Vermillion - Capítulo 46
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Capítulo 46: Escolta (1)
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El Río Morla fluía hacia el norte, zigzagueando suavemente.
Una carretera pavimentada con ladrillos de color marrón oscuro se abría paso entre los árboles que crecían verdes a la orilla del río.
“La Carretera de Saint Ange”
Era la principal ruta de tráfico continental que conectaba el sur y el norte de Ri’leir, desde la Ciudad Fortificada de Satyna, hasta la Capital del Ducado, también conocida como la Ciudad Fortaleza de Urvan.
“Tranquilo Michael~ Sigue tirando del carro como antes~”
El grupo de Kei había salido de Satyna a primera hora de la mañana, pero el sol ya había alcanzado su cenit, y estaban a punto de llegar al siguiente pueblo en ruta. Hasta el momento, su viaje había transcurrido sin sobresaltos, hasta el punto de que les estaba aburriendo sobremanera.
“Daniel por otro lado~ Parece tan gruñón como siempre~ Pero en realidad es muy amable~”
La caravana constaba de seis carros de dos caballos, una decena de personas compuestas por comerciantes, sus familias y aprendices, así como ocho escoltas, incluyendo a Kei y Aileen. La caravana se movía lentamente, pero era lo suficientemente grande como para que ningún ladrón o bestia salvaje la atacara por descuido.
“El sol se siente cálido~ El viento se siente bien~ Pero al final~ Estoy Super~ Super~ Aburridaaaaaa~”
El carruaje avanzaba acompañado del piar de los pajaritos. Una joven voz cantando también formaba parte de él. Al lado de Kei, que se montaba a horcajadas sobre Sasuke e igualaba el paso del carruaje, una chica de piel oscura asomó su rostro desde la sombra del portaequipajes.
“Hola, ¿Qué tal mi canción?”
“-Creo que estuvo bastante bien”.
“Es bastante buena”.
Junto a Kei, que asintió ambiguamente, Aileen respondió con una sonrisa amable mientras se montaba a horcajadas en Suzuka, el caballo negro que tomaron de la gente de las llanuras.
“Ajajaja, ¿En serio?”
Su expresión se iluminó mientras se subía al asiento del carro, dejando colgar las piernas, y empezó a cantar: “Lalala~ tan hambrienta~”. Era una letra improvisada y sin ritmo, pero verla tararear inocentemente tenía un efecto agradable y tranquilizador para los que la veían.
“Realmente te gusta cantar, ¿Eh, Edda?”
Un hombre regordete que llevaba las riendas junto a ella le dio una palmadita en la cabeza a la niña, Edda.
“¡Seguro que me estoy pareciendo a papá!”
“Jajaja, ¿Es así?”
La niña dejó de cantar y ladeó la cabeza mientras el hombre se reía con ganas.
Su nombre era Holland.
Formaba parte de la Compañía Cornwell, así como el encargado de esta caravana. Podría decirse que era el empleador directo de Kei y Aileen para este trabajo. Una barriga robusta, ojos caídos que no parecían contener ninguna malicia, un pequeño y cuidado bigote como marca. La gente de la caravana parecía estar en términos amistosos con él, incluso le llamaban Chef como apodo.
Eso sí, no era el término inglés para referirse al chef culinario, sino que significaba Jefe en Francés. Sin embargo, el hecho de que la mayoría de sus productos fueran alimenticios, además de que él mismo era todo un gourmet, probablemente influyera en esto.
Tenía la primera mitad de la treintena y, según su intercambio, parecía ser la figura paterna de Edda. Sin embargo, el propio Holland tenía la piel clara y sus rasgos no se parecían a los de Edda. Kei sospechaba que había alguna circunstancia de por medio, pero ajeno a ello, Holland se dio una palmada en el vientre y se encogió de hombros.
“Bien, papá ya empieza a tener hambre. Pero estamos a punto de llegar al siguiente pueblo, así que vuelve a entrar, Edda. No deberías estorbar el trabajo de esos jóvenes”.
“Mmmm~”
Ella respondió con una voz que no afirmaba ni objetaba. Mientras su padre le daba una palmadita en la espalda, Edda apoyó los codos en el asiento del carro observando a Kei y a los demás.
Un joven de cabello negro y duro iba a horcajadas sobre un caballo marrón oscuro. Tenía unos ojos aún más oscuros que los de Edda, tenía una complexión sólida y musculosa. Llevaba una armadura de cuero con intrincados adornos, un arco bermellón en la mano izquierda, una espada larga en la cintura y unas grandes aljabas atadas a la silla del caballo.
En comparación con su recio físico, su rostro parecía tan infantil que realmente se sentía fuera de lugar, pero la fresca herida de espada que le recorría la mejilla izquierda producía una indescriptible sensación de asco. La mirada de sus ojos era serena, como la superficie de un lago, y aunque hacía que el ambiente fuera un poco sombrío, extrañamente, Edda no lo consideraba aterrador.
Junto a aquel joven arquero había una chica rubia montada en un caballo negro. Tenía una piel blanca y pura que contrastaba con la de Edda, y un par de ojos azules y cristalinos. Su cabello, que parecía tejido con hilos de oro, atado detrás de ella, brillaba al reflejar los rayos del sol. Llevaba una túnica de lino de buena calidad, y sus piernas rectas con pantalones negros sobresalían del dobladillo.
Su aspecto era tan encantador que uno creería si le dijeran que era una hija de la nobleza que viajaba de incógnito con ropa de plebeya; sin embargo, el sable y el escudo de madera que llevaba a la espalda, así como los guanteletes y espinilleras de cuero dejaban muy claro que ella también era una de las personas contratadas para la batalla. Sin embargo, la forma en que miró encantada a Edda cuando se percató de su mirada no poseía ningún rastro de guerrera.
“…Oye, hermana mayor”, Edda abrió bruscamente la boca, “¿Es cierto que eres maga?”.
Al verla tan llena de curiosidad, Aileen hinchó el pecho con una sonrisa de suficiencia.
“Sí. Así es, ¡Lo soy!”.
“¡Vaya, eso es increíble! Oye, oye, ¿Puedes hablarme de la magia? Enséñamela!”
“U-Uhh… Sobre eso…”
Su inocente petición hizo que Aileen se preocupara un poco mientras miraba el sol abrasador.
La Doncella del Crepúsculo con la que Aileen tenía un contrato, haciendo honor a su nombre, era un Espíritu que mostraba su verdadero poder una vez que el sol se había puesto. Una cosa sería si estuvieran en una sombra donde no llegara la luz del sol, pero ella no podía usa [Manifestar] aquí bajo el sol sin obstáculos.
Sin embargo, un hechizo simple todavía era posible incluso durante el día, pero su habitual rentabilidad con el catalizador y el poder mágico se disparó hasta un nivel ridículo.
Así que, en esencia, Aileen no podía utilizar magia durante el día.
Eso era claramente una debilidad, así que tampoco podía anunciarlo exactamente para que todos lo oyeran.
“Mghh…”
“Oye Edda, estás molestando a esa chica”.
Al ver a Aileen con una expresión preocupada, Holland acudió rápidamente a su rescate.
“En primer lugar, acosar a un mago sobre los secretos de la magia es lo mismo que preguntar a un vendedor ambulante sobre su proveedor. No deberías ser tan poco razonable”.
“Ehh, pero quiero verlo”.
“Uhh, bueno, ¡Papá entiende muy bien tus sentimientos! Ya sea el proveedor o los secretos de la magia”.
Holland miró expectante a Aileen. A estas alturas, era difícil entender a qué bando apoyaba realmente.
Aileen hizo un puchero y miró hacia otro lado como para ganar tiempo.
“…Ahora estamos en marcha, así que ¿Por qué no se lo enseñas cuando tengamos más tiempo, como cuando terminemos de montar el campamento por la noche o algo así?”.
Al escuchar la propuesta de Kei, Aileen lo señaló emocionada, casi gritando: “¡Eso es!”.
“Así es. Ahora estamos trabajando. Puedo mostrarte más tarde, ¿De acuerdo?”
“¿Eh, lo harás?”
“Sí. Una vez que hayamos cenado, te mostraré un poco”.
Hizo hincapié en la parte pequeña con sus dedos y guiñó un ojo de manera juguetona. A diferencia de los guerreros con cerebro de músculo como Kei, Aileen tenía fuertes poderes mágicos. Mientras el sol se pusiera, ella podría realizar fácilmente un hechizo mágico para entretener a una niña, incluso sin un catalizador.
“¡Waah, yaay! Gracias!”
“¡Ohh, realmente valía la pena pedirlo!”
Edda y Holland chocaron los cinco en el asiento del carro en forma de vítores.
Por la forma en que están reaccionando parece que la tratan como a una ilusionista más que como a una maga, Kei no pudo evitar reírse mientras miraba al dúo, retozando de que tuvieran algo que esperar después de la cena. Dicho esto, la persona en cuestión, Aileen, tenía una expresión de suficiencia en su rostro, así que estaba bien mientras se alegrara por ello.
“Muy bien, Edda, tu petición ha sido concedida. Es hora de que vuelvas a entrar. Estamos a punto de llegar al siguiente pueblo”.
“¡Okaay!”
Esta vez, ella se dirigió obedientemente hacia el transportador. Mientras la despedía con una sonrisa, Holland se dirigió a Aileen.
“¡Querida, gracias, gracias! Este tipo de viajes siempre están llenos de aburrimiento. Está en el apogeo de la juventud, así que está hambrienta de alguna emoción”.
“Ya lo sé. Es perfectamente natural para una chica de su edad”.
“En efecto. Aun así, ¿Estuvo realmente bien? Es un poco incómodo decir esto después de haberlo propuesto, pero he oído que los magos rara vez muestran sus habilidades.”
“Está bien. Sólo le mostraré lo que está bien mostrar”.
Al escuchar la respuesta indiferente de Aileen, Holland se rio irónicamente, diciendo: “Ahí me has atrapado”.
“Pero ya veo. Eso es bastante parecido a nosotros los comerciantes”.
“En consideración a la expresión de Edda, no cobraré ninguna tarifa de visita turística.”
“Jaja, no soy rival para ti”.
Holland se dio una palmada en la frente y se rioo con ganas, pero justo en ese momento, el sonido de unos cascos se acercó por detrás.
“¡Hey, Holland! Espera un poco”.
Mirando hacia allí, un mercenario montado en un caballo galopaba hacia ellos mientras saludaba a Holland.
“Ohh, Dagmar. ¿Hay algún problema?”
“Lo hay. Uno muy grande”.
El mercenario se encogió de hombros mientras se alineaba junto al grupo de Kei. Resultó ser un hombre de mediana edad profundamente bronceado y con cejas gruesas.
El tal Dagmar era el encargado de dirigir a los mercenarios de esta caravana, así que era el superior directo de Kei y Aileen. Según Holland, eran amigos de la infancia, y bastante cercanos, a juzgar por la franqueza con la que habían hablado desde la mañana.
“¿Qué ha pasado?”
“El destartalado carro de Pierre finalmente se le murió hace un momento. El eje parece traquetear y no se mueve. Todo el mundo está tratando de arreglarlo ahora, pero llevará algún tiempo. ¿Puedes esperar un poco?”
“…No se puede ayudar. Aún así, Pierre debería darle un descanso y comprar un nuevo carro”.
“En eso estoy contigo. Pero no tiene suficiente dinero”.
Dagmar suspiró lamentándose, pero rápidamente se recompuso y miró a Kei.
“De todos modos, Kei. Confiabas en tu fuerza, ¿Verdad? ¿Podrías ir allí y ayudar con las reparaciones? Necesitan a alguien que sostenga el carro”.
“Claro, no hay problema”.
“Gracias. Me adelantaré para avisar a los demás. A este paso, nuestra llegada al pueblo se retrasará”.
Tras un encogimiento de hombros más, Dagmar se apresuró a regresar. Despidiéndose de él, Kei le entregó el Aguijón del Dragón a Aileen.
“Así que supongo que regresaré… Pero esto probablemente se interpondrá en el camino, así que aguántalo”.
“Entendido.”
“Gracias”
Dejando la delantera a Aileen, hizo girar el caballo y se dirigió hacia atrás.
Resultó que el carro que tenía un problema era el último de la fila, a varios carros de distancia del cubierto de Holland. Un comerciante y varios aprendices estaban descargando un pesado equipaje y se acercaban a la rueda trasera con herramientas y restos de madera en las manos.
“Dagmar me dijo que necesitabas ayuda”.
“¡Ah, estoy muy agradecido!”
El comerciante que sostenía el portaequipajes con ambas manos y el rostro sonrojado miró a Kei como si fuera un mesías. Pero al mismo tiempo, la fuerza abandonó repentinamente sus manos, y un hombre, que había estado sosteniendo el portaequipajes desde abajo, dejo escapar un gemido.
“¡Lo siento, pero puedes echarme una mano!”
“Claro, déjemelo a mí”.
Al escuchar su súplica en forma de grito, Kei bajó rápidamente de Sasuke y se encargó de sostener el portaequipaje. Al tomar una postura sólida y poner fuerza en sus brazos, el carro se levantó ligeramente en el aire a pesar de que todavía tenía una cantidad considerable de mercancía en él.
“¡Ohh, se ha vuelto tan ligero!”
Exclamó con alegría el joven de cabello corto que lo sostenía desde abajo. Pero al mirarlo más de cerca, no parecía ser un aprendiz de comerciante. Además de llevar una armadura de cuero chapado en acero, también llevaba una vaina de daga en la cintura. Su cuerpo tampoco era el de un comerciante, sino el de un guerrero forjado para la batalla.
¿También es un escolta? Creo que no lo he visto antes.
Mientras ponía fuerza en sus brazos, Kei buscó en su memoria con asombro. Se habían reunido con los otros escoltas por la mañana antes de partir de Satyna. Pero no recordaba que este joven hubiera estado allí. Tenía el cabello dorado poco recortado y los ojos azul pálido. Su piel también era clara, y parecía dominar los pigmentos pálidos en general.
Si se excluye el hecho de que sus ojos parecían extrañamente afilados y opresivos, se le podría describir incluso como guapo. Su oreja izquierda, que estaba llena de piercings, era extremadamente memorable, por lo que Kei creía que se habría acordado de él si se hubieran visto aunque fuera una vez.
Tal vez no era un mercenario contratado para la escolta, sino el guardaespaldas privado de alguien.
O tal vez sólo era un viajero que acompañaba a los vendedores ambulantes.
Mientras Kei reflexionaba sobre ello, sus ojos se encontraron de repente.
“Oye, seguro que tienes mucho poder, ¿Eh?”.
Kei sintió que había un brillo peligroso en sus ojos. Se sentía algo desafiante, incluso beligerante.
“…Gracias por los elogios”.
Se encogió de hombros en broma, dejando pasar el comentario.
“¡Muy bien, desliza la planta aquí!”
“¡Clavos! Tráeme algunos clavos!”
“¡Y un poco de madera cuadrada para mí!”
Ignorando los fuertes gritos de los hombres a su alrededor, concentró su conciencia en sus manos que sostenían el carro.
Pero aún así.
Incluso cuando miraba hacia otro lado, el joven rubio seguía mirando a Kei con ojos desorbitados.
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Este capítulo se tradujo lo más antes posible gracias a kuraori!
Canjeo 1 Zafiro x 1 Capítulo extra de Vermillion!
El capítulo 46
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