Vermillion - Capítulo 117

Capítulo 117: Gloria [7]

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Habían pasado tres días.

Había tenido una entrevista con el alcalde de Urvan, y también tuvo que rellenar más papeles y otras cosas molestas, pero por fin obtuvo el carné.

Tenía forma rectangular del tamaño de la palma de la mano y estaba hecho de pergamino resistente. Encima del sello de Urvan había una declaración exagerada sobre los derechos de ciudadanía honoraria del individuo conocido como “Kei”, y también tenía la firma del alcalde. En el reverso figuraban los datos personales de Kei, un retrato para su identificación y una sección para su propia firma.

La firma no significaba que tuviera que saber leer; lo que querían era algo que fuera difícil de imitar por otros. Tras muchas deliberaciones, decidió escribir Nogawa Keiichi en kanji. Para los habitantes de este mundo, sería extremadamente difícil descifrarlo o imitarlo a simple vista.

“Por fin ha llegado el día, Aileen…”

“Sí. Siento como si hubiéramos esperado mucho tiempo…”

Las dos caminaron a lo largo del primer muro de la muralla con miradas vacías en los ojos.

Pasó un mes desde que fueron rechazados en la puerta al intentar entrar en el distrito de primera clase para ir a la biblioteca. Era difícil decir si un mes les parecía mucho o demasiado poco, pero en cualquier caso, fue bastante conmovedor para ambos.

Mientras se sentía extrañamente orgulloso de la identificación en su bolsillo, los dos finalmente llegaron al puesto de guardia de la puerta que habían visitado la última vez.

“Ohh, son ustedes dos”.

“Vimos el torneo. Enhorabuena por vuestro campeonato”.

El joven y el viejo guardia fueron los primeros en llamarles.

“Gracias, gracias. Pero sí, tengo mi nacionalidad”.

Sacó el carné del bolsillo y se lo entregó al guardia anciano. Éste se levantó el visor del casco y, aparentemente aquejado de hipermetropía, apartó el carné de sí mismo, escaneándolo.

“…Ya veo, Nogawa Keiichi, sin duda eres tú. Puede pasar”.

Le devolvió el carné con una sonrisa.

“Oh, sólo el dueño puede pasar con ese carnet, así que esa chica…”

El guardia más joven intervino de repente.

Efectivamente, el dueño de esa identificación era Kei, y su efecto no se extendía a Aileen.

En otras palabras, Aileen no tenía derecho a pasar por la puerta.

Dicho esto, Kei no se inmutó.

¿Sabes cuánto tiempo he pasado con esos molestos trámites…?

Había esperado que esto sucediera desde el principio. Y también se le había ocurrido una solución.

Lentamente abrazó los hombros de Aileen y declaró.

“-Es mi esposa”.

Un hombre casado. Si un ciudadano con DNI era el cabeza de familia, a su mujer, siempre que hubiera uno solo, se le concederían de inmediato los derechos y obligaciones de la ciudadanía, aunque no fuera el ciudadano de Urvan.

En otras palabras, si Aileen era la esposa de Kei, compartiría los mismos derechos.

Aileen se cruzó de brazos sonrojada ante su declaración.

Esto no era más que un medio para pasar la puerta esta vez, sin embargo…

Algún día quiero celebrar una ceremonia como es debido, pensó Kei. Aileen aún no había decidido si quedarse en este mundo o no, así que él sólo podía esperar, pero quería que algún día celebraran un matrimonio como es debido.

…Pero me pregunto cómo funcionan los matrimonios en este mundo, se preguntaba. Este mundo tenía todo tipo de Espíritus elementales existiendo como si fuera normal, así que las concepciones religiosas eran bastante débiles.

Tal vez pensaban en ello como Japón con sus innumerables dioses, pero al menos, era seguro que su forma de casarse no era del tipo “tienes que jurar ante el dios”.

…Oh cierto, tal vez están celebrando las ceremonias de matrimonio en el templo del Espíritu del Agua en Yulia. Supongo que aquí las novias también llevan vestido…

Imaginando a Aileen con un vestido de novia, los musculos de sus mejillas se aflojaron naturalmente.

Empezó a sonreír al imaginar el aspecto de la futura novia de Aileen, que se sonrojaba con ambas manos en las mejillas.

El joven guardia tenía una expresión abatida oculta bajo su casco, mientras que el mayor sonreía irónicamente.

“…Bueno, vale. Si es tu mujer, las normas dicen sin duda que comparte tus derechos”.

Kei y Aileen asintieron satisfechos ante las palabras del viejo guardia.

Con esto, por fin, por fin, se librarían de los molestos procedimientos.

“Entonces…”

El viejo guardia tendió la mano. Kei estuvo a punto de cogerla, pensando que le pedía un apretón de manos, pero entonces pronunció aquellas devastadoras palabras:

“Por favor, muéstreme su certificado de matrimonio”.

“……”

Y Kei aulló.

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Sasuke: “Últimamente no tenemos turno”.

Suzuka: “Cierto”.

Sasuke: “Se supone que es un arquero a caballo”.

Suzuka: “Cierto”.

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