Vermillion - Capítulo 100

Capítulo 100: Ordalias [10]

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No debería ser imposible conseguir una residencia y las recomendaciones. Si utilizaban sus conexiones con Holland, podría funcionar sorprendentemente bien. Sin embargo, estaba más claro que el agua que las cosas no serían tan fáciles en una sociedad exclusiva como Urvan.

Qué dolor.

Asaltado por una intensa punzada de melancolía, Kei dejó caer su cuerpo hacia atrás sobre la cama en la que estaba sentado. Al descubrirlo, Aileen dejó de disfrutar de la ligera brisa de la ventana y se abalanzó sobre él como un gato que hubiera encontrado un juguete.

“Retrocede un poco”.

“De acuerdo”.

Ella condujo a Kei hacia la pared, echándose hacia atrás y confiando por completo su delicado cuerpo a sus brazos.

“……”

El silencio dominó la habitación durante unos instantes.

“…De momento, vamos a preguntarle a Holland mañana”.

“De acuerdo…”

Aileen suspiró mientras se aferraba suavemente al brazo de Kei que rodeaba su cuerpo. Usó su otra mano para cepillar inconscientemente su hermoso cabello dorado mientras miraba aturdida la luz de la lámpara.

Suavemente…

“…como que ya no me importa”. Aileen declaró de repente: “Es complicado y fastidioso. ¿Qué tal si abandonamos toda esta investigación y volvemos a Satyna? Tú trabajarás como cazador, Kei, y yo vigilaré a Lily o algo así…”

Ella miraba en la misma dirección que él, y añadió mientras le ocultaba su expresión: “Aunque no podamos averiguar cómo llegamos aquí, podremos seguir viviendo…”

Esto hizo que Kei se diera cuenta de que ya era hora de que hablaran.

“…Hola, Aileen”.

Dejó de rozarle la cabeza, la agarró del hombro y le dio la vuelta antes de que pudiera reaccionar.

Los ojos de Aileen se abrieron de par en par ante su repentina y contundente acción.

“¿Qué estás…?”

“Aileen. ¿Qué… qué quieres?”. Sus ojos se clavaron en los titubeantes ojos azules de ella. “¿Quieres quedarte en este mundo? ¿O quieres volver?”

Le pareció oír el furioso latido del corazón de ella como respuesta.

“…Yo…”

Su voz tembló, tan débilmente que nunca lo imaginarías por su comportamiento habitual. Apartó los ojos, aparentemente incapaz de soportar la mirada de Kei.

“Yo…”

Aceptando su silencio, Kei la abrazó suavemente.

“…me alegraría que te quedaras conmigo, Aileen”. Habló en voz baja, pero clara.

Sintió como Aileen contenía la respiración ante su pecho.

“Pero… al final, quiero que tú decidas. Qué es lo que quieres hacer… a partir de ahora”.

Aileen permaneció en silencio. Pero Kei continuó de todos modos.

“Nuestras circunstancias son demasiado diferentes, así que puedo entender que estés preocupada por ello. No sabemos por qué hemos venido aquí, ni qué tendríamos que hacer para volver. Por lo general, cualquiera se sentiría ansioso y preocupado por esto.

Yo… yo, al menos, no tengo intención de volver. Pero aún así, quiero saber por qué vine aquí. Porque llamarlo un simple accidente o milagro no es suficiente explicación para la situación actual…”

“…Sí”.

Aileen respondió con un débil asentimiento.

“Entonces, una vez que sepamos todo, la razón de fondo y los medios para volver… quiero que decidas tú, Aileen”.

Con esas palabras, le acarició suavemente la cabeza.

“Estará bien que decidas en ese momento. Pero… permanezcamos juntos hasta entonces”.

Y si era posible, después también, se guardó esas palabras.

“De acuerdo… de acuerdo”.

Asintiendo repetidamente con la cabeza en su pecho, la voz de Aileen se había vuelto de lágrimas en algún momento. Sin embargo, actualmente Kei no tenía otra opción que abrazarla con fuerza en silencio.

¿Es arrogancia?

Kei se entregó a sus pensamientos dentro de esta especie de soledad.

Supuestamente…

Supuestamente, si le digo que abandone el viejo mundo y viva aquí conmigo, es muy probable que siga mi deseo mientras se lo suplique apasionadamente.

Sin embargo, ¿Estaría bien? ¿Está bien forzarla así? ¿Está bien simplemente imponerle mis propios deseos?

“Hic…gh…”

Al ver su sollozo lleno de preocupación y angustia, la respuesta fue clara.

A partir de ahora, seguro que llegará un día en que nos arrepintamos de algo. Pero si es así, quiero que esos remordimientos sean algo que, al menos en el fondo, pueda aceptar plenamente.

Esos eran los pensamientos de Kei.

Si Aileen decidía quedarse en este mundo de improviso, seguramente se arrepentiría algún día.

Ahora estaría bien. Podrían pasar sus días felices juntos. ¿Pero qué pasaría diez años después? ¿Veinte años después? ¿Sería lo mismo?

Incluso si ella trató de actuar en ese momento, sería demasiado tarde para nada.

Tenía que actuar ahora.

Tiene que actuar ahora, cuando la decisión aún no está tomada.

Llegar a una respuesta después de preocuparse y darle vueltas, eso le permitiría aceptar su conclusión, incluso si más tarde se arrepentía de esa decisión.

Kei quería que lo hiciera.

Mientras esperaba que su respuesta final fuera permanecer junto a él.

…Mírame ahogarme en la autosatisfacción.

Se burló en su mente. Sus sentimientos eran demasiado violentos para llamarlos simplemente autodesprecio.

Decía que no quería forzarla, pero esperaba que ella renunciara a la idea de volver.

¿Porque así no tendría remordimientos?

Era egocéntrico, egoísta, o quizás… ¿Qué otra cosa sino arrogancia?

Pero aun así.

Kei esperaba que Aileen lo hiciera.

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Nota de Tac-K: Tengan una muy agradable noche chic@s, Dios les ama y Tac-K les quiere mucho. (>‿=)✌

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