Tengo la espada sagrada? - Capítulo 1.5
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Capítulo 1.5: Interludio – La reunión
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En el corazón de una ciudad que rodeaba una imponente montaña, la vida nocturna se desplegaba en todo su esplendor.
Las calles estrechas se iluminaban con faroles que arrojaban destellos dorados sobre los adoquines gastados, creando un mágico sendero de luz.
El bullicio llenaba el aire mientras la multitud se apresuraba en su frenético ir y venir, creando una sinfonía caótica y emocionante.
Los mercados nocturnos cobraban vida, desplegando una amplia variedad de productos: telas brillantes, objetos artesanales y exquisitos manjares.
Los aromas embriagadores de las delicias culinarias tentaban a los transeúntes curiosos, invitándolos a explorar los sabores exóticos que se desprendían de cada puesto.
A medida que los candidatos de las espadas-ego deambulaban por las concurridas calles, podían sentir la electricidad en el aire, una vibrante anticipación que flotaba como un velo invisible.
Los rumores y susurros sobre la siguiente reunión en el Templo Sagrado se extendían por toda la ciudad, generando un aura de expectativa y emoción.
La reacción de los habitantes, que podían presenciar con sus ojos la transformación de algunas de las espadas, era de emoción y admiración. Eran leyendas vivientes que mantenían a salvo la ciudad.
Los edificios que bordeaban las calles estaban adornados con símbolos y emblemas que recordaban la presencia y el poder del linaje de las espadas sagradas.
Muros cubiertos de enredaderas florecientes y balcones adornados con telas elegantes se alzaban como testimonio de una opulencia sutil pero indiscutible.
El diseño arquitectónico, con sus arcos elaborados y sus detalles intrincados, confería a la ciudad un aire de encanto antiguo y misterioso.
Sin embargo, en la distancia, se alzaba el imponente pico de la montaña, envuelto en neblina.
Era en ese lugar sagrado donde las espadas-ego, tomando forma humana, se elevaban hacia lo más alto, dejando atrás a sus candidatos en la ciudad.
La montaña, custodiada por árboles antiguos y criaturas pequeñas aparentemente inofensivas, formaba parte del camino ascendente hacia el Templo Sagrado.
Mientras las espadas-ego ascendían por el sendero empinado hacia el Templo Sagrado, varios de sus candidatos optaban por quedarse en bares o deambular por las calles, evitando ser reconocidos por las personas.
La ciudad palpaba con una energía especial durante esa noche, como si estuviera impregnada de la presencia reunida de todas las espadas-ego.
“Demonios, deberían de hacer las escaleras más abajo…”, susurró una de las espadas-ego mientras se apoyaba en un árbol para descansar.
“¿Qué? ¿Te cansaste?”, preguntó la espada-ego que iba delante de ella, mirándola con curiosidad.
Era extraño que su hermana se sintiera cansada por algo como esto.
“¡No! Pero llevar este barril encima es algo… fastidioso”, respondió la espada-ego, frustrada.
Entre las espadas-ego que subían caminando, una de ellas llevaba un gran barril sobre sus hombros. El objeto parecía pesado y engorroso, pero la espada-ego se esforzaba por mantener el equilibrio.
“¿Necesitas ayudas?”, pregunto la espada-ego que iba adelante con una sonrisa llena de orgullo.
“Estoy bien”, respondió la otra espada-ego sin dudar.
“¿Segura?”, preguntó nuevamente manteniendo su sonrisa.
“Claro, no es la primera vez que llevo algo así”, afirmó con confianza.
A pesar de la extraña atmósfera entre ellas, continuaron caminando juntas.
“¿Y por qué luces tan cansada?”, cuestionó con curiosidad una de las espadas-ego.
“¿¡Podrías dejar de hacer tantas preguntas!?”, respondió molesta la otra espada-ego.
“Dicen que mientras uno conversa, el tiempo transcurre más rápido. Sigamos”
A medida que avanzaban, se acercaban cada vez más a la entrada del Templo Sagrado.
“¿Cómo va todo con tu candidato?”
“Bien, es un buen tipo. No hemos fallado en ninguna misión. Y tú, ¿sigues siendo una mandona?”
“No entiendo lo que dices”
“Vamos, Rhiannon. Eres amargada y siempre te gusta dar órdenes a los demás. ¿Sigues siendo tú quien toma el rol en las decisiones de tu candidato?”
Rhiannon se quedó sorprendida en la forma en como su hermana menor hablaba ahora con ella.
¿Solo habían pasado 10 años desde que se vieron por la última reunión y había cambiado tanto?
Rhiannon intentó hacer memoria, y recordó ciertos indicios del vocabulario irrespetuoso que ahora usaba su hermana sin mayor temor alguno.
“Nion, cada una de nosotras decide como ayudar a nuestros candidatos. Mi candidato no tiene quejas”, respondió Rhiannon en un tono seco.
Nion notó la mirada de superioridad de Rhiannon durante unos segundos, lo cual la molestó aún más.
¿¡Tanto le cuesta decir bien mi nombre!? Pensó Nion molesta mientras decía: “Me llamo Fion, ¡no Nion! ¿En serio me confundes con Niam?”
Señalo hacia atrás Fion, apuntado justo al lugar en donde Niam y Cerys se encontraban.
A diferencia de Rhiannon y Fion que avanzaban sin problemas ante este empinado terreno, sus otras Niam y Cerys iban varios metros detrás debido a las dificultades que tenían para subir. De hecho, sus rostros estaban cubiertos de sudor.
“Se te va a caer si sigues jugando”, advirtió Rhiannon.
La espada-ego que cargaba el barril se concentraba en mantener el equilibrio mientras esquivaba con éxito los obstáculos en su camino. No era una tarea fácil, ya que el barril que llevaba era especial.
“¿No estás liderando tú el camino? Reina de la guerra”
Fion dijo apropósito uno de los apodos con los cuales llamaban a Rhiannon.
Antes de que se dieran cuenta, ambas estaban frente a las escaleras blancas que daban hacia arriba.
Las escaleras no estaban en perfecto estado, pero era más cómodo subir esta montaña usándolas.
“Eso fue rápido”, dijo con incredulidad Fion, ya que juraba que hace unos segundos esas escaleras no estaban allí.
“Te lo dije. Es un buen método”
Ambas comenzaron a subir las escaleras mientras continuaban su conversación.
“¿Con cuántos linajes te has encontrado esta vez?”, pregunto Rhiannon con curiosidad debido a ciertas suposiciones que tenía en su cabeza.
“No lo sé… no suelo prestarles atención”, respondió Fion mientras avanzaba para ponerse justo al lado de Rhiannon.
Como siempre, Fion había destruido todas las esperanzas de Rhiannon para obtener de ella información útil.
“Pero ¿tienes una idea aproximada?”
“¿Por qué quieres saber eso? ¿No lo discutiremos pronto en la reunión?”, cuestionó Fion de mala gana.
“Es por el método”
“Oh, vamos Rhiannon, creo que te tomas muy en serio las palabras de…”
Antes de terminar su discurso, Fion se detuvo, ya que decirle ‘eso’ sería también atacarse a sí misma. ¡Así que decidió contraatacar con una pregunta!
“¿Y tú, con cuántos linajes te has encontrado?”
“Es difícil responder eso…”
“¿¡Entonces por qué me haces esa pregunta a mí!?”
“Creí que eras inteligente”
Ese contraataque fue mortal para Fion.
Como Fion no encontraba palabras para responder, se quedó callada.
Por suerte, en pocos minutos ambas llegaron a la entrada del Templo Sagrado.
Se encontraron con una vista impresionante. En el centro del templo se alzaba una majestuosa fuente de piedra, cuyas aguas cristalinas fluían con una suavidad hipnótica. La fuente irradiaba un resplandor místico y susurraba melodías ancestrales.
“¿Eirlys modificó esto?”, preguntó sorprendida Fion mientras dejaba el barril en el suelo.
“No lo sé”, respondió Rhiannon.
Aunque Rhiannon se mostraba impasible por fuera, en su interior estaba asombrada de que Fion hubiera notado ese pequeño detalle al instante.
Fion comenzó a lavarse el rostro con el agua de la fuente y pronto se escucharon los pasos de las espadas-ego rezagadas.
Al pisar el último escalón, Niam y Cerys estaban agotadas.
“Han mejorado”, comentó Rhiannon mientras les aplaudía.
“Un placer verte de nuevo, hermana mayor”, saludó Niam con cortesía mientras hacía un gesto con la mano.
“¡Gracias por tus palabras, hermana mayor!”, dijo Cerys con tono alegre mientras sonreía.
“Todavía falta para que sea medianoche. Aprovechen para lavar sus rostros en la fuente y…”
Rhiannon se quedó sin palabras al ver cómo Fion se había sentado cerca de la fuente y bebía agua de ella como si no hubiera un mañana.
“¡Fion!”, gritó molesta Niam.
¿Qué?”, respondió Fion mientras seguía bebiendo agua, usando sus manos.
“¡Estás acaparando toda la pureza de la fuente!”
“¿Y?”
“¡Eso es injusto!”
“No escucho lloriqueos. Vuélvete más fuerte y entonces podemos discutirlo”.
Niam apretó el puño y se acercó a la fuente para comenzar a tomar agua casi de la misma manera que Fion.
Algunos rasguños en el antebrazo de Niam desaparecieron mientras bebía el agua de la fuente.
“¿No vas a ir?”, Preguntó Rhiannon mientras volteaba su mirada a Cerys.
“¡Sí!”
Todas empezaron a beber del agua de la fuente, excepto Rhiannon, quien se adentró más en el templo.
Las paredes del templo estaban decoradas con símbolos dorados y grabados en relieve que contaban historias perdidas en el tiempo.
La atmósfera en el templo era serena y llena de un poder ancestral.
◇◆◇
Rhiannon buscaba a alguien, pero no la encontraba.
Finalmente, la medianoche llegó y todas las espadas-ego se sentaron en la mesa de un comedor bastante lujoso.
La mesa de madera era enorme y tenía una tela roja donde se colocaron los platos de comida.
El barril que Fion trajo contenía una bebida que todas se sirvieron en sus vasos.
Cada una ocupaba su puesto alrededor de la mesa, pero el lugar en el medio permanecía vacío.
Después de varios minutos de silencio, finalmente entró la última espada-ego. Tenía una mirada abatida, pero irradiaba un aura que hizo que las demás espadas-ego se pusieran tensas.
Parecía buscar a alguien con la mirada, pero no encontró lo que buscaba.
Las otras espadas-ego vieron esto y al ver que ella no venía acompañada, casi todas tuvieron un mismo pensamiento.
Ella no está…
Algunas lo pensaron con pesar, mientras que otras creían que debía haber una razón para su ausencia. Sin embargo, una de ellas vio esto como una oportunidad.
Sentándose en su asiento, la espada-ego preguntó: “¿Qué novedades tienen?”
Rhiannon fue la primera en levantarse y detallar cómo otros linajes estaban expandiéndose. Luego hablo de la aparición de criaturas anormales.
Fion también se levantó y relató algunas peleas que había tenido con candidatos de otros linajes, y describió las habilidades que habían demostrado.
Luego, Niam y Cerys se levantaron para contar su encuentro con un dragón de hielo y cómo se habían retirado estratégicamente.
“Hicieron bien en retirarse. Solo Rhiannon y Nion pueden hacer frente hacia aquellas criaturas. Buen trabajo”
“Agradezco sus palabras, hermana mayor”, dijo Niam formalmente mientras retomaba su asiento.
“¡Muchas gracias, Eirlys!”, dijo Cerys en un tono alegre y por un momento todas se quedaron congeladas ante sus palabras.
¿Cerys empezaba a ser como Fion?
¿Por qué se dirigió así con Eirlys?
La más impresionada al ver esta actitud fue Rhiannon.
Eirlys, tosiendo intencionalmente, decidió abordar el asunto, ya que notó la reacción de todas.
“Está bien. Todas somos hermanas, así que no hay problema si me llaman por mi nombre”, afirmó, tratando de mantener un ambiente de camaradería entre ellas.
Rhiannon se quedó atónita al escuchar las palabras de Eirlys.
No podía creer que Eirlys hubiera dicho eso.
Mientras intentaba procesar la situación, Eirlys continuó hablando. “Y Nion…”, comenzó a decir, pero fue interrumpida por Fion, quien enfáticamente declaró: “¡Soy Fion!”.
Eirlys suspiró y respondió con calma: “Agradezco tu reporte, Fion, pero por favor, pon más atención a los nombres de esos clanes. Si bien es cierto enemigo que un muerto ya no puede causar problemas, en los últimos años han estado ganando mucho terreno y eso resulta molesto”
Con disgusto, Fion gruñó antes de sentarse, mientras Rhiannon observaba la escena con una mezcla de asombro y confusión.
¿Por qué Eirlys era tan compasiva hoy?
“Rhiannon, tú tienes más información, ¿verdad?”
Eirlys conocía lo suficiente a Rhiannon como para saber que ella había omitido información apropósito.
“Por supuesto. Como dijo… Nion”, respondió Rhiannon, acentuando intencionalmente la última palabra: “Los candidatos de los linajes enemigos, usan espadas-ego especiales”
Todas las espadas-ego voltearon a mirar el rostro de Rhiannon al escuchar esta revelación. Excepto Fion, quien la estaba observando con rabia desde el principio.
“¿Puedes ser más específica?”
“No quiero decir conclusiones apresuradas ni soltar teorías sin sentido” Rhiannon lanzó una mirada intencional a Fion mientras decía esto. “Sin embargo, puedo decir que están utilizando un método para reclutar más candidatos y, por ende, aumentar su fuerza para expandir su influencia”
“¿De qué nivel de amenaza estamos hablando?”
“Niam y Cerys pueden manejarlos sin problemas individualmente, pero el desafío radica en su cantidad. No podremos proteger a todos”, explicó Rhiannon.
Eirlys continuó cuestionando: “¿Sabes dónde se encuentran sus bases?”
“Desafortunadamente, desconozco esa información”, respondió Rhiannon.
Todas las espadas-ego estaban impresionadas por la información que Rhiannon había recopilado en los últimos diez años y las conclusiones a las que había llegado, excepto Fion.
Para Fion, Rhiannon seguía siendo una espada-ego egocéntrica y presumida.
“Bien, pasemos a las sugerencias para mejorar nuestro linaje”, propuso Eirlys con una pequeña sonrisa. “Empezaremos esta vez con las ideas de Cerys y Niam, y luego avanzaremos hacia las demás”.
“Deberíamos de hacer un lugar para que nuestros candidatos descansen. Es molesto esquivar a todos los humanos mientras intentamos subir aquí arriba”, recomendó Cerys con una sonrisa.
“¿Una posada?”, preguntó Eirlys.
“¡Sí!”, respondió Cerys.
“Opino que deberíamos incluir alguna especie de vigilantes para evitar que los humanos se metan en la montaña… son molestos si no son nuestros candidatos”, dijo Niam en tono serio.
“Ya veo…”, respondió Eirlys mientras pensaba en alguna solución.
“Propongo que busquemos a Eleonora. Ella podría sugerir e investigar mejor que Rhiannon”, añadió de pronto Fion y nadie se esperó ese comentario.
Todo el buen ambiente que se estaba armando en la mesa fue destruido por la repentina sugerencia de Fion.
Rhiannon frunció el ceño.
Cerys y Niam que parecían estar discutiendo en silencio qué plato elegir, se quedaron quietas al ver la cara que había visto Eirlys.
Estaba totalmente seria.
Eirlys mantuvo la compostura y respondió con calma: “Fion, aprecio tu participación en la discusión, pero esta vez estoy buscando las opiniones de Cerys y Niam. Ya pronto te tocará a ti. Por cierto, solo estoy pidiendo sugerencias para mejorar el linaje”.
“Vaya, parece que Eleonora no es importante para el linaje. ¿Por eso la abandonaste tan fácil en su gran misión?”, dijo con ironía Fion mientras agarraba con fuerza la tela roja de la mesa.
Fion, con una mezcla de determinación y miedo en su mirada, se quedó en silencio, observando a Eirlys.
Fion temblaba por dentro, pero su necesidad por saber el verdadero paradero de Eleonora era mayor.
Eirlys había dicho hace mucho tiempo que la razón por la cual Eleonora no asistía a estas reuniones era porque estaba en una importante misión.
Al principio esto sonaba creíble, pero con el paso de las décadas, esta explicación se había vuelto floja para Fion.
¡Tenía varias contradicciones!
Primero, si Eleonora se fue en una importante misión, ¿por qué cada vez que asiste a esta reunión parece estar esperando a alguien? ¿Acaso le asignaron una misión tan difícil que no sabe cuándo volverá?
Segundo, Eleonora nunca ha faltado a más de cinco reuniones seguidas.
“Las reuniones se llevaban a cabo cada 10 años. Entonces, ¿qué estaba haciendo Eleonora durante todo ese tiempo? ¿No podría haber venido a informar sobre su progreso al menos?
Tercero, por mucho que buscó por su cuenta, jamás escuchó más noticias de Eleonora en todo el continente. Era como si ella y su candidato hubieran desaparecido del mundo.
Lo peor era que Eirlys siempre evitaba el tema diciendo que pronto ella volvería, ¡pero ya había pasado demasiado tiempo!
Fion quería una respuesta.
“Fion, ya basta. Puedes hablar de eso con la hermana mayor Eirlys más tarde”, dijo Rhiannon, poniendo un rostro bastante serio.
Irónicamente, solo después de atreverse a hacer un comentario así, Rhiannon la llamaba por su nombre sin confundirse.
“Rhiannon, está bien”, dijo Eirlys en un tono bajo pero audible para todas.
Fion se mordió los labios y evitó acercar sus manos hacia su boca.
No quería mostrar su lado débil aquí.
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