Tengo la espada sagrada? - Capítulo 31

Capítulo 31 – No hay vuelta atrás.

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Isuke estaba sumido en la oscuridad de su mente en un vacío absoluto que lo aislaba del mundo exterior.

Había estado allí durante lo que le parecían horas, atrapado en esta especie de limbo.

Aunque había dejado de sentir la familiar conexión con Eleonora, ahora algo diferente comenzaba a manifestarse.

Al principio, era solo una leve vibración en el vacío, pero poco a poco, esa energía se hizo más fuerte, más definida.

No era exactamente igual a lo que había sentido antes con Eleonora, pero había una similitud que no podía ignorar.

A medida que la energía se acercaba, Isuke comenzó a dudar.

Había algo extraño en esta nueva presencia.

A diferencia de Eleonora, que parecía estar anclada en un solo lugar cuando lo guiaba, esta energía estaba en constante movimiento, acelerando cada vez más a medida que se aproximaba a la dirección en la que él y su grupo estaban.

Este comportamiento era desconcertante.

¿Podría realmente ser Eleonora?

O quizás…

¿Algo más?

Mientras estas preguntas se arremolinaban en su mente, Isuke no podía dejar de pensar en todo lo que Alexia y Leo habían arriesgado hasta este punto.

Habían perdido los derechos sobre el bosque y se enfrentaban a enemigos cada vez más peligrosos.

Decidir si compartir o no ahora esta información con Alexia era crucial.

A pesar de sus dudas, sabía que no podía permitirse el lujo de quedarse callado.

Si había una mínima posibilidad de que Eleonora estuviera involucrada, tenía que actuar.

Cuando finalmente abrió los ojos, la escena a su alrededor era casi reconfortante.

Casi todos estaban reunidos, compartiendo una comida en un pequeño círculo.

Alexia notó enseguida que Isuke se despertó, levantando la vista de su plato cuando lo vio moverse hacia ella. Su expresión era neutra, pero había un brillo en sus ojos que mostraba que estaba preocupada.

“Camila ya está preparando tu comida así que podrás comer pronto”, le dijo Alexia, con un tono de voz suave.

Pero Isuke, ignorando por un momento la cortesía, se inclinó hacia ella.

“¿Podemos hablar?”, preguntó Isuke, intentando mantener la calma en su voz.

Alexia, percibiendo algo en su tono, asintió de inmediato y se levantó.

Ambos se alejaron del grupo, caminando unos metros hasta que estuvieron lo suficientemente lejos como para hablar en privado.

Isuke sentía que su corazón latía con fuerza en su pecho, no solo por los nervios, sino también por la importancia de lo que estaba a punto de decir.

“Creo que… he recuperado mi conexión”, confesó Isuke, sintiendo un nudo en la garganta mientras lo decía.

No estaba completamente seguro, pero no podía guardárselo para sí mismo.

Alexia lo miró sorprendida.

‘¡Sí!’, gritó con emoción a sus adentros.

[¿De verdad?], preguntó Alexia para confirmar.

Isuke asintió, aunque con cierta cautela.

“Sí, aunque… es diferente. Es una energía similar, pero se mueve, no está anclada como antes. Se está acercando a nosotros, y cada vez más rápido”.

La sonrisa de Alexia se desvaneció ligeramente al escuchar eso, su mente considerando todas las posibles implicaciones de esa información.

Primero porque Eleonora siempre había hablado de estar sellada, anclada a un lugar, pero si Isuke sentía que algo similar a ella se movía hacia ellos, las posibilidades eran demasiadas, pero simplificándolas…

Una podría ser que una invocación estuviera en camino, o que un enemigo se aproximara.

De cualquier manera, las pérdidas ya eran grandes para ella. El grupo de Aiden había exigido mucho a cambio de su ayuda, y cederles derechos sobre estas tierras…

De solo pensar eso, fastidiaba a Alexia.

Retrasar más las cosas o retroceder no estaban ya en sus planes.

“Apunta la dirección,” le dijo Alexia a Isuke con voz firme.

Él levantó la mano y señaló con precisión hacia el noreste, el mismo rumbo que antes.

Alexia tragó saliva, asimilando lo que esto significaba.

Volviendo al grupo y, con voz autoritaria pero sin perder la calma, anunció:

“Cuando terminen de comer, quiero que exploremos lo que hay al noreste de este bosque. Será la última petición que les haga antes de volver al campamento.”

La declaración dejó a los miembros del equipo de Aiden pensativos, en especial a Selena y Darius, quienes intercambiaron miradas.

Aunque no lo dijeron en voz alta, estaba claro que la petición de Alexia les resultaba inusual y tal vez algo sospechosa.

Aiden, que ya había devorado dos tazones de comida, notó la mirada de Alexia y asintió, hablando en nombre de su equipo dijo:

“Estamos de acuerdo.”

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