo evitar pensar que, de no ser por ese rumor…” Walter suspiró con una expresión inusualmente apenada.

Se refería a algo que ocurrió hace unos meses. Un cierto rumor había comenzado a extenderse entre la gente común.

Según ese rumor, Su Alteza el Archiduque tenía problemas de salud y estaba destinado a morir pronto. Y como su heredero, el Príncipe Dietrich, era demasiado joven, el actual Lord de Kitene se convertiría en el líder del Ducado.

Una mentira tan creíble se había propagado desde alguna esquina, mercado o taberna de las afueras, y ahora se extendía por todo el Ducado a una velocidad alarmante.

Debido a lo antinatural y blasfemo que era, la unidad de inteligencia encabezada por el Primer Ministro Walter intentó rastrear su origen, lo que dio lugar a…

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Este capítulo se tradujo lo más antes posible gracias a Alonso!
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El capítulo 77

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