Vermillion - Capítulo 63

Capítulo 63: Templo (3)

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Incluso desde cerca, su impresión de que se trataba de una pequeña isla no cambió. Mientras Aileen, encargada de guiarle, daba diversas instrucciones, llegaron al embarcadero construido con madera.

Probablemente habían llegado nuevos peregrinos mientras Kei y Aileen comían. Había un gran transbordador anclado en el puerto, el barquero fumando su pipa por aburrimiento. Mientras le saludaban con la cabeza mientras miraba con recelo a los recién llegados, ataron una cuerda al bolardo del muelle.

“Supongo que con eso bastará”.

“No creo que lo roben, pero no sería nada gracioso que el viento se lo llevara”.

“…Definitivamente.”

Antes habían estado charlando sobre el buceo y la búsqueda de tesoros, pero a Kei no le apetecía nadar en un lugar donde sus pies no llegaban al suelo, si es que era posible.

Salieron del muelle y ascendieron por unas escaleras blancas. La isla tenía forma de colina, como si se hubiera levantado en medio del lago.

“¿Hicieron esto transportando los materiales con botes?”. preguntó Aileen mientras subía las escaleras.

“Probablemente. Aunque todo se hizo para aplacar la ira del Espíritu, está muy bien hecho”.

“Está todo hecho a mano, ¿no? Es una locura…”

Probablemente era tan alto como un edificio de dos plantas. Cuando terminaron de subir los escalones de piedra, se cruzaron con peregrinos vestidos con túnicas.

Todo lo que quedaba frente a ellos era un espacio abierto lleno de una sensación de tranquilidad.

“Vaya…”

Aileen jadeó maravillada ante el espectáculo que se extendía ante ella.

Templo blanco: tenía una serie de pilares blancos que recordaban a los griegos, y un techo de madera que parecía un barco volcado. Dado que se trataba de un lugar para adorar al Espíritu del Agua, los constructores aparentemente habían moldeado el techo así a propósito. Con la quilla en el centro, junto con la extraña forma aerodinámica del tejado, desprendía una atmósfera algo irreal, pero peculiar, de belleza funcional.

El camino que subía desde las escaleras hasta el templo estaba pavimentado con mármol blanco. Se extendía por delante con los verdes árboles a sus lados susurrando al viento.

Esta isla, que flotaba en el lago azul, estaba, literalmente, separada del mundo exterior. El penetrante silencio creaba una atmósfera misteriosa, a la vez tranquilizadora y cosquilleante. Les hacía sentir que estaban en un lugar sagrado.

“Asombroso”.

Esa palabra era simple, pero por ser tan simple no encerraba ninguna falsedad.

Dicho de mala manera, Kei había subestimado este templo. Dado que esto era el campo, no esperaba mucho cuando oyó hablar del templo aquí, pensando que a lo sumo podría ser algo como un pequeño santuario.

Pero ahora que lo había visto, se sintió abrumado por lo que debería ser descrito como la dignidad de un Espíritu.

“…Ya veo, no es de extrañar que la gente venga aquí en peregrinación”.

“Sí… ¡Vamos a entrar también!”

Aileen, sin molestarse en absoluto por el ambiente solemne, tiró de la mano de Kei, entrando en el templo.

Dado que sólo estaba construido por pilares y un techo, el lugar parecía infinitamente vasto. El suelo estaba pavimentado con baldosas lisas, y en el centro se encontraba una escultura de mármol blanco puro.

Sobre un pedestal lo suficientemente grande como para sostenerlo con las dos manos, había una escultura de una belleza con una túnica de plumas. Una caja de aspecto pesado estaba colocada en el suelo delante de la estatua, y una cuerda colgaba del techo, permitiendo agarrarla a la altura de la cintura de una persona.

“¿Esa cuerda es la de la ‘campana que concede deseos’?”

Aileen se acercó alegremente a la escultura al trote y tiró de la cuerda sin dudarlo.

*Clank clank*, llegó el sonido de las campanas desde arriba.

“¡Ohh, esto es de lo que estoy hablando!” exclamó Aileen con alegría.

De alguna manera le recordó a Kei la primera visita al santuario en Año Nuevo.

“¿Y el deseo?”

“¡Ya está hecho!”

“¿Qué has deseado?”

Aileen respondió con una sonrisa significativa a su pregunta casual.

“¡Es un secreto!”

Y luego le sacó la lengua a Kei con los ojos cerrados. Pero no dijo nada más y se limitó a reírse de su expresión de desconcierto.

“¿Y qué hay de ti, Kei?”

Esta vez fue ella la que preguntó, como si tratara de cambiar el tema a la fuerza. Kei sólo pudo ver en su rostro pura curiosidad, nada más. Le pareció extraña su actitud, o más bien, críptica, pero se limitó a seguir adelante y se puso a reflexionar, apoyando la barbilla con una mano.

“Un deseo, eh…”

Pensó durante un rato en un posible candidato a deseo.

“…”

Pero no se le ocurrió nada.

Espera, ¡Tiene que haber algo!

“…”

Aún así, no se le ocurrió nada.

Vamos, debe haber algo… algo…

Contempló, a pesar de notar la impaciencia de Aileen que le miraba con ojos redondos.

Lo que recordaba era de hace dos semanas. La época en la que [DEMONDAL] era todavía un juego.

Lo que tenía como objetivo era… Cierto…

“Quiero llevar mi habilidad con el arco al límite”.

“Quiero superar las 2000 muertes”.

“Quiero completar el conjunto de plumas de cada pájaro”.

“Quiero la Armadura de Escamas de Dragón también.”

…No son más que tonterías.

Incluso él no pudo evitar reírse amargamente de sus propios deseos. “Llevar la habilidad del arco al límite” aparte, el resto eran cosas sin sentido, o cosas que no quería hacer en esta realidad. De hecho, no se le ocurrió ni una sola que no estuviera relacionada con el juego.

-No.

Sería más apropiado decir que estaba tratando de no pensar en nada más allá del juego.

“…Ya veo”.

Kei finalmente se dio cuenta, después de llegar a este punto.

De lo que realmente había estado deseando hace dos semanas.

“Quiero vivir”.

“Quiero vivir aunque sea un segundo más”.

Era un deseo a la vez serio y sincero, pero lleno de lamentaciones.

Naturalmente, no deseaba una vida larga.

Era un sueño optimista pero resignado para que la fugaz llama de su vida siguiera ardiendo, aunque fuera un segundo más…

Pero ahora.

Kei estaba aquí.

Estaba aquí, con un cuerpo que era la definición misma de la salud.

Veo que mi deseo ya ha sido…

-concedido.

Kei se rio de sí mismo por haber tardado tanto en darse cuenta de ese hecho.

Pero si le preguntaran si no había nada más que desear, la respuesta sería un no.

Estoy ante un punto de inflexión.

Pensó mientras miraba a su antiguo yo.

Hasta ahora había estado constantemente obsesionado con la vida.

Pero ahora que le habían dado un cuerpo sano y le habían permitido vivir con normalidad, tenía que buscar otro objetivo.

No, él quería buscar una meta.

No sólo seguir viviendo, sino cómo seguir viviendo: había llegado el momento en que podía permitirse buscar eso.

Sin embargo, eso es difícil. No puedo pensar en algo así en el momento…

Debería haber empezado a pensar en esto antes… Pensó, pero antes de invitar a Aileen, no estaba en condiciones de pensar en esas cosas.

Aileen.

De repente, levantó el rostro.

“…¿Hmm? ¿Qué pasa?”

Una hermosa chica estaba allí inclinando la cabeza mientras él la miraba.

…Ya veo.

La expresión de Kei se relajó en una sonrisa.

Aunque no piense en cosas difíciles, todavía tengo un deseo que quiero que se cumpla, ¿no?

Extendió tranquilamente la mano y agarró con firmeza la cuerda.

*Clank-clank-clank*, las campanas sonaron con fuerza.

“¿Te ha llevado un rato? ¿Qué has deseado, Kei?” preguntó Aileen rebosante de curiosidad, pero Kei se limitó a reírse y a responder.

“…Es un secreto”.

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Este capítulo se tradujo lo más antes posible gracias a kuraori!
Canjeo 1 Zafiro x 1 Capítulo extra de Vermillion!
El capítulo 63

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