Vermillion - Capítulo 109
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Capítulo 109: Torneo [8]
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Pasó un mes en un abrir y cerrar de ojos.
El Torneo Marcial se anunció oficialmente al comienzo del festival del solsticio de verano, y Kei logró obtener una carta de recomendación tras pasar por una entrevista con el jefe de la sucursal de la empresa.
A continuación, completó los trámites formales de inscripción para el torneo en una oficina gubernamental, sólo para que después le llevaran al puesto de guardia con el fin de comprobar si tenía el “nivel mínimo de destreza requerido” para el arco. Como resultado, todos se asombraron de su potencia y precisión, que le permitían pulverizar las dianas…
A continuación, visitó al herrero que Holland le había recomendado para elegir una robusta espada larga, y también se desplazó por la ciudad para echar un vistazo a las propiedades de Urvan en preparación para la migración.
A veces se enteraba de aldeas dañadas por bestias y corría a ayudar, otras visitaba las afueras para hacer un picnic, o echaba siestas con Aileen.
También buscaban a algún Habitante de las Nieves en los alrededores de Urvan, buscaban leyendas de Northland, etcétera.
Al principio, no sabían cómo iban a ser capaces de no morirse de aburrimiento en ese mes, pero ahora que había pasado, sentían que se les había pasado volando. Kei, y muy probablemente Aileen también, encontraban estos días más agradables de lo que había esperado.
Y entonces, llegó el día del torneo.
Ataviado con su armadura de cuero, Kei esperaba dentro de una gran carpa instalada en una llanura. Esta carpa servía de sala de espera para los participantes en la división de tiradores. Además de Kei, en la tienda había Habitantes de las Praderas, de las llanuras e incluso gente que parecía de las nieves. Todos los guerreros estaban armados con arcos y ballestas mientras se relajaban allí.
El lugar elegido como escenario era uno de los pequeños fuertes cercanos a Urvan que contaba con un gran patio de armas. Los alrededores eran campos abiertos y pastos, por lo que se había reunido mucha gente.
Aileen estaba naturalmente entre ellos, pero tal vez incluso Edda, Jamie y otros habían venido a animarle.
Aun así, aunque este torneo podía considerarse un gran momento único en la vida, la expresión de Kei parecía algo sombría.
Me pregunto qué pasa con este torneo.
Kei planeaba participar con nada más que el Aguijón de Dragón y un manojo de flechas encima, pero a petición de la dirección del torneo, tuvo que ponerse la armadura de cuero que solía llevar durante la batalla.
Dijeron que “el juego sería ligeramente distinto al de la última vez”, pero…
Recordó la declaración del personal del torneo, y no pudo evitar sentirse ansioso.
“Si tienen armadura, equípensela” fue lo que les dijo el miembro del personal. Sólo iban a golpear objetivos y, como tales, se suponía que los concursantes no debían enfrentarse directamente. Naturalmente, los otros concursantes también se sentían tensos por esto.
No es que fuera a perder si de repente se convertía en un duelo.
Esa fue la sincera valoración de Kei tras observar a los demás participantes. Algunos de ellos parecían experimentados mercenarios y maestros arqueros, pero eran muy inferiores al aura de Alexei.
Dicho esto, no deseaba herir a los demás, y mucho menos resultar herido él mismo. Pero como no podía echarse atrás a estas alturas de la partida, no tuvo más remedio que esperar ansiosamente su turno.
No tenía nada que hacer, así que puso a Aguijón de Dragón sobre sus rodillas y comprobó el estado de sus flechas, pero entonces…
“¿Kei? ¡¿Así que realmente eres tú, Kei?!”
Al oír su propio nombre, por reflejo levantó la vista. Y entonces, sus ojos se abrieron de par en par, cuando vio al robusto cazador con una barba áspera de color marrón rojizo.
“…¿Mandel? Mandel!”
Ante sus ojos estaba Mandel, el cazador de Tahfu. Llevaba un protector de cuero sobre la ropa de combate, con una gorra de cuero decorada con plumas en la cabeza. Llevaba un carcaj a la espalda, y un arco corto, que había visto mucho uso, en la mano.
“Hace tiempo… ¿Un mes, supongo?”.
“S-Sí”.
Mandel habló con una suave sonrisa. Kei asintió repetidamente como un idiota mientras intercambiaba un firme apretón de manos.
“¿Así que tú también vas a participar en este torneo, Mandel?”.
“Sí. Pensé en intentar ganar un premio si era posible. Pero contigo aquí, Kei, el primer puesto no es más que una quimera”. Mandel rió amargamente mientras se hacía el modesto.
Kei sonrió vagamente, haciendo todo lo posible por no mostrar su nerviosismo.
Tras calmarse respirando hondo, se decidió y preguntó: “…¿Están todos bien en la aldea?”.
Se sentía extremadamente tenso. El corazón le latía en el pecho como un martillo, pero la respuesta de Mandel fue deslucida y sonó indiferente.
“Sí… no ha pasado nada. Todo el mundo está bien”.
Al oír eso, la fuerza abandonó el cuerpo de Kei.
…Así que al final, los ladrones no atacaron la aldea.
Se quitó un gran peso de encima, lo que permitió a Kei sonreír por fin de verdad.
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