Summoned Slaughterer - Capítulo 152

Capítulo 152: No Detengas La Fiesta

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“Prendan fuego a las lanzas que fueron empapadas con aceite, y láncenlas”.

“¡Los objetivos son los soldados inmortales! ¡Haganlo con la intención de quemarlos hasta la nada antes de que puedan salir de la caja!”

Las instrucciones de Imeraria y Nelgal se escuchaban alrededor. Lanzas ardientes y por supuesto flechas de fuego son disparadas hacia el castillo una tras otra por las fuerzas aliadas de Orsongrande y Horant.

¿Es divertido para los soldados presentes que a veces el cuerpo principal termine incendiándose?

“… Eso, ¿Está bien? Prender fuego al castillo…” (Puuse)

Puuse, a quien se le asignó el demasiado ambiguo cargo de consejera temporal, se dirigió a Imeraria mientras mostraba una expresión de inquietud que no encaja con su cargo.

“No hay problema. Originalmente algo como un castillo está hecho de piedra lo que hace que prenderle fuego sea básicamente difícil. La norma es no colocar objetos quemables en las proximidades de los muros exteriores. Dado que Nelgal-sama lo confirmó también, los corrales circundantes y demás probablemente se quemarán, pero no hay problema para el castillo en sí.” (Imeraria)

“¿Es así? Estás muy bien informada”. (Puuse)

Era inevitable que los pensamientos de Puuse fueran divertidos para Imeraria.

“*Giggle* Nací y me crie como Primera Princesa de Orsongrande. Un castillo fue mi hogar”. (Imeraria)

“Ah”. (Puuse)

Al ver a su compañeras de conversación bajo una nueva luz, Puuse se sonroja.

“Está bien. Por favor, pregúntame cualquier cosa ya que te enseñaré si hay algo que no entiendas. Además, creo que hay varias cosas que quieras escuchar de mí también”. (Imeraria)

Una vez que Imeraria dirigió su vista al castillo, las llamas se levantarón al otro lado de la puerta del castillo y los gemidos, que se escuchaban sucesivamente, se desvanecieron.

“La inutilización de los soldados inmortales parece ir bien. Si disparamos un poco más, probablemente quedarán inmovilizados por completo”. (Nelgal)

Imeraria, que asintió a las palabras de Nelgal, desplaza su mirada hacia Sabnak.

Al encontrarse con sus ojos, Sabnak asintió en silencio.

“Bien entonces, Nelgal-sama, tal y como estaba previsto”. (Imeraria)

“Entendido. Comienza la operación”. (Nelgal)

Junto a la orden de Nelgal, varias lanzas, que no habían sido encendidas, fueron disparadas por los soldados de Horant.

El objetivo de las lanzas es el Primer Ministro Kuzemu, que fue suspendido por una cuerda fuera del castillo como un criminal en la picota expuesto a la vista del público.

“¿Eh?”

No se oyo su voz, pero Kuzemu, que observaba aturdido el brillante patio delantero en llamas, comenzó a retorcerse de nuevo tras presenciar cómo una lanza golpeaba la pared justo a su lado y cómo salían despedidas astillas de piedra.

Sin embargo, su cuerpo, que estaba completamente atado por una cuerda, tenía menos flexibilidad para moverse que una oruga.

La cuerda se deshizo bastante cuando varias lanzas la atravesaron, pero en ese momento Kuzemu ya había muerto por pérdida de sangre.

Una lanza cortó la cuerda con el trágico cadáver que colgaba de ella por casualidad. El cadáver, que se golpeó al chocar con las protuberancias del muro exterior, cayó al patio delantero en llamas.

“Se ha confirmado su caída. Es probable que ya este muerto”.

“Sí, lo he visto”.

La conversación de los oficiales que acompañaban a Nelgal quedó ahogada por el ruido.

Los soldados pudieron saborear plenamente una sensación de logro por haber castigado a un traidor que intentó manipularlos para sus propios deseos egoístas. Estaban agradecidos con el bando de Orsongrande por concederles la oportunidad de hacerlo.

Sin embargo, los pensamientos de una parte de los generales eran diferentes.

“… ¿Significa eso que nos ordenaron que nos deshagamos de él por nosotros mismos para no dejar constancia de que un alto funcionario de Horant fue asesinado por las manos de Orsongrande? No sé si fue según el consejo de esa elfa, pero si la toman a la ligera porque ella es una niña, no será extraño que cambien hasta el nombre de nuestro país antes de darnos cuenta”.

“Lo siento, no te he oído bien”.

Las escandalosas palabras se perdieron en el ruido.

Cuando el soldado, que estaba a su lado, volvió a preguntar sintiendo que no había oído una orden, se corrigió tras aclararse la garganta.

“La instrucción de Nelgal-sama es cargar tan pronto como el fuego disminuya. El tiempo también es valioso. Empezad a extinguir el fuego con los soldados mágicos que puedan usar la magia del agua. Que la infantería compruebe la situación y actúe como guardia de los soldados mágicos. Limitaremos el alcance del fuego a los soldados inmortales que aún quedan”.

“Entendido”.

Los soldados mágicos, que se movieron a la retaguardia y estaban en espera, avanzan lentamente hacia el castillo en llamas después de recibir la orden. Con los usuarios de magia de agua al frente, los demás soldados mágicos iban detrás también por precaución.

“Las fuerzas de Orsongrande irrumpirán por los lados y nuestras fuerzas de Horant por el frente, ¿eh? Sin embargo, ¿Cuál es el plan? No hay entradas a los lados, pero…”

No tiene sentido que me preocupe, un solo general despejo sus pensamientos ociosos.

“¡Ataquen en cuanto termine la lucha contra el fuego! ¡Hemos llegado hasta aquí! Mostraremos nuestra verdadera fuerza a los soldados de Orsongrande”.

El general mostró una sonrisa a los soldados que respondieron con voz uniforme.

No importa, no les diré que todo esto es un señuelo, sonrió irónicamente.

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Dentro del castillo quedaban unos 50 soldados del campamento Kuzemu de Horant, además de los soldados inmortales.

Su deber era llevar a cabo tareas diversas como colocar trampas bajo las instrucciones de Gaap, que recibió entrenamiento de Hifumi, o comprobar la situación de los oponentes y las trampas después de que el enemigo irrumpa, pero eso no significa que sean personal de combate.

Están familiarizados con la estructura del castillo como soldados que originalmente defendían dentro del castillo.

“¿Estará bien si arde tanto?”

La sala del segundo piso, convertida en sala de descanso, estaba abarrotada. El patio delantero en llamas era visible desde esa sala que se encuentra en el lado oeste del castillo.

“Probablemente no hay problema. La parte principal del castillo no se ha incendiado y algo como la propagación del fuego tampoco ocurrirá, supongo”.

“¿Y los soldados inmortales? Acabaron con ellos fácilmente”.

Habiendo recibido una orden de espera, excepto los que salieron de patrulla, estaban aburridos y usaban su energía para charlar. Para ellos también era una comunicación importante para distraerse de sus preocupaciones.

“La defensa en el frente fue acabada. ¿No asaltarán el primer piso en cualquier momento?”

“Sí, si recuerdo bien cinco personas tienen que comprobar el estado de las trampas en el primer piso”.

Cinco personas, cuyo papel había sido decidido de antemano, se levantan, cogen sus herramientas y se dirigen hacia el pasillo que lleva al primer piso.

“Si todo va bien, podrían matar a un oficial al mando o algo así”.

“¿De dónde sacas tanta confianza…?”

Permaneciendo a la espera mientras hablan, despiden a los que salen de la sala y los soldados restantes se levantan también.

“Bueno, entonces, ¿Nos preparamos para el momento en que el enemigo llegue al segundo piso después de abrirse paso?”

“… Oye, ¿no está bien si no lo hacemos después de todo?”

Mirando las herramientas dispuestas, uno de los soldados murmura.

“Déjalo ya. No tenemos otra opción que hacer lo que nos han dicho”.

Un soldado, que llevaba la misma herramienta, dijo: “Este es nuestro destino”.

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“¿De verdad…?”

Un soldado de Orsongrande, que miraba estupefacto hacia la muralla que se alzaba sobre los alrededores en el lado este del castillo, respetaba a los soldados de Fokalore que trepaban velozmente por el muro de cuatro metros de altura mientras se colgaban de kusarigamas con largas cuerdas atadas.

Un soldado de Fokalore que estaba en lo alto del muro, miraba a los 20 soldados elegidos de Orsongrande que estaban abajo.

“Dejen la kusarigama como está. Parece que ya han empezado a apagar el fuego. Démonos prisa”.

Una vez que les hablo sin demora, saltó de la pared del otro lado.

Todos los 10 soldados presentes de Fokalore subieron por la misma cuerda y saltaron hacia el otro lado uno tras otro.

A partir de ahí se produjo la peor escena de carnicería de esta batalla para los soldados de Orsongrande.

A diferencia de los soldados de Fokalore, que a lo sumo iban equipados con corazas de cuero como armadura ligera, muchos de los soldados de Orsongrande llevan armaduras y cascos de metal. No hace falta decirlo, pero esos tienen un peso ligeramente diferente.

“¡Qué nimiedad!”

También estaban quienes se aferran a la cuerda, pero la mayoría bajo sin esperar ni medio minuto.

Al rendirse ante la situación y quitarse el equipo, llegaron a la cima del muro. Además, pasaron 20 minutos hasta que todos se armaron de valor para saltar desde esa altura.

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Los soldados de infantería de Horant, que se apresuraron a entrar en el primer piso una vez terminada la lucha contra el fuego, entraron en un vestíbulo en el que no se había colocado nada.

“¡Ay! ¿Qué demonios es esto?”

“¿¡Uwawa!?”

Mientras se quejaban del dolor, los soldados caían uno tras otro y se desmayaron en agonía.

Una vez que el oficial al mando, que entró tarde, miró bien, la superficie del suelo del vestíbulo estaba cubierta por anzuelos con cuerdas atadas.

Es difícil ver los pequeños anzuelos incluso en el luminoso hall de entrada. Un soldado, que llevaba un tipo de calzado tipo sandalia, se sentó debido al dolor de los anzuelos. Una vez que rodó, el que le seguía dio una voltereta al quedar atrapado en eso y sufrió los pequeños anzuelos en todo su cuerpo.

“¡Cálmate! Si no te calmas… ¡Ack!”

El oficial al mando, que pasó por encima de los que rodaban por el suelo, fue golpeado por una pequeña vasija de barro y un líquido le llegó al hombro. Se tambaleó sin querer.

“¿Qué?”

Una vez que mira su hombro, un líquido con un color indescriptible se pega a él.

Comprobando que no es un ataque que le cause una herida, se siente ligeramente aliviado y respira.

“¡Apesta!”

Un hedor irritante, similar al de los huevos podridos, asalta al oficial al mando.

El oficial al mando, que lo ha inhalado con todas sus fuerzas a bocajarro, se retuerce a punto de desmayarse. Los soldados que lo rodean también intentan alejarse de él.

Sin embargo, el líquido que se lanzaba sucesivamente contra los soldados, y no sólo contra el oficial al mando que dejó de moverse, transformó en un instante la entrada en un infierno de olor putrefacto.

Al quedar enredados por las cuerdas y los ganchos, se ven envueltos por un hedor al grado de provocar las entrañas de sus narices incluso al dejar de respirar mientras reciben pequeñas heridas en todo su cuerpo. Muchos soldados vomitan.

“¡Nos han dicho que esto es un entrenamiento, por lo tanto está bien ya que no les quitará la vida!”

Esa voz, que murmuraba lentamente esto, era la de un guardia que se encontraba en lo alto de una gran escalera que conducía desde el vestíbulo de entrada al segundo piso.

El guardia, que ha terminado de tirar los frascos que tenía a mano, se quito la tela que llevaba como una máscara en el rostro, ya que es difícil usar su voz.

“¡Has sufrido ataques después de ser atrapado por las trampas! No los atacaré más ya que son mis compatriotas, r-retirense, buueeeehhhh…”

El guardia, que tiraba tarros junto a él, miró su estado y junto sus cejas.

“¿Por qué has quitado la tela…?”

El guardia apartó la mirada de su colega, que actuaba de forma temeraria, en un estado similar al de ponerse a llorar a través de su máscara. Al parecer, era porque le atraería si le miraba directamente.

“Hemos perdido, ¿eh?”

El oficial al mando murmuró mientras reprimía frenéticamente la sensación de que algo brotaba.

“Sin embargo, una derrota en este lugar no es un problema especial”.

No son más que una distracción hasta el final. Ganar el control del castillo es un objetivo falso. No es más que causar la ilusión de que los soldados de Horant y Orsongrande invadieron el castillo.

Por supuesto, si hablaba de sus verdaderos sentimientos, quería obtener algún tipo de ganancias militares sin embargo.

“Nelgal-sama, que la fortuna de la guerra…”

Hilando palabras de una oración, el oficial al mando cerró los ojos en silencio y vomitó.

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“Este camino es la entrada a un pasaje oculto. Originalmente se ha decidido que sólo puede ser utilizado por la realeza y sus chambelanes y sólo es un estado de emergencia, pero…” (Nelgal)

Nelgal se encontraba en un monumento de piedra situado dentro de unos árboles que crecían densamente, justo detrás del castillo, donde se encuentra el pasaje oculto que conecta con el interior del castillo.

De pie frente al monumento de piedra, Nelgal se da la vuelta y confirma a sus compañeros de grupo.

Le acompañan dos soldados guardianes de Horant, Imeraria, Sabnak, Vaiya, Alyssa y Puuse.

“Que gente de otro país pase por aquí… y además que una elfa pueda venir a nuestro castillo, es una novedad”. (Nelgal)

Imeraria asiente hacia Nelgal que habla para disimular su tensión.

“Es un honor. … Nelgal-sama, démonos prisa. No tenemos demasiado tiempo”. (Imeraria)

Desde muy lejos, al otro lado del castillo, se oyen los gritos de guerra de los soldados de Horant cargando.

Por el contrario, no se oyo ni una sola voz de los soldados de Orsongrande que deberían estar invadiendo desde el lado este.

“Alyssa-san, te dejé los medios de invasión a ti que fuiste a explorar, pero ¿Está realmente bien?” (Imeraria)

“Está bien, está bien. Les dije que lo hicieran de forma sencilla”. (Alyssa)

Imeraria estaba inquieta por Alyssa que urgía con “Más que eso, vayamos rápido”, pero cambió sus sentimientos con hay algo que tengo que hacer ahora.

“Entonces vamos”. (Imeraria)

“Sí, quiero acabar con esto antes de que aparezcan víctimas entre los soldados”. (Nelgal)

Una vez que derribó una pequeña parte de piedra que estaba alojada en el monumento de piedra como una cuña, Nelgal presionó contra el cuerpo principal del monumento de piedra con su hombro poniendo bastante fuerza en él.

Haciendo eso, el monumento de piedra se deslizó lentamente sobre su pedestal.

Y una escalera quedó al descubierto.

“No hay trampas especiales en este pasaje. Es un camino recto. Por favor, tengan cuidado ya que tiene una anchura que permite como mucho el paso de dos personas de lado a lado.” (Nelgal)

Los soldados de Horant se dirigen primero y Nelgal los sigue.

“Entremos entonces”. (Imeraria)

Tras Vaiya, entran Imeraria y Puuse, luego Sabnak y tras él Alyssa.

El interior estaba oscuro. Los dos que van en cabeza y los dos caballeros se apoyan en la luz de las herramientas mágicas hechas por Horant que llevan en la mano.

El pasadizo, que continúa interminablemente hacia adelante sin siquiera adornos en el suelo, las paredes y el techo de piedra, despierta la ansiedad.

Sin embargo, las escaleras ascendentes, que se ven tenuemente al otro lado de las luces, pudieron dar esperanza, aunque sólo un poco.

“Está un poco oscuro…”

“Nelgal-sama”. (Imeraria)

Imeraria llamó a Nelgal que caminaba lentamente.

“¿En qué puedo ayudarle?” (Nelgal)

“Vamos a correr. El tiempo es precioso”. (Imeraria)

“Sin embargo, para hacerla correr, Imeraria-sama…”

“No tiene relación con la persona que pueda ser”. (Imeraria)

Imeraria en su traje de jinete agarra el látigo que trajo después de tener problemas por dejarlo en su habitación.

“Hifumi-sama le dijo a los caballeros de nuestro país. El estatus social y la raza pueden ser diferentes, pero todas las personas son iguales. No quiero convertirme en una tonta que ignora nuestro objetivo usando la excusa del género y el estatus social en un momento en el que deberíamos huir.” (Imeraria)

“… Entendido, ustedes dos, aumentemos el ritmo. Está bien no preocuparse por la retaguardia ya que es un camino recto”. (Nelgal)

“¡Ja!”

Los soldados de Horant comienzan a correr y todos los siguen.

“¡Ja! ¡Ja! Yo, definitivamente, sorprenderé a Hifumi, ¿¡Tu…!?” (Imeraria)

“Si hablas mientras corres, terminarás mordiéndote la lengua, ¿sabes?” (Alyssa)

Imeraria, que corría estando sin aliento, aparentemente terminó mordiéndose la lengua con todas sus fuerzas.

Alyssa le hablo a Imeraria, que respira por la nariz con un *fuufuu* mientras se sujeta la boca, con cara de tranquilidad.

Incluso Imeraria es muy consciente de que sus valores básicos de resistencia son completamente diferentes, aun así se enfada mucho.

Quería hacer una sola queja, pero como la lengua le dolía más de lo que imaginaba, no podía usar su voz.

“Pupupu…” (Sabnak)

Al ver a Imeraria mirando a Alyssa con los ojos llorosos, Sabnak estalla espontáneamente en carcajadas.

Vamos a golpearle con el látigo una vez más cuando salgamos del pasaje, juró Imeraria con firmeza.

Nota de Tac-K: Nuevo cap espero lo disfruten OwO, Dios los ama y Tac-K les quiere mucho. (っ＾▿＾)????