Soy un Jefe Legendario - Capítulo 164

Capítulo 164: ¡Batalla Decisiva!

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Nedrick Blackstone llevaba un traje de brillante armadura negra. Caminó lentamente hacia el frente de la formación del ejército al ritmo del tambor. Se giró y miró a todos los soldados. Sí, así es, a cada uno de los soldados Lava Negra.

Cogió la bandera del ejército Lava Negra de su subordinado. Luego levantó la bandera del ejército de diez metros de largo delante de todos y la golpeó contra el suelo. “¡Guerra!”

“Usaré mi nombre como Rey para iniciar esta guerra e informar a todos de que la Nación del Hierro ha cometido una agresión durante cientos de años. Hoy serán derrotados”.

Nedrick levantó la bandera del ejército en el aire. Su voz resonó en todo el campo de batalla. “Yo, Nedrick Blackstone, estoy con ustedes”.

“¡Guerra!”

“¡Guerra!”

“¡Guerra!”

Miles de soldados de la Nación Lava Negra gritaron al mismo tiempo.

Sus feroces y furiosos rugidos resonaron por todo el cielo y la tierra.

Cada vez que daban un paso, gritaban.

Sus voces eran fuertes y claras, e incluso las nubes del cielo se dispersaron.

¡La batalla decisiva final!

Había llegado.

Las catapultas de ambos bandos habían sido destruidas.

Había pocas torres de ataque en la muralla de la Ciudad del Rin. Había menos lugares adecuados para colocar ballestas de gran potencia.

Pero las torres de asedio de la Legión Lava Negra entraron en acción por primera vez.

Había gente moviéndose de un lado a otro en las torres de asedio. Los portadores de escudos ya estaban preparados para cargar y atravesar las líneas enemigas.

En la parte inferior de las torres de asedio también se habían colocado escaleras sencillas para que la gente subiera.

En lo alto de la torre había dos ballestas pesadas que disparaban constantemente a los enemigos de la muralla.

Las enormes bestias mágicas arrastraban o empujaban docenas de torres de asedio, cada una de más de 20 metros de altura, y avanzaban sin detenerse.

“Deshazte de ellos, deshazte de ellos por mí”. Los gritos de Ciudad del Rin no cesaban. Volvieron a colocar la ballesta pesada y se dispusieron a deshacerse de las bestias mágicas.

“¡Transporta la última de las catapultas! ¡Destruyan esas torres de asedio!”

“¿Qué? Si están destruidas, entonces repáralas. Si no hay rocas, sólo hay que tirar las partes rotas de los edificios o romper las cosas. ¿Entiendes?” No sólo era el comandante en el campo de batalla. Un grupo de personas gritaba salvajemente.

Pero había muchos soldados sosteniendo escudos frente a las bestias mágicas. Estaban dispuestos a sacrificarse para proteger la vida de las bestias mágicas.

Las flechas se escucharon en el aire.

Los portadores de escudos murieron frente a las bestias mágicas para que las torres de asedio pudieran avanzar.

Los jugadores llevaban escaleras de asedio y subían ordenadamente por la muralla. Habían elegido los dos lados de la muralla que eran las partes más débiles de la misma. Sólo los jugadores de la Nación del Hierro los custodiaban…

Después de docenas de batallas.

Las dos Naciones estaban familiarizadas con el hecho de que la batalla entre los jugadores nunca cesaba. ¿Por qué no dejar que se agoten unos a otros? Después de todo, la batalla iría de un lado a otro…

Cuando llegó la batalla decisiva, aparecieron los magos de ambos bandos.

Bajo la protección de los portadores de escudos, cantaban constantemente. Sus báculos liberaban coloridos rayos de luz.

Los que atacaron la Ciudad sufrieron graves heridas.

La gente era constantemente atacada por la lluvia de flechas. Una ola masiva de magia atacó a docenas de personas, e incluso las robustas escaleras de asedio fueron destruidas.

*Whiz.*

Una roca ardiente voló por el cielo y se estrelló contra una torre de ataque.

Un mago de tipo terrestre salió caminando. De repente, golpeó el bastón de su mano derecha contra el suelo. Los elementos de tierra se reunieron rápidamente y formaron una jaula protectora en poco tiempo.

Se estrellaron.

Se escucharon constantes sonidos de explosiones.

Toda la torre de ataque tembló y se inclinó, pero no fue destruida.

Antes de que el mago relativamente fuerte pudiera retirarse, una flecha le atravesó el pecho. Cayó al suelo junto con el portador del escudo que estaba detrás de él y que había intentado protegerlo.

La Nación Lava Negra no podía seguir arrastrándose.

Si la rebelión en la Nación del Hierro se resolvía, la victoria no estaría en manos de Nedrick.

Como Rey de la Nación Lava Negra.

Vino personalmente al campo de batalla.

Llevó la bandera del ejército y se puso al frente.

Esta fue la mayor inspiración para la Legión Lava Negra.

En menos de media hora.

La guerra se había puesto al rojo vivo.

Una torre de asedio se apoyaba en la muralla de la ciudad. Docenas de soldados de élite en la torre empujaron dos tablones de madera en la pared de la ciudad. Gritaron con todas sus fuerzas. Los portadores de escudos cargaron contra los soldados de la Nación del Hierro y comenzaron una sangrienta lucha.

Cada centímetro de la muralla de 3000 metros de largo estaba lleno de soldados o cadáveres en el suelo.

En este momento.

Aunque algunos soldados maestros y épicos tenían poderosas habilidades, no se atrevían a usarlas precipitadamente. Podrían herir accidentalmente a sus aliados.

Sin embargo, seguían siendo los más deslumbrantes en la batalla.

A lo largo de la muralla de 3000 metros de largo, varios BOSS estaban dispersos. Todos ellos se jugaban la vida para proteger la dignidad y la gloria de la Nación.

Diablo corrió hacia la muralla.

Después de atacar con una Tormenta de Metal, fue detenido por Wells. Uno era fuerte en la ofensiva, mientras que el otro era fuerte en la defensa. Su lucha no tenía fin.

Violent Dragon se quedó donde estaba y utilizó su cuerpo para bloquear innumerables ataques. Su cuerpo se había llenado de flechas, pero no le importaban. Agitó su puño y golpeó a sus enemigos. Quería que aún más gente cargara contra él.

Pero…

Goethe Nasis también apareció personalmente.

Se situó en la muralla de la ciudad como un soldado de la oscuridad. Cuando una torre de asedio se acercaba a él, esquivaba instantáneamente las flechas y saltaba hacia las torres.

Los innumerables soldados de la Nación Lava Negra eran como bebés frente a un BOSS Legendario. Fueron atacados por la energía de batalla negra y cayeron de la torre de asedio.

Como Líder de una Nación, cuando Nedrick Blackstone vio esto, quiso que William detuviera esto. Pero no pudo encontrar al líder de la tropa mercenaria en el momento más crucial…

“Maldición, desapareció en el momento crucial. ¿Por qué no le he visto subir a toda prisa por la muralla de la Ciudad?” Regañó en silencio al Equipo de Mercenarios del Alba en su corazón. Sabía que no podía confiar en el Equipo de Mercenarios del Alba.

Ese maldito William, estaba siendo flojo abiertamente.

“Aprenderás tarde o temprano”. Nedrick Blackstone lo regañó. Luego, se dirigió a mirar al comandante de los subordinados reales, Renekton.

“Ve y detén a Goethe Nasis. No dejes que cause estragos en el campo de batalla”.

“Mi Rey, ¿Qué pasa con su seguridad?” Renekton frunció las cejas. No quería abandonar este lugar.

“No es mucho. Sólo deja 500 subordinados reales. Trae al resto contigo”. Nedrick entrecerró los ojos y miró a Handur, que no había hecho nada.

Él lo sabía.

Sólo la lucha entre los dos profesionales de Alto Nivel sería el factor clave para determinar la victoria.

Además…

¿Se atrevió a venir aquí a matar a Nedrick?

¿Qué tanto quería morir?

Soldado contra soldado.

General contra general.

Esta era una batalla en GODS.

Podían haber muy pocos soldados.

Pero no podían perder el poder de combate de alto nivel.

Incluso podría decirse que mientras apareciera un poder de combate de nivel alto clave, serían capaces de conseguir la victoria.

Esta fue también la razón por la que Nedrick sólo comenzó la guerra después de tener la ayuda de William. Él también confiaba en que ganarían.

Pero ahora.

¡Handur atacó!

Dio un paso adelante. Su paso se hizo más y más rápido, y el momento en que se acercó a la pared de la ciudad.

¡Saltó de repente y realizó un corte con su espada!

*¡Bang!*

Una poderosa onda expansiva se extendió en todas las direcciones. Las torres de asedio de ambos lados fueron destruidas, y un sinnúmero de personas se lamentaron al caer al suelo.

Handur retrocedió diez metros. Formó un profundo corte en el suelo.

Una figura cayó del cielo y aterrizó frente a la puerta de la ciudad. Era Lansett. Llevaba una espada larga y se reía fríamente. “No podías esperar más, ¿eh?”

“¿De verdad? No puedo evitar querer matarte”. Handur sostenía una espada de una mano. Respiró profundamente y dio un paso adelante.

Al instante.

Se enfrentaron una vez más.

¡Al pie de la muralla de la ciudad!

Una energía de batalla deslumbrante se extendió en un radio de 100 metros.

Nadie se atrevió a acercarse.

Nota de Tac-K: Holaa chic@s, la semana pasada no pude traducir capítulos porque me encontraba mal, espero pasen una linda noche, Dios les ama y Tac-K les quiere mucho. (=◡=) /