Tengo la espada sagrada? - Capítulo 7
✨ New novels every Tuesday and Saturday, and new chapters every Wednesday, Friday and Sunday!
🔥 Check out the latest releases and chapters here!
🌟 Join our WhatsApp group to request novels and receive the latest updates
📱 To add us to your favorites, tap the browser menu and select “Add to Home Screen” (for mobile devices).
Capítulo 7 – ¿Qué eres?
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Los estudiantes estaban alterados, de repente se encontraban en un lugar totalmente desconocido para ellos.
Algunos entraron en pánico y se aferraron al hombro de sus compañeros, mientras que otros se acercaban molestos al profesor.
“En serio… tuvimos que haber intentado escapar mientras tuvimos la oportunidad, ¿bien, Isuke?”, dijo Alexia en voz baja mientras lo veía de abajo hacia arriba.
“Gracias por preocuparte por mí, Alexia”, dijo Leo, que estaba detrás de ellos.
“Eres un idiota difícil de matar, Leo. Dudo que te haya pasado algo malo en este accidente”, dijo Alexia, cruzándose de brazos.
“Pues estás equivocada. Lamentablemente, dejé mi espada en un club y ahora estoy completamente desarmado”, dijo Leo en un tono dramático algo exagerado.
“En serio, eres un…”
Alexia acercó su mano a una pequeña bolsa que tenía en su cintura y de allí sacó una espada de un tamaño decente.
“¡Guao! Qué práctico”, dijo Leo impresionado.
Alexia empezó a explicar a Leo los detalles de esa espada para que pudiera usarla correctamente.
Por su parte, Isuke no apartaba la mirada del artefacto que aún sostenían los compañeros que lo habían activado.
El grupo que había logrado activar el artefacto, estaban discutiendo entre ellos mientras la que la chica que sostenía el artefacto temblaba del frío.
A Isuke le invadió una preocupación.
¿Y si el artefacto se caía?
¿Qué pasaría si se rompiera?
“¡Cuidado!, ¡se acercan monstruos!”, gritó uno de los estudiantes a sus compañeros y varios no dudaron en ponerse en guardia.
“¡Isuke!”, le gritó Alexia e Isuke, logrando así que le prestará atención a ella.
“¿Qué pasa?”
“No escuchaste nada de lo que te dije… ¿Cierto?”
“¿Acaso existe alguien que te escuche?”, dijo en tono burlón Leo y esto irritó a Alexia.
“¡Estamos en alerta, idiota! Usa bien esa maldita espada y devuélvemela intacta”, le advirtió Alexia mientras Leo avanzaba para enfrentar a los monstruos.
“¡Suficiente!”, gritó de pronto el maestro y esto alertó a todos.
“Entiendo su preocupación, ¿pero en serio esperaban que algo así saliera a la primera? Quien no quiera participar más es libre de irse por su cuenta. Nuestra prioridad es recargar el dispositivo de energía para volver a usarlo”, explicó el maestro en voz alta.
“¡Está demente! ¿No ve lo peligroso que es?”, reclamó uno de los alumnos.
“¿Crees que podrás hacer algo sin correr nunca algún riesgo?”, respondió el maestro con una sonrisa.
La declaración dejó a varios estudiantes confundidos.
Y antes de que pudieran seguir con esta discusión, varios estudiantes comenzaron a enfrentarse a los lobos blancos que habían venido a atacarlos en manada.
Leo, junto con los estudiantes que tenían armas cuerpo a cuerpo, estuvieron en el frente mientras los magos se concentraban en lanzar hechizos para acabar con ellos.
[Vengan]
Fue una voz que repentinamente varios escucharon en la cabeza, por lo que varios perdieron la concentración y resultaron heridos por los enemigos.
“¡Leo!”, gritó Alexia mientras corría con rapidez para acabar con el lobo que amenazaba a su amigo, apuñalándolo directamente en el cuello y luego corriendo a ayudar a su amigo que se había tropezado.
“¿Qué te pasa?”, le preguntó Alexia mientras veía su herida en el hombro a Leo.”
“Perdón, pero… escuché una voz que me paralizó por unos segundos”, explicó Leo mientras se levantaba gracias a la ayuda de Alexia.
“¿Una voz?”, preguntó Alexia confundida.
“¿¡Alguien más escuchó una voz!?”, preguntó uno de los magos que daba apoyo a los que aún seguían luchando contra los lobos.
“¡Cálmense! ¡Todos los que escucharon la voz, ignórenla! ¡Los que estén heridos retrocedan para que los reemplacen! ¡No puede morir nadie!, ¿¡entendieron!?”, un chico de cabello amarillo y ojos azules parecía haber tomado el mando de la situación.
Varios alumnos se movían a voluntad de sus decisiones mientras otros chasqueaban la lengua debido a su insignia de águila, pero lo obedecían a regañadientes, ya que la situación lo requería.
“Listo, ya no duele, ¿cierto?”, preguntó una chica que llevaba un rosario.
“Sí, muchas gracias”, respondió Leo con una sonrisa.
◇◆◇
Eleonora estaba nerviosa.
Ella sabía que este día llegaría, pero no se esperaba que fuera así.
No de esta manera.
¿¡Por qué eran tantos humanos!?
Y si bien había algunos que otros desagradables demi-humanos, Eleonora estaba emocionada de al fin encontrarse con alguien que pudiera sacarla de este lugar.
¿Qué debía hacer?
Nerviosa, les había pedido a varios que vinieran a la vez, pero al pensarlo con calma, no era tan buena idea.
Eleonora dudaba en qué hacer, pero no quería perder esta oportunidad.
¿Y si así como todos aparecieron de la nada, de pronto desaparecen?
Para hacer su telepatía más efectiva, Eleonora intentó contactar solo con uno de ellos para así poder tener una interacción más eficiente.
[¿Me escuchas?], preguntó Eleonora, fingiendo calma.
[¿¡Es otra vez la voz!?], pensó asustada aquella persona y ahora Eleonora podía escuchar esos pensamientos.
[Escúchame bien, debes ir donde estoy. Te ayudaré, ¿sí?], explicó Eleonora tratando de sonar lo más clara posible.
[¿¡Quién eres!? ¿Por qué me estás hablando?], gritó asustada la chica.
Varios segundos pasaron mientras Eleonora pensaba en una respuesta, y cuando intentó responderle, la conexión se había cortado.
¿Qué había pasado?
Eleonora intentó hacer conexión con otro humano y otra vez recibió una reacción similar.
Conforme más rechazos recibía, más nerviosa se sentía Eleonora.
¿Qué estaba pasando?
¿Por qué cada vez se podía conectar mentalmente con menos personas?
Cada vez detectaba a menos humanos y esto hizo que entrara en pánico.
[¡Por favor escúchame!], suplicó Eleonora al lograr otra conexión.
Silencio.
[Con que esta es la voz de la cabeza de la que tanto hablaban mis compañeros… ¿Qué eres?], preguntó con curiosidad el humano.
[¡Soy Eleonora! Por favor, no te desconectes, te necesito], suplico Eleonora sin poder ya mantener su calma.
Era imposible idear un plan ahora.
¡Tenía que actuar y aprovechar esta oportunidad que se le estaba escapando de las manos!
[Creo que pregunté mal, no te pregunte por tu nombre. Eso ya lo sé porque es lo que han dicho los demás, tengo curiosidad por saber qué es lo que eres. ¿Cómo eres capaz de hacer algo como esto?], preguntó el humano con cierta indiferencia.
Eleonora no entendió muy bien a lo que se refería, pero aun así respondió lo más rápido que pudo.
[Soy una espada…. Una espada-ego, esta es una de mis habilidades y pues… necesito un candidato], explico Eleonora mientras se enredaba al comunicarse.
[¿Candidato?], preguntó con curiosidad el humano.
[Sí. Sin él no puedo usar muchas de mis habilidades y… ¡Podría serte de mucha ayuda! Aunque no lo parezca ahora puedo hacer muchas cosas…], dijo Eleonora, esto último con cierto resentimiento.
[Entiendo… entonces estás atrapada en algún lugar, ya que no tienes candidato, ¿estás comunicándote con nosotros para que te salvemos?], preguntó el humano y Eleonora no dudo en responder:
[¡Exacto!]
[Ya veo… con que esa es tu situación]
Por unos segundos Eleonora dudó en lanzar esa pregunta que había hecho que varios de esos humanos la rechazaran, pero tenía que hacerla.
[Tú… ¿Vendrás?]
.
.
.