Vermillion - Capítulo 116
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Capítulo 116: Gloria [6]
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Kei y Aileen se quejaban mientras cenaban juntos con Mandel en HangedBug.
La cena de esta noche también servía como fiesta de despedida. Mandel se hospedaba en otra posada, pero al parecer planeaba abandonar Urvan para mañana. Holland también se dirigía a Satyna para entonces, así que, con la recomendación de Kei, le acompañaría como invitado.
“Por cierto, Mandel. ¿Se han puesto en contacto contigo en relación con el servicio al gobierno?”
“Sí. Las autoridades militares decían algo de nombrarme comandante de un escuadrón formado por cien arqueros. Pero lo rechacé”.
“Oh, así que lo han hecho. Y tú lo rechazaste eh, lo esperabas”.
“Sí. No puedes retirarte tan fácilmente una vez que te contrata el ejército, y yo también tendría que mudarme a Urvan. Ser cazador me viene mejor”.
Se encogió de hombros sin darle importancia.
“Claro que la paga era tentadora. Pero aun así…”
“Prefieres Tahfu, eh”.
“…Sí”.
“Desde luego, tener mucho dinero no garantiza una vida agradable”, dijo Aileen mientras se metía la ensalada en la boca.
“Sí, entre nosotros, si me preguntaras si prefiero Tahfu o Urvan, hasta yo elegiría Tahfu. Aunque sólo estuve allí unos dos días”. declaró Kei emocionado.
El pequeño pueblo rural rodeado del verdor de bosques y praderas seguía vivo en su memoria. Haciendo memoria, aunque Kei y Aileen se encontraban actualmente en Urvan, su viaje había comenzado en aquella aldea. Kei creía que Tahfu era mucho más cómoda, comparada con la exclusiva Urvan, aunque con la exclusión de ser atacados por venganza por los bandidos.
“Es fácil vivir en esa aldea, en varios sentidos. También es más rica en comparación con otras aldeas. Hablando de eso, ¿Qué hay de ti, Kei? Sobre el servicio del gobierno”.
“Por lo que parece, también me visitaron. Querían contratarme como arquero igual que a ti. Sin embargo, no me ofrecieron el puesto de comandante de cien como a ti”.
“Ya veo… qué raro”.
“Aunque ganaste, Kei. Yo estaba como, ¿Como civil? ¿Lo dices en serio? Me pregunto si fue discriminación o algo así”.
Aileen frunció el ceño, con cara de disgusto, como si se tratara de ella. Kei no pensaba entrar en el servicio gubernamental, independientemente del puesto que le ofrecieran, pero que le trataran injustamente seguía sin sentarle bien.
“Me pregunto. Quizá se dieron cuenta enseguida de tu falta de experiencia. En el pasado me abrí camino hasta comandante de diez, así que tal vez lo juzgaron basándose en ese historial”.
“¿En serio?”
Aquello fue inesperado para Kei. No sabía que Mandel se había alistado en el ejército.
No, espera, Kei recapacitó. Cuando estaban recuperando las posesiones de los bandidos allá en Tahfu, sólo Mandel no se vio afectado por la visión de los horripilantes cadáveres. Al parecer, Mandel podría haber participado en aquella campaña militar hace una década.
“¿Pero eso fue todo, Kei? Alguien tan hábil como tú debería estar muy solicitado”.
“Oh, a nivel privado, varias personas me llamaron. Cosas como ser guardaespaldas de un noble caprichoso, o escoltar caravanas, también algún guerrero de la frontera oriental me invitó a unirme a su clan. Aunque de momento lo rechacé todo”.
“Ya veo… por cierto, ¿Qué clase de clan mercenario era?”.
“Si no recuerdo mal… se llamaba algo así como… Rosa de Bronce, creo”.
“Ohh, ¡Rosa de Bronce! Ese es un clan bastante importante, ¿Sabes? Eran conocidos como un gran clan que rivalizaba con los Alas de Gigante durante la campaña militar, aunque supongo que no sabrías de qué estoy hablando”.
“No, bueno, puedo imaginarlo a grandes rasgos. No me extraña que parecieran tan sorprendidos cuando lo rechacé. Así que eran famosos, eh…”.
Continuaron con sus charlas ociosas y refunfuños relacionados con el servicio gubernamental, el ejército y cosas por el estilo, y luego, cuando ya habían bebido lo suficiente, la fiesta de despedida llegó a su fin.
Parecía que Mandel se marcharía por la mañana temprano, y también dijo que no necesitaban despedirse de él, así que ésta fue su despedida por un tiempo. Kei pidió a Mandel que transmitiera su saludo al chamán de Tahfu, a Anka, a la pareja de Cronen y al artesano de flechas de Satyna.
Me pregunto cuándo volveremos a vernos, reflexionó Kei mientras perdía el tiempo junto a Aileen en su habitación.
Encontrarse con Mandel durante este torneo ya era algo inesperado.
Este mundo no tenía medios sencillos de comunicación o movimiento. Su próximo encuentro podría ocurrir en unos meses, un año, o tal vez…
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