Tengo la espada sagrada? - Capítulo 3
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Capítulo 3 – No te rompas
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Normalmente, cada vez que Eleonora perdía un candidato, solo pasaban un par de años hasta que ella era encontrada por uno nuevo.
Al principio era muy doloroso, pero con el tiempo y gracias a los consejos de Eirlys, Eleonora se acostumbró a aquel suceso.
Pero aun dolía.
Por eso, la técnica que más usaba Eleonora para pasar el tiempo hasta ser encontrada era sencilla.
Meditar.
Sin poderes, ni un cuerpo físico, era lo más inteligente que podía hacer para poder calmar sus emociones mientras esperaba a la llegada del nuevo candidato.
[134 años con 11 meses y 28 días]
Eleonora estuvo meditando sin tener ni un sólo diálogo interno con ella misma durante todo este tiempo.
Su rutina consistía en meditar y dormir cuando se sentía muy cansada para evitar pensamientos innecesarios.
Eso era todo lo que ella tenía que hacer hasta que un humano la encontrara.
Era lo que se repetía una y otra vez cuando empezaba a tener preguntas.
Sólo tenía que esperar. Y eso fue lo que hizo durante mucho tiempo, ya que estaba acostumbrada a esta rutina.
Mientras los años no dejaban de pasar, Eleonora empezó a notar algo diferente.
Ella había pasado un detalle por alto muy grande, por el hecho de que estaba haciendo esto de forma muy automática y no era su culpa. Este era un proceso tan común para ella que lo hacía sin pensar demasiado.
Al principio por supuesto que le costaba hacer algo como esto, ya que era doloroso el separarse de un candidato para siempre, pero esto era normal en el ciclo de la vida.
O esto último es lo que ella siempre se repetía para mantener su cordura.
Con los años, Eleonora empezó a experimentar algo que no había experimentado antes.
Los pensamientos, que antes se presentaban e iban como nubes en su tiempo de meditación… ya no se iban.
Los pensamientos la observaban.
Ella trataba de observarlas en silencio mientras aceptaba toda sensación de culpa o incompetencia, pero aquellas nubes se hacían más grandes al punto de que llegaban a alterarla, haciendo así que perdiera su concentración.
Por supuesto, ella volvía e intentaba meditar, pero cada vez lo lograba durante periodos más cortos.
En un principio, Eleonora creyó que era porque estaba cansada, así que se iba a dormir cuando empezaba a pasarle eso.
Pero con el tiempo, por más que ella durmiera, al intentar meditar… fallaba.
¿Por qué?
Por supuesto que es normal cometer errores al meditar como lo son el dejarte llevar por ciertos pensamientos, distraerte o dejar que una emoción te consuma en exceso.
Pero esto era un nuevo punto al que ella no estaba acostumbrada.
Ahora no podía dejar de pensar.
¿Por qué no podía concentrarse?
Eleonora se hacía esa pregunta cada vez con más frecuencia.
Al principio meditar era casi como caminar, pero con el tiempo lo hacía peor.
¿Por qué?
Sin darse cuenta, Eleonora empezaba a hablar consigo misma con más frecuencia.
Ya no tenía esa calma absoluta de la cual a veces sus hermanas admiraban.
Se estaba volviendo impaciente, ¿o tal vez se estaba convirtiendo en alguien ansioso?
[138 años, 3 meses y 4 días]
Por más que intentara volver a lo básico, Eleonora no lograba meditar.
¡Su mente no soportaba la idea de que ella no pensara en nada!
Los pensamientos en su mente se estaban volviendo más agresivos y la empezaban a sentir culpable.
¿Se estaba volviendo una inútil?
¿Por qué ya no puede hacer algo tan básico?
¡Probablemente, solo habían pasado unos 20 o 30 años y ella solo estaba exagerando!
Una parte de Eleonora le decía que había pasado más tiempo, ¡pero ella no quería creer en eso!
Pronto alguien la encontraría y probablemente todo volvería a la normalidad.
Solo necesitaba esperar un candidato… y mantener su cordura lo mejor posible para ayudar de la mejor forma a su candidato.
[143 años, 3 meses y 1 día]
Eleonora abría los ojos cada vez con más frecuencia para ver los alrededores que la rodeaban.
Su vista estaba limitada, ya que estaba tirada en el suelo, pero aún así pudo apreciar que seguía en aquel molesto lugar.
La razón de su creciente incomodidad con el frío era que cada vez más nieve la cubría, dificultando su visión y dando una sensación desagradable a su cuerpo físico.
Por suerte, el sol siempre salía cada mañana y derretía toda esa nieve, pero…
¿Y si eso dejaba de suceder?
¡No!
Era imposible; el sol había cumplido su papel durante años, manteniendo a raya la nieve, así que no podía dejar de hacerlo.
Eleonora había abandonado la idea de meditar y pasaba gran parte del tiempo respondiendo de forma vaga sus dudas, mientras se distraía con lo poco que podía ver gracias a su visión.
Los árboles seguían igual de muertos.
La fauna era casi inexistente, pero era divertido ver como las presas escapaban de sus depredadores.
¡Distraerse no era tan mala idea después de todo!
[148 años, 11 meses y 22 días]
¡La maldita nieve lo había hecho!
¡No se quitaba!
¡Ya no veía nada!
Habían pasado exactamente 5 años y ella lo sabía muy bien por qué los había contado en detalle.
No tenía nada que hacer, así que pensó que era buena idea hacer algo como eso para pasar el tiempo.
Quería mantener su mente ocupada.
La ira de Eleonora empezaba a crecer y deseaba transformarse en humana para hacer volar en pedazos toda la nieve del lugar, ¡y del mundo entero!
¿Por qué la nieve tenía que ser tan molesta?
¿Por qué le tenía que pasar esto a ella?
¡Ya no podía ver aquellas divertidas persecuciones de la tarde!
Parecía que el mundo solo quería hacerla sufrir.
¿Por qué?
¿Es porque no puede morir?
¡Los inmortales también tienen sentimientos! ¡Sentimientos que no les gusta estar por debajo de los 0 grados de temperatura!
Aunque Eleonora no estaba en su cuerpo físico, ¡podía sentir como todo su ser temblaba por el frío!
¿Ya ni siquiera podía mantener el calor por su cuenta?
¡Esto tenía que ser una broma!
Eleonora se esforzó en activar algunos de los hechizos que sabía, pero era inútil.
Nada funcionaba.
¡Nada!
¿Por qué?
La respuesta ella la sabía.
No podía hacer nada porque no tenía un candidato.
[150 años, 5 meses y 17 días]
La vaga idea de morir se le pasó por la mente a Eleonora.
Ella nunca había tenido este pensamiento antes, pero… ¿Y si era posible para ella?
Recapitulando en sus recuerdos, Eleonora empezó a recordar cómo hacía pedazos a otras espadas ego en mitad de las batallas.
Por supuesto, esto era algo normal en las peleas.
¡Algo muy común!
Pero… ¿Por qué su cuerpo temblaba más al pensar en esa idea?
Ella era irrompible.
Y lo mismo pensaba sus rivales antes de que se enfrentaran a ella…
Por más que ella tratara de apartar esa idea de su cabeza, siempre volvía y se transformaba en su pensamiento principal.
¿Pensar en comida deliciosa y crujiente que suena como el sonido de unas espadas quebrándose en mitad del combate?
¿¡Quién pensaría en algo así!?
Solo quería descansar en una gigante y cómoda cama, que soportara todo su peso… sin partirse por la mitad.
Todos los pensamientos de Eleonora acaban con la ruptura de algo y eso… la asustaba.
Ella nunca se rompería por una situación como esta, ni tanto mental… ni como físicamente…
¿Cierto?
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