Tengo la espada sagrada? - Capítulo 26
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Capítulo 26 – Desaparecer.
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Miedo.
¿Cómo Eleonora pensaba que ella podía ganarle a todas las criaturas que tenía frente a ella sola?
Imposible.
Simplemente, era una tarea imposible.
¡De ninguna manera podía lograr algo así!
[¿Qué es lo que estás haciendo ahora?], preguntó Eleonora en un tono serio.
[¡Luchando!], respondió rápidamente la invocación.
[Sí, eso es obvio, tonta. Lo que te quise preguntar es: ¿cómo te estás defendiendo?], preguntó Eleonora escéptica.
[¡Ahora mismo con mis manos! Este maldito está intentando morderme], contestó la invocación nerviosa.
[¿Estás agarrando a un lobo con tus manos?], preguntó Eleonora con cierto asco.
[¡Sí!]
[¿Y cómo es que no lo has partido ya en dos? Esas cosas son demasiado frágiles. Si fuera yo, ni me ensuciaría las manos con algo como eso. ¿No puedes usar fuego?], preguntó Eleonora con frialdad.
En ese instante, antes de que la invocación pudiera responder, el lobo frente a ella aprovechó su distracción y se lanzó hacia ella con más ferocidad.
El impacto la derribó al suelo, hundiéndola en la nieve fría y esparciendo polvo blanco alrededor.
[¡Qué frío!], pensó de inmediato la invocación, molestando aún más a Eleonora.
[¿¡Qué estás haciendo!?], gritó Eleonora, pero el peso del lobo sobre el pecho de la invocación le impidió moverse.
La invocación luchó por respirar, sintiendo las fauces del lobo acercarse peligrosamente a su cuello.
Con una rápida maniobra, logró interponer su brazo, desviando la mordida del lobo hacia un lado.
Muerte.
A pesar de llevar pocos minutos existiendo, y batallando contra un entorno hostil que parecía ir en contra de ella, poco a poco su instinto de supervivencia fue haciéndose más presente en ella.
Tenía que salir de allí con vida a como diera lugar.
[¿Cómo lo hago?], preguntó rápidamente la invocación asustada, pero concentrada en que el lobo no pudiera acabar con ella.
[Para alguien como tú… supongo que te servirá con concentrar tu ira en una parte específica de tu cuerpo para materializar la forma más básica del fuego. Tienes que sentir esa emoción para ser capaz de convertirla en combustible para tus llamas, y cuando tu mano arda…]
Conforme Eleonora le explicaba, una gran ira de la que ni siquiera la invocación era consciente de que estuviera dentro de ella se fue haciendo cada vez más presente.
La invocación, por puro instinto, siguió al pie de la letra las instrucciones de Eleonora.
Aquella invocación nunca había visto el fuego, y a pesar de que en sus memorias vagamente sentía que ese conocimiento estaba allí…
Materializar su ira.
Si había una forma de materializar lo que sentía por este mundo hostil, eso sería en…
Explosión.
Una fuerte y repentina explosión hizo retroceder al lobo para evitar envolverse en las llamas que salieron de las manos de la invocación.
A pesar de que todo pasó tan rápido, la invocación grabó en su mente lo que hizo.
Lo logró.
La combinación entre felicidad y satisfacción empezó a inundar los sentidos de la invocación, la cual simplemente estaba emocionada.
En un estado eufórico, la invocación se levantó para ir en contra de las demás criaturas.
¿Cómo se atrevían a intentar matarla?
Poco a poco una sonrisa empezó a aparecer en el rostro de la invocación mientras sentía cómo en sus dedos el débil resplandor dorado empezaba a tomar fuerza otra vez, aumentando su intensidad hasta crear llamas doradas.
La intensidad y potencia de estas llamas hizo retroceder a todos los lobos que planeaban ir contra ella.
Poco a poco ya ese instinto de supervivencia en ella empezó a desaparecer, pero le daba igual.
Ahora estaba decidida a acabar con esas criaturas con la habilidad que era capaz de usar.
[Eleonora]
[¿Qué? ¿Ya acabaste con todos?], preguntó Eleonora en un tono impaciente, a lo que la invocación respondió:
[Están retrocediendo]
Eleonora, al escuchar esta respuesta, rechinó la lengua.
[No te confíes, esas plagas intentarán ir contra ti cuando te vean débil. Acaba con cada uno de ellos, no les tengas piedad], explicó Eleonora con enojo.
Esta declaración de Eleonora motivó a la invocación a ir más allá, a pesar del miedo inicial que alguna vez sintió, ya que ahora estaba segura de que con esta habilidad podía acabar con ellos.
Ahora, por alguna razón, estaba más enojada y necesitaba estarlo.
Los lobos, al ver cómo aquellas llamas doradas aumentaban de intensidad, retrocedieron aún más.
¿Por qué eran tan cautelosos con ella ahora?
¿No iban a ir contra ella en grupo?
“¡Vengan!”, gritó la invocación furiosa, pero en cambio los lobos empezaron a huir, incluido el lobo del inicio, pero este por la herida que había sufrido terminó cayendo al suelo a los pocos metros, muriendo a los pocos segundos en agonía.
Ahora había tres cadáveres de animales de gran tamaño alrededor de ella, pero esto le dio igual. Quería ir a por los otros por la rabia que sentía.
Ver cómo el resto de los lobos escapaban sin poder hacer nada, molestó aún más a la invocación por la impotencia de no saber qué hacer para alcanzarlos.
Era muy lenta.
[¡Se escapan todos!], explicó la invocación en un tono alterado.
[¿¡Y por qué permites eso!?], preguntó Eleonora de inmediato.
[¡Soy muy lenta!, ¡no puedo alcanzarlos!]
[¡Pues vuela! ¿No sabes volar?], preguntó Eleonora tal y como si fuera la opción más obvia del mundo.
[¡No! ¿Cómo se hace eso?], preguntó rápidamente la invocación.
Soltando un suspiro al escuchar esa pregunta, Eleonora le explicó:
[En serio… solo tienes que concentrar energía en tu espalda y… ya]
A pesar de seguir con exactitud las instrucciones de Eleonora, nada ocurrió.
¿Por qué?
¿Qué estaba haciendo mal?
Poco a poco las llamas de las manos de la invocación empezaron a bajar la intensidad hasta apagarse debido a que ya no estaba molesta.
Ahora estaba triste.
Por más que intentó perseguir a los lobos… no estuvo ni de cerca de alcanzar a alguno.
Cayendo de rodillas, apoyándose al último segundo con ambos brazos para no caer de cara, varias lágrimas de impotencia aparecieron en su rostro.
¡Falló!
[¿Y bien? ¿A cuántos has matado?], preguntó Eleonora impaciente.
[A ninguno…], respondió la invocación avergonzada.
[¿¡Cómo que a ninguno!?]
Soportando el regaño de Eleonora mientras sentía cómo una gran oleada de tristeza la invadía, la invocación esperó hasta que Eleonora se calmara.
Nacer y fallar en su primera orden… era demasiado vergonzoso para ella.
Ahora mismo simplemente quería desaparecer.
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