Summoned Slaughterer - Capítulo 91 Parte 1

Capítulo 91 Parte 1: Sonríe

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Teniendo una cantidad de monedas de oro que nunca había visto, apiladas frente a sus ojos con un tintineo, el comerciante de esclavos de Swordland estaba perplejo.

La persona, que produjo esa montaña de oro, fue un hombre, que tenía una capucha en todo su rostro, vestía un manto y ropas extrañas desde el principio. Solo se le podía ver la boca. Siguiendo el tono de la risa, que hacía que las comisuras de su boca se eleven como si fuera una luna creciente, era probable que todavía sea un hombre joven , juzgó el traficante de esclavos.

Había un par de pequeños alineados detrás del hombre, pero aunque estos dos también usaban capuchas, parecían ser hombres bestia por lo que se podía ver. Probablemente sean esclavos del hombre.

“¿Qué pasa? ¿No escuchaste mi orden?”

“¡P-por favor espere! Incluso si me dices que vas a comprar a todos los hombres bestia de esta tienda … ”

“¿Qué es? ¿No es suficiente dinero?”

“Eso no es lo que quiero decir…”

¿De dónde los sacó? La persona que agregaba aún más monedas de oro es, por supuesto, Hifumi.

“Si ese es el caso, ¿Qué tratas de decir?” (Hifumi)

“Aunque se les pueda llamar esclavos, hay mucho. También me preocupa recibir quejas después, si no las elige correctamente. Incluso hay algunos que no se pueden utilizar para el trabajo manual porque el castillo los vende como desechos debido a sus heridas … ”

“No me importa”. (Hifumi)

“¿Hah?”

“Me importa un bledo si tienen lesiones u otros problemas. Date prisa y prepáralos ya que compraré todo el grupo “. (Hifumi)

Debido a la forma demasiado agresiva de hablar, el traficante de esclavos sacó a más de 30 esclavos del interior de la tienda mientras se quejaba 「No vengas a quejarte conmigo después.

Todos los que fueron sacados, estaban de pie con una expresión facial distraída y tenían las manos y los pies atados con cadenas.

Como había dicho el traficante de esclavos, había algunos sin piernas y sin brazos, mezclados en el medio y también habían aquellos que estaban mostrando un estado de agotamiento hasta el grado de apenas caminar siendo sostenidos por otros esclavos.

“Esto es todo lo que tengo”.

“Bien, bien. Bueno, entonces que todos me sigan “. (Hifumi)

Hifumi, quien trataba de darse prisa y salir después de haber terminado sus asuntos, fue detenido por el traficante de esclavos en pánico.

“No, si no estás registrado en el tatuaje de esclavo …”

“Ah, eso, ¿eh?” (Hifumi)

Hifumi recordó la situación en el momento en que compró Origa y Kasha.
Admiraba que la magia era algo misterioso en ese momento, sin embargo, habiéndose acostumbrado a la vida aquí, sonrío amargamente para sí mismo por el hecho de haber aceptado completamente la existencia de la magia.

“No hay una necesidad especial para eso”. (Hifumi)

“P-Pero, cliente, si no se registra en la cresta de esclavos, no podrá detener a los esclavos que se le oponen”.

“Hay muchos precedentes de dueños que también han sido asesinados por sus esclavos”, dice el comerciante de esclavos mientras se exaltaba, pero Hifumi, deteniéndolo con la mano derecha, tiene un aire indiferente.

“Serán muy bienvenidos si vienen a asesinarme mientras estoy dormido o lanzan un ataque sorpresa. Si no hay al menos esa tensión, tampoco habrá una sensación real de estar vivo. Si estos tipos me matan, eso solo significará que este era mi límite “. (Hifumi)

Hifumi, quien se giro hacia los estupefactos hombres bestia, miró las caras de todos ellos.

“Lo escucharon. Si están a la altura, estará bien que apunten a mi vida en cualquier momento. Pero … “(Hifumi)

Hifumi saco la katana y murmura, mientras contempla extasiada a la hermosa hamon ,

“Te mataré si me atacas con una resolución a medias. Te mataré, si lo haces con un plan ingenuo. Te mataré, si lo haces a medias “. (Hifumi)

La luz reflejada por la hoja pareció brillar en el ojo izquierdo de Hifumi.

“En resumen, morirás si fallas. Recuerda solo eso “. (Hifumi)

Todos tragaron saliva y asintieron débilmente.

“Bien. ¿Vamos entonces?” (Hifumi)

“Muchas gracias.”

Al final de la fila de esclavos que salían de la tienda del comerciante de esclavos para seguir a Hifumi, Reni, que esperaba en silencio, le sonrió al comerciante de esclavos.

“A-Ah …”

“Vamos, Reni”

Dejando atrás al desconcertado comerciante de esclavos, para quien era la primera vez que la sonrisa de un hombre bestia se volvía hacia él, Reni salió de la tienda con Helen llevándola de la mano.