Soy un Jefe Legendario - Capítulo 273

Capítulo 273: ¿Cómo Puede Una Persona Sin Suerte Ganar en el Casino?

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William y Vikru discutieron durante tres o cuatro horas hasta que oscureció fuera. Luego, cuando terminaron, William se fue con sus compañeros.

Vikru sonrió satisfecho. Se levantó y se despidió con la mano.

William había logrado sus objetivos en el Reino Fuego Rojo.

Había hecho uso de sus inigualables encantos y de su apuesto rostro para ganarse al Rey y había recibido diez misiones.

Bryan quería invitar a William y a sus compañeros a unos servicios exquisitos.

Pero siendo un destacado Lord, ¿Cómo podría William dejarse tentar por el dinero y las mujeres?

Era imposible.

William declinó ya que quería explorar la ciudad solo. Pero no impidió que Burned Cinder y el resto comieran, bebieran y visitaran los burdeles.

Si un profesional tenía dinero y poder, pero no se daba tiempo para disfrutar de vez en cuando, ¡se pondría enfermo!

William era diferente. Tenía una pequeña princesa en casa.

Y lo que es más importante… ¡Era la fusión de un jugador y un NPC!

Aunque ganara 1.000 puntos de afinidad con la Princesa, no serviría de nada.

Todavía no había llegado a la edad adulta.

¡Después de la partida de William, Bryan trajo consigo a los subordinados de William y se dirigió lujuriosamente a la calle de luz verde más caliente de la capital!

El nombre se explicaba por sí mismo.

Las cortesanas de los burdeles ayudarían a los hombres honrados que acudieran allí a conseguir sombreros verdes (cornudos) en el futuro.

De ahí que los jugadores la hayan bautizado como la calle de la luz verde.

Bajo la mirada de los guardias que estaban a las puertas de la ciudad, William entró en un complicado barrio antiguo. Este era un distrito para el ocio. Profesionales como Cazadores de Demonios, Mercenarios, aburridos Caballeros del Templo y Guerreros Oscuros vagaban por todas partes.

El distrito estaba infestado de tabernas, locales de juego y burdeles.

Era un entorno extremadamente caótico y complejo.

Tres Grandes Maestros Profesionales eran dueños de la mayoría de las tiendas del antiguo distrito. Cosechaban muchos beneficios.

Las peleas y los asesinatos eran habituales en el distrito.

Mientras los guardias de la ciudad no obtuvieran pruebas, los criminales estarían a salvo. E incluso si los guardias obtuvieran las pruebas, podrían no ser capaces de capturar a los criminales.

Si los criminales se escondían en las alcantarillas durante meses o incluso años, las órdenes de detención quedarían invalidadas para entonces.

Los tres Profesionales de Nivel Gran Maestre sólo podían repartirse un tercio del distrito cada uno.

Mientras que en la región del sudeste, un Profesional Gran Maestro era considerado un Sabio de la Espada local o un Gran Mago…

En el Gran Ducado Esmeralda, un Profesional de Nivel Gran Maestro podía incluso convertirse en un Lord de la Ciudad.

William quería aprovechar los recuerdos de su vida anterior para encontrar y conocer a su ex maestro, Viejo Leather.

El nombre completo del Viejo Leather era Brandt Peter, pero William prefería llamarlo Viejo Leather. Era un humano temerario.

Sus lugares favoritos eran los garitos de juego.

Así es.

Vivía en los garitos. Debajo del local de juego había una taberna, y cada día apostaba, bebía y volvía a apostar y a beber.

Sus acciones eran el resultado de su pasado.

William llegó a un local de juego llamado ‘Local de Juego del Emperador’.

“Hmm, esto es”. William miró a dos camareras. Las ignoró, mientras entraba.

El lugar estaba lleno de actividades en su interior.

El local de juego pertenecía a un Profesional de Nivel Gran Maestro.

No era vergonzoso que un Profesional de Nivel Gran Maestro creara su banda en una capital.

Podía incluso convertirse en el Jefe de la banda o en el Sub-jefe de la banda de un distrito.

Sus recursos y su poder no serían mucho menores que los de un Profesional Gran Maestro en una localidad pequeña.

A veces, los recursos de entrenamiento raros sólo podían encontrarse en la capital de un reino.

En general, las localidades centrales del continente tenían recursos ricos pero muy raros.

Las ciudades de la región sureste nunca podrían estar a la altura…

Después de entrar en el local de juego, William cambió por 30.000 monedas de oro el valor de las fichas de juego. Actuó como si fuera a apostar todas sus fichas y obtener su beneficio rápidamente antes de marcharse.

El personal de servicio informó rápidamente a los comerciantes para que vigilaran a William. ¡Tenían que hacerle perder toda su ropa!

¡William no tenía intención de ganar!

Pero podía manchar la reputación de este local de juego.

Entró despreocupadamente en el local de juego y se dirigió a una mesa Tai-sai.

Cuando el crupier se percató de la presencia de William, gritó: “Hagan sus apuestas pequeñas o grandes. Para las apuestas pequeñas, las cuentas ganadoras son de 4 a 10. Para las apuestas grandes, las cuentas ganadoras son del 11 al 17. Las apuestas triples se ganan cuando los números son iguales”.

El crupier cogió el vaso de dados y lo agitó. Tras unos segundos, dejó el cubilete sobre la mesa y dijo: “Pueden hacer sus apuestas”.

William dudó durante mucho tiempo. Hizo una mueca mientras lanzaba fichas por valor de 5.000 monedas de oro y gritaba: “¡Grande!”.

Los jugadores de al lado fruncieron el ceño. Por los sonidos generados por el bombo de los dados, ¡la cuenta parecía ser grande!

Muchos jugadores también apostaron a lo grande.

Un jugador bebedor fue capaz de detectar la oscura mala suerte que envolvía a William, ¡Y apostó por lo pequeño!

“¡Abran el bombo de los dados!” gritó alguien.

El crupier abrió el bombo de los dados.

Mucha gente estaba desconcertada.

La cuenta de los tres dados sumaba 10, un número pequeño.

Cuando el croupier lo vio, quedó desconcertado. Había sacado a propósito un número grande. No cambió los dados a pequeño. Quería que William tuviera una pequeña ganancia al principio, ya que era raro que los jugadores cambiaran fichas por valor de 30.000 monedas de oro.

Si William no ganaba un poco, ¿No se iría?

“Cielos, ¿Cómo puede ser bajo?”

“Cielos, ¿Hay algún juego de manos?”

Muchos jugadores parecían graves.

Pero se fiaron de sus oídos.

Siguieron apostando.

Aun así, por muy buenos que fueran sus oídos y por muy sofisticadas que fueran las herramientas, no pudieron vencer el único punto de suerte de William.

Durante las siguientes rondas, no importaba lo mucho que se esforzara el crupier o lo mucho que estiraran las orejas los jugadores, cuando William apostaba a lo grande, resultaba ser a lo pequeño, y viceversa.

Y cuando apostaba tanto a grande como a pequeño, resultaba ser un triple…

Al poco tiempo, el grupo de jugadores despotricó de que el garito hacía trampas. El crupier estaba totalmente incrédulo.

Era la primera vez que experimentaba que los dados tenían mente propia. No siguieron las operaciones del crupier.

William había logrado atraer la atención de Brandt Peter…

Su antiguo profesor había sacado provecho de la mala suerte de William.

Se acercó y palmeó el hombro de William. Le dijo con cautela: “Hermano, ¿Nos hacemos una ganancia inesperada? Me he dado cuenta de tu extrema mala suerte. Cuando hagas apuestas, te saldrá lo contrario.

Vamos a confabularnos. Tú harás tus apuestas antes de que yo haga las mías. Cuando hagamos dinero, compartiremos las ganancias. ¿Qué te parece?”

“¿Está bien?” William sonrió. Eso era lo que el Viejo Leather le había dicho a William en su vida anterior. Ahora era el turno de William…

“¿No es bueno?” El Viejo Leather se burló. Antes, él había sido el único con poca suerte del lugar. Lo perdía todo cuando apostaba…

Por lo tanto, ambos tenían mala suerte…

Aprovecharon su mala suerte para estafar al garito…

Ambos se paseaban por el local de juego. Cuando había muchas apuestas, William hacía sus apuestas rápidamente. Aunque los dados estuvieran colocados, ¡William seguiría perdiendo!

Pero el Viejo Leather siempre ganaba.

En una noche, todos los jugadores empezaron a evitar a William. Creían que William era un empleado del lugar y que estaba engañando a los jugadores con su dinero.

¡Los crupieres empezaron a dudar de sus habilidades!

William perdía dinero y hacía perder dinero a los jugadores. No tenía nada que ver con los crupieres.

¿Cómo podían los jugadores acusar a los crupieres de hacer trampas?

Finalmente, William asustó a todos los jugadores del local…

Había perdido casi todo su dinero.

Pero el Viejo Leather había hecho una ganancia de varias decenas de miles de monedas de oro…

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Nota de Tac-K: Listo los caps por hoy chic@s, muchas gracias por su apoyo en todo el año que acaba de pasar, espero disfruten de todas las novelas nuevas y antiguas este 2022, como siempre, Dios les ama y Tac-K les quiere mucho. (ɔO‿=)ɔ ♥

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