Tengo la espada sagrada? - Capítulo 4

Capítulo 4 – Un sueño

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Y falló.

Eleonora gritó de desesperación, un grito silencioso.

No podía hacer nada.

No quería esperar más.

¡Quería actuar! Había luchado con muchos enemigos, pero ¿ahora no podía ni quitarse la nieve de encima?

Eleonora se sentía inútil.

Eleonora recordaba los días en los que su cuerpo humano le permitía moverse con libertad.

Sabía que intentar transformarse era inútil, pero ¿había otra opción?

Pasaron 500 años… ya ella no contaba el tiempo. Estaba cansada de decirse que todo cambiaría, pero todo seguía igual.

Eleonora estaba enojada.

Muy enojada.

Esto era su culpa, pero aun así una parte de ella no podía evitar el pensar:

¿Y si no hubiera roto el contrato?

¿Y si simplemente… se hubiera quedado con el control del cuerpo de su candidato hasta que cambiara de opinión?

Una parte de ella sabía que estaba mal, pero le estaban ganando sus otros pensamientos.

Si ella tuviera el control absoluto… no hubiera acabado así.

Ese era un pensamiento que se repetía una y otra vez, pero ella se negó a aceptarlo, ya que…

¿No era su propósito cumplir los deseos de sus candidatos?

Algo dentro de Eleonora estaba cambiando.

Y mientras los días, meses y años pasaban… un deseo se forjó dentro de ella.

Nunca repetiría otra situación así.

Por todo el cansancio acumulado, Eleonora entro por primera vez en un sueño profundo mientras una parte de ella se mantenía en alerta por si algún candidato se acercaba.

Entre todas las habilidades que había probado, había una que funcionaba.

Telepatía.

Lastimosamente, por más que se comunicara con los animales, ellos no eran capaces de seguir sus instrucciones.

Eran muy tontos.

◇◆◇

Al abrir los ojos, Eleonora escuchaba a Eirlys hablar.

No sabía muy bien lo que decía, pero ella estaba arrodillada mientras escuchaba a Eirlys hablar mientras asentía con la cabeza.

Al voltearse estaba frente una mesa con comida que flotaba y que todas sus demás hermanas comían despreocupadamente.

Al parpadear varias veces, Eleonora estaba sentada cerca de la bajada de las escaleras que daban a su santuario.

Había alguien a su lado, pero su rostro era borroso.

Aun así hubo unas palabras que escuchó con cierta claridad.

“¡Sí! Si concentras tu energía mientras cierras tus ojos, en vez de hacer nuestra típica y aburrida meditación, tienes que concentrarte, sentir como esa energía se transforma en… algo que te guste. ¿Me entiendes hermana? ¡Tienes que intentarlo!”

¿Hermana?

Eleonora sintió de pronto cómo recuperaba la consciencia mientras poco a poco perdía los recuerdos de todo lo que había sucedido hace unos segundos.

Fue allí donde otra vez sintió el frío que segundos antes no existía.

Era desagradable.

Eleonora, al notar como los recuerdos de aquellos sucesos se borraban de su mente, intentó buscarles un sentido.

Pero era inútil.

¡Nada tenía sentido!

¿Por qué la comida flotaba?

Y… analizando bien lo que hacía cada una de sus hermanas mientras comían, ¡definitivamente así no era como se comportaban ellas!

Aquellas chicas que había aparecidos en su recuerdo parecían unas locas mientras se lanzaban comida a la boca.

Era extraño.

Por más sentido que le buscará al sueño, mientras más buscaba, nada cuadraba.

Todo había sido tan rápido.

Aquellas palabras que le había dicho una de sus hermanas aún resonaba en su cabeza.

“Usar magia… ¿Y… que fue lo otro que dijo?”, se preguntó así la misma Eleonora mientras buscaba una respuesta.

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