Vermillion - Capítulo 41
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Capítulo 41: Rescate Parte 3
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Bajaron las escaleras. Aileen llevaba a Lily en su espalda, ya que sus piernas estaban inestables por haber estado confinada tanto tiempo. Lily jadeó sorprendida al ver a los hombres gimiendo en el suelo, especialmente a Borris, que seguía inconsciente boca abajo. Aileen lo ignoró y salió directamente por la puerta.
“Entonces, ¿En qué dirección está la casa?”
En este momento, se encontraban en algún lugar cerca del centro de la Antigua Ciudad. Ella creía que lo mejor sería llegar a la calle principal, así que siguiendo sus recuerdos de antes de la puesta de sol, se dirigió hacia el centro del distrito.
Sin embargo, antes de que caminaran siquiera un minuto, Aileen dijo: “¿Qué es eso…?”.
En línea recta había un gran número de luces que se balanceaban. Pudieron escuchar el sonido del metal chocando con el metal y muchos pasos corriendo hacia ellos.
Las personas que corrían eran un grupo de guardias que llevaban linternas.
“¡Ah! ¡Aileen!”
Y entonces, desde detrás de ellos, el rostro que apareció de repente fue-
“-¡Kei!” Gritó Aileen, casi dejando que Lily se escapara accidentalmente.
Salió completamente equipado con todos sus carcajes, dándole una apariencia similar a la de un erizo. Tenía el rostro enrojecido y bajo el casco de cuero el flequillo se le pegaba a la frente por el sudor de tanto correr.
Sin haber comprendido aún la situación, Kei se precipitó directamente hacia ella. “¿Estás herida en algún sitio?”
Aileen negó con la cabeza, sorprendida. “Estoy bien”.
“Parece que ya ha terminado… Supongo que fui demasiado lento”.
Vio a Lily de espaldas y dejo escapar un suspiro de alivio mientras apoyaba las manos en las rodillas, agotado. Desde detrás de él gritó una voz conocida: “¡¡Lily! ¡Lily!!”
“¡Papá!” Con los ojos muy abiertos Lily saltó de la espalda de Aileen y corrió hacia la voz.
Montand se tambaleó al salir corriendo de detrás de los guardias.
“¡¡Lily!! ¡¿Estás bien?!”
“¡¡Papá!! ¡¡¡Papaa!!!
Lily se lanzó a sus brazos. Se hundieron en el suelo en medio de la calle y ambos comenzaron a llorar.
“¡Me alegro tanto! ¡Me alegro tanto de que estés a salvo! Oh… ¡Lily!”
“¡Papá! ¡Estaba tan asustada!”
Kei y Aileen observaron a los dos con expresiones amables.
“Umm. Bueno, er…” Una voz se interpuso desde un lado. Era uno de los guardias, un hombre mayor con una espléndida barba negra. “¡Ah, tú eres la de aquella vez!” Señaló a Aileen. Era el oficial de inspección durante el incidente con su poción en la puerta.
El hombre se quitó el casco y se rascó la cabeza con expresión avergonzada: “Perdona, pero ¿Podrías explicar lo que pasó?”.
“Claro… Bueno, es exactamente lo que parece”. Kei se encogió ligeramente de hombros y señaló a Lily y Montand. “Aileen rescató con éxito a esa niña”.
“Eh, bueno, eso lo entiendo, pero…” Parecía aún más avergonzado, pero miró a Aileen con desconfianza. “He oído que un experto luchador mágico estaba en camino para el rescate, ¿Pero era ella…?”
“Sí, así es. Es la luchadora mágica… Aileen, ¿Dónde la han encerrado?”
“Nada más bajo que en un almacén. Había ocho hombres dentro, pero los dejé a todos vivos… Borris también estaba allí”. Añadió la última parte en voz baja.
“¿Qué…?” Kei frunció el ceño y su rostro se tornó serio.
El hombre de la barba negra parecía confuso y, aunque seguía teniendo algunas dudas, decidió no seguir con ello y gritó a sus subordinados: “¡Eh, todos ustedes! La guarida de los secuestradores está cerca”.
“Espera un segundo, ¿Qué estás haciendo aquí, Kei?”
Kei sonrió como si se burlara de sí mismo: “Bueno… Después de que te fueras me puse en contacto con los guardias y convencí a Montand para que viniera… Pensé que podríamos apoyarte. Aunque parece que fuimos demasiado lentos…”
“Bueno, también está eso. Pero, ¿Cómo supiste que había que venir aquí?” Ella ladeó la cabeza con una expresión de incomodidad.
Kei miró hacia otro lado.
Detrás de él, los faroles brillaban contra el cielo oscuro. Aileen creyó ver a una chica con vestimenta de ángel que sonreía de forma hechizante.
“¿Qué?” Se quedó boquiabierta. “¿Usaste una esmeralda…? Eso es un desperdicio!”
“¡Está bien! Qué importa….” Tenía una expresión agria, pero se puso serio y miró a Aileen. “¡Podemos comprar una o dos joyas cuando queramos! Pero…”
Pero… pensó. Su mirada vaciló, y su boca quedó abierta sin que dijera nada. Volvió a apartar la mirada. “Bueno, en todo caso… Siento que lleguemos tarde”. Kei bajó la cabeza.
Aileen parpadeó ante su inesperada acción. Al cabo de un rato, su expresión cambió como si dijera: ‘No hay remedio’, y le empujó ligeramente la cabeza. “No te preocupes… Me alegro de que hayas venido. Además…”
Recordó que lo que le dijo antes de irse pareció herirle. Sin embargo, ¿Volver a sacar el tema y disculparse haría que volviera a ser un problema?
Ahora mismo…
No dijo nada, le puso la mano en el hombro y le dedicó una sonrisa. “Realmente has venido, ¡eh! Te agradezco el detalle, pero para ser sincera, ¡No has hecho una m%$#da!”
“¡Uf… no puedo discutir la verdad…!” Parecía enfadado mientras Aileen se reía.
“De todos modos, ¿a qué viene todo esto? ¿Planeas hacer una guerra? Es imposible que uses tantas flechas”.
“¡Nunca se sabe lo que puede ser útil! Déjame en paz”.
“Pensé que no podías usar un arco en combate urbano~”.
“¡Pensé en disparar a través de las paredes si se daba el caso!”
Con los guardias formando un círculo a su alrededor los dos se molestaban ruidosamente. Junto a ellos la pareja de padre e hija lloraba.
El hombre de barba negra miró a la luna mientras se colocaba el sombrero y suspiró. “Quiero volver pronto a casa…”.
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Después, los guardias detuvieron a Borris y a los demás secuestradores.
Después de examinar el interior del edificio, encontraron varios narcóticos y mercancías ilegales. Resultó ser la guarida de un cártel de la droga a gran escala.
Borris parecía ser un subordinado de su organización.
Tras investigar a fondo, arrestaron a más miembros de la organización, y Borris incluido, fue condenado en su mayoría a la decapitación. Todos los demás fueron forzados a la esclavitud, trabajando hasta la muerte en las minas o en el procesamiento de residuos en la sección norte de Satyna.
La única información útil que lograron obtener de los miembros fue que había un gerente; un hombre delgado llamado Tristán. Aunque buscaran en la ciudad, era muy probable que ya se hubiera marchado.
Por los acontecimientos pasados, Montand y su familia estaban agotados mental y físicamente.
Sobre todo Lily, que había dejado de asistir temporalmente a las clases y se estaba recuperando del shock en casa. Montand también se tomó un breve descanso de su trabajo.
“Estamos pasando tiempo juntos como una familia”, dijo Montand con seriedad, forzando una sonrisa mientras devolvía la plata que Kei le prestó. Cogió la mano de Aileen y dijo: “De verdad, muchas gracias”. La cantidad de veces que inclinó la cabeza ante ella fue impresionante.
Kei y Aileen se quedaron en Satyna otros tres días después del incidente.
Querían encontrar un trabajo como escoltas, así como esperar a que Connor acabara con la piel de Mikazuki.
Para bien o para mal, gracias al incidente ellos-principalmente Aileen- pudieron ganar algo de fama y reputación.
La luchadora mágica que invadió gallardamente la guarida de los secuestradores y rescató admirablemente a una niña. Para que esa persona fuera también una hermosa joven, era imposible que la gente no hablara de ello. Las historias de su heroísmo se hicieron tan populares que, en lugar de buscar trabajos de escolta, los comerciantes acudían a ellas con peticiones de escolta.
El mayor de todos ellos era el cliente de Montand, la Empresa Cornwell. Al parecer, la presunta causa del secuestro era que Juli, el hijo de Cornwell, mantenía a Lily en la mansión hasta tarde. Parecía estar atormentado por su sentimiento de culpa. Juli estaba tan agradecido de que Aileen salvara a Lily que se dirigió a su posada para entregar personalmente una gran cantidad de dinero como recompensa.
La recompensa procedía de su propio dinero de bolsillo, pero aun así, la suma equivalía a unas cuantas monedas de oro. Kei y Aileen se sorprendieron, quisieron aceptar el dinero, pero, sinceramente, andar con tantas monedas sería una molestia.
El chico era inteligente; comprendió que la magia costaba un catalizador como una esmeralda o una joya, y así, con la moneda de oro aproximada que le quedaba, les compró otras nuevas al día siguiente. Las joyas y labradorita eran de tan buena calidad que Aileen no tendría que preocuparse por su uso, y Kei podría volver a utilizar su [Manifestar], después de haberse quedado sin esmeraldas. Kei sugirió una o dos joyas, pero las consiguió más rápido de lo esperado.
Juli también quería arreglar que Lily tuviera un guardaespaldas que la llevara y trajera de las clases una vez que regresara. La idea que propuso fue que Aileen fuera la guardaespaldas. Si el guardia era un hombre, Lily podría sentirse asustada, y además de la buena apariencia y las habilidades de Aileen, ya era cercana a Lily. Aunque era otro añadido llamativo a la recompensa, ni Kei ni Aileen tenían intención de quedarse en Satyna y lo rechazaron con pesar.
Desaparecida la opción de que Aileen fuera la guardaespaldas de Lily, Juli parecía terriblemente decepcionado. Sin embargo, era consciente de que Kei y Aileen se dirigirían a Urvan y empezó a hablar de trabajo. Había una caravana de comerciantes que necesitaba escolta y que viajaba hacia el norte, hacia Urvan, por la carretera. Habían recibido un trato que no podían imaginar hace unos días, además de una gran recompensa. Kei nunca habría imaginado que recibirían un trato así por parte de un chico con el que no habían interactuado hasta ese momento.
-El bien que haces a los demás es un bien que te haces a ti mismo, eh.
La mañana de su partida. Ese dicho fue algo que no pudo evitar pensar mientras estaban frente a las puertas del norte.
Los comerciantes que iban a custodiar estaban terminando la última revisión de su equipaje. Kei y Aileen estaban listos para partir. Kei montaba a Sasuke, mientras que Aileen montaba uno de los caballos del pueblo de las llanuras, recientemente llamado Suzuka. Vendieron los otros dos caballos a través de la Compañía Cornwell.
“Onee-chan… ¿Te vas?”
“Sí, lo siento. Tengo que ir a Urvan como sea”. Aileen se mostró arrepentida.
Aileen y Lily se despidieron junto a Kei. Lily estaba cabizbaja. No le pidió a Aileen que no se fuera. No lloró. Sabía que sería egoísta. Todo lo que hizo fue mirar hacia abajo en silencio.
“Lo sé. Te daré esto”. Aileen saltó ágilmente de Suzuka y se puso en cuclillas a la altura de Lily.
“¿Qué es esto…?”
“Es un amuleto”.
Lo que puso en la mano de Lily era una gema de cuarzo rosa que colgaba de una cadena.
“Lo hice anoche. Le puse un hechizo, mientras el sol se ponga, puedes llamarme sólo una vez. Si vuelve a ocurrir algo peligroso y me llamas, vendré a salvarte enseguida”.
Aunque, dijo que Lily podía llamarla, no podía tele-transportarse hasta ella. Utilizaría [Manifestar] para que pudieran hablar durante un corto tiempo. Era bastante creíble para una niña que el encantamiento pudiera enviar una sombra a larga distancia.
Sin embargo, las palabras de Aileen tuvieron un efecto mágico en Lily. Ella la agarró preciosamente con el brillo de vuelta en sus ojos. “Gracias, onee-chan…” Hizo todo lo posible para poner la sonrisa más valiente que pudo y expresar su agradecimiento, pero las lágrimas pronto brotaron de sus ojos y su sonrisa se desmoronó. “Onee-chaaan…”
“Ya, ya…” Aileen sostuvo a la llorosa Lily contra su pecho mientras le acariciaba suavemente la cabeza.
Kei observaba en silencio desde su caballo.
“Kei-san…”
Kiska y Montand se acercaron al lado de Kei, con cuidado de no molestar a Aileen y Lily.
“Hola”.
Kei se movió para desmontar, ya que sería de mala educación quedarse allí arriba, pero Montand lo detuvo. “Kei-san. No puedo agradecerte lo suficiente por ayudarnos”.
“Yo no he hecho nada… Todo ha sido obra de Aileen”. Kei sonrió torpemente mientras ambos se inclinaban ante él. Su sonrisa no era precisamente forzada, pero tampoco se podía decir que fuera natural.
“Ya le hemos dado las gracias muchas veces. Por supuesto, no es cuestión del número de veces…”
Kiska le tendió una cesta a Kei mientras Montand agitaba los brazos con pánico e intentaba corregir lo que había dicho.
“Son bocadillos. Pido disculpas por que sean sólo esto, pero espero que tú y Aileen los disfrutén para el almuerzo de hoy.”
“Oh, gracias… ¿Y la cesta?”
“Quédatela, por supuesto”.
“Gracias”. Kei sonrió con su respuesta mientras sujetaba la cesta a la silla de Sasuke.
Montand se recuperó en ese momento y sacó un carcaj de tamaño medio. “Siento si esto parece simple, pero… he hecho unas cuantas flechas largas más. Espero que les encuentres un uso.
“Oh, esto es… ya tengo un montón de flechas, pero… ¿Esto está bien?”
“Por supuesto que sí”. Montand asintió profundamente.
Kei tenía en serio un montón de flechas. Compró la mayoría de ellas a Montand, pero el problema era su volumen. Tenía cuatro carcajs contando el que llevaba a la espalda, los que estaban a ambos lados de la silla de Sasuke, y el que llevaba Sasuke a la espalda. Tres de ellos eran bastante grandes.
“Me los llevaré con gusto. Pero todavía hay mucho espacio en los carcajs que tengo, ¿Podría llevarme sólo las flechas?”
“Sí, desde luego, desde luego”.
Kei le quitó las flechas y las puso en el carcaj que llevaba a la espalda. Le pareció que éstas estaban hechas con más cuidado que las otras.
“Muy bien. Ya es hora de que nos pongamos en marcha”. Gritó el jefe de la caravana desde el frente.
Los mercaderes subieron a sus carros y los escoltas se enderezaron en sus monturas.
Era el momento de partir.
“Es hora”.
“Sí… Cuídate”.
“De verdad, muchas gracias”.
Montand y Kiska se inclinaron ante Kei y Aileen, les dieron las gracias por última vez.
Kei retiró su mirada de ellos y miró al cielo distraídamente.
Comenzó el sonido de las ruedas de madera girando y los carros empezaron a avanzar lentamente.
Kei dio una ligera patada en los flancos de Sasuke y éste también avanzó.
“¡Onee-chan! Nos vemos de nuevo!!”
“¡¡Cuídense!! ¡¡¡Definitivamente vendré a verlos de nuevo!!!” Gritó Aileen y les devolvió el saludo desde al lado de Kei.
Habían pasado aproximadamente diez días desde que fueron traídos a este mundo.
¿Por qué los trajeron aquí?
Kei y Aileen comenzaron su viaje para resolver ese misterio.
Su destino, el norte. El centro de la región de Ri’leir.
-La Ciudad Fortificada, Urvan.
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Nota de Tac-K: Listos los capítulos por hoy chic@s, pasen una linda noche, Dios les ama y Tac-K les quiere mucho. (ɔO‿=)ɔ ♥
Este capítulo se tradujo lo más antes posible gracias a kuraori!
Canjeo 1 Zafiro x 1 Capítulo extra de Vermillion!
El capítulo 41
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