Nidome no Yuusha - Capítulo 50

Capítulo 50: El Héroe y Shuria, Levantan el Telón

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Buscamos en todos los rincones de la mansión, sin encontrar el paradero de Sori. Ni siquiera estaba en su habitación personal especialmente concedida.

Las sirvientas normalmente compartían habitación, pero aprovechando su condición de noble menor, le había conseguido una habitación propia que facilitaba la celebración de algunas de nuestras citas privadas.

Nadie en la mansión tenía idea de cuándo había desaparecido Sori exactamente.

(No, cálmate, Yumis. Recuerda que anoche dormimos juntos en la misma cama. Recuerdo claramente que Sori sucumbió primero al cansancio y se durmió antes que yo…)

“… … Mi única pista es esa maldita carta”

Todavía tenía ese sobre sellado en la mano.

El rojo que teñía el papel daba una impresión terriblemente siniestra.

Pero podría ser mi única pista para encontrar a la querida Sori.

Esperando lo peor, abrí la carta.

En el interior, había un papel azul claro especial para mi casa.

Era una carta de audio.

“Hola, mi querida Yumis nee-sama. El espectáculo comienza esta noche, el escenario está preparado justo después de la puesta de sol. Si deseas el regreso de Sori, te sugiero que vengas preparada. Tendré una escolta esperando junto al camino de la puerta oriental. Atentamente”

Ese tono jovial era sin duda el de Shuria.

Esa entonación natural era distinta a la de la madre y la hermana fraudulentas que había hecho, era de una persona viva, que respiraba.

Esto demostró instantáneamente que Shuria estaba viva, y que esos sueños no eran meramente sueños.

¡”! ¡Por qué, por qué, está viva…!”

Tenía un presentimiento sobre esto. Pero mi mente lógica lo había negado siempre.

Era imposible. ¿Cómo es posible que esa frágil niña sobreviviera después de perder toda su magia?

Tal vez ese demonio, la ayudó en esto y… … No.

Hay muchas condiciones necesarias antes de poder formar un contrato demoníaco. Incluso si el demonio se encontrara deseando hacerlo, Shuria no podría haber forjado un contrato tal y como estaba.

Y un demonio no puede hacer nada por nadie a menos que se estipule a través de un contrato de este tipo. Conclusión: el demonio no la estaba ayudando.

Lo que implicaba que el demonio no habría tomado su alma.

Pero la realidad era que Shuria estaba viva, e incluso había tenido el descaro de desafiarme.

(No, eso no importa ahora. ¡Necesito encontrar a Sori primero y…!)

“… Llama a Ronbert”

Al cabo de un rato, apareció ante mí un hombre corpulento con un aire bastante vulgar.

“¿Llamó usted, señorita?”

Entre los militares de nuestra tierra, tenía 50 personas bajo mi control directo. Una unidad de Fuerzas Especiales, por así decirlo, que se encargaba del trabajo sucio.

Estos hombres eran elegidos entre mercenarios y aventureros retirados que tenían experiencia previa en la guerra, y todos eran adeptos hasta cierto punto y herramientas convenientes para situaciones estrechas.

Los utilizaba para eliminar a la gente que resultaría molesta para mi investigación, y también a los que fisgoneaban en mis asuntos. También los utilicé para eliminar del mapa el antiguo pueblo de Shuria.

Funcionaban lo suficientemente bien, siempre que proporcionara el oro, y eran especialmente útiles para emergencias como la de hoy.

“Ronbert, tengo un trabajo para ti”

“Sí, sí, y sobre la paga…”

“No tienes que preocuparte, tengo 1 oro por cada hombre que tengas. Ahora rápido, ve a por todos ellos”

“¿Todos?”

Los ojos de Ronbert se abrieron con sorpresa.

La mayoría de los trabajos sucios no requerían reunir a todos, los trabajos de asesinato necesitaban 5, 6 de ellos como máximo. Todas las demás veces, se empleaban como mi red de inteligencia.

Pero a pesar de que sabía que mis acciones podían ser calificadas de exageradas, no estaba en condiciones de considerar la posibilidad de molestarse.

“En efecto, todos ellos. Este trabajo no será el típico asesinato. Sori ha sido secuestrada, tenemos que recuperarla”

“¿Por qué nosotros entonces? ¿No puedes hacer que el cuerpo de guardia te ayude con eso?”

“Si lo hiciera, no podría matar a esos malhechores en ese mismo momento, ¿verdad? Si pudiera, los desgarraría miembro por miembro”.

Respondí con una mirada de ojos estrechos, maná denso exudando de mí como si estuviera estimulado por mi furia.

“Prepara el equipo más fuerte posible. Para esta noche”

“Entendido, señorita”

Ronbert, que ahora mostraba el mejor ejemplo de la frase “el silencio es oro”, salió de la habitación.

Ahora solo, pensé en mis objetivos.

“… … …”

No sabía demasiado.

Por qué estaba viva Shuria. Qué eran esos sueños.

Sin duda los dos estaban relacionados, pero Sori había actuado perfectamente normal incluso ayer. Incluso me aseguré de que no hubiera ninguna señal de la supuesta tortura.

Fuera, todavía era mediodía.

Con varios sentimientos carcomidos, me preparé cuidadosamente para masacrar a la captora de Sori, que según creo es Shuria, y a cualquiera que esté relacionado con ella.

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Totalmente equipado y listo para la acción, yo, junto con mis fuerzas especiales, nos reunimos en el camino fuera de la puerta oriental.

La tapadera sería que estábamos llevando a cabo un ejercicio militar en el bosque más al este. Como se había informado de la aparición de Redcaps en la zona, además de un número de cadáveres de monstruos mutilados, ya se hablaba de que podría haber surgido un poderoso irregular.

Dado que íbamos a enfrentarnos a un peligro desconocido de tal nivel, nadie debería encontrar ningún fallo en que todos los miembros del cuerpo de subyugación estuvieran equipados con la armadura completa más fuerte disponible.

Algún tiempo después, algo se acercó a nuestra ubicación.

“Ese es el…”

Era el mismo peluche que había desaparecido de mi casa tan repentinamente como había dejado aquella ominosa carta. Llegó a paso de tortuga desde el camino hacia el noreste que conducía al mencionado bosque.

“Khshishi”

Se detuvo a cierta distancia, y nos hizo una señal burlona con un dedo, antes de salir corriendo.

“Persíguelo”

“Aye”

Corrimos tras el maldito muñeco.

Sentí que el aire pinchaba como agujas en la piel de mi cara. Pero esto era menos el clima y más mi absoluta falta de calma que debía reflejarse claramente en mi cara y expresión.

No teníamos ni idea de la fuerza del enemigo, y además teníamos un importante rehén en contra nuestra. Por si fuera poco, de repente apareció un muñeco que se movía solo y que podía ser o no una nueva raza de monstruos.

Mis tratos con el inframundo me habían enseñado que la muerte estaba estrechamente ligada a la cantidad de información que se tenía, y por ello había advertido a las tropas que estuvieran en guardia ante un ataque sorpresa desde cualquier lugar.

Llegamos al bosque, y nos adentramos en él durante una hora más. Allí, los vimos.

“Buenas noches, Yumis nee-sama. Y también al resto de ustedes, caballeros, bienvenidos a este maravilloso espectáculo”

Una voz, clara como una campana.

Al igual que el horizonte separaba la tierra del cielo, el bosque dio paso de repente a un gran plano circular, cuya superficie no tenía ni hierba ni maleza, como si proclamara su designación como campo de batalla.

En el centro de esta arena, había un árbol marchito sin hojas y sobre una gruesa rama de ese árbol se sentaban 3 individuos.

Uno de ellos era una niña. Su pelo plateado se mecía con el viento nocturno y llevaba algo parecido a un vestido negro de una sola pieza. Era esa niña de sonrisa siniestra la que había hablado.

“Shuria… ¿Eres Shuria?”

“Eso soy, Yumis nee-sama. Parece que no he muerto del todo, y he renacido maravillosamente como puedes ver”

kusukusu”, se rió la niña, muy distinta a la que yo había conocido.

Su expresión querubínica y el aire distinto que la rodeaba la hacían parecer una completa desconocida.

Sus rasgos faciales y su voz me habían parecido familiares, pero al verla ahora en persona, me di cuenta de que también habían cambiado ligeramente.

La forma en que miraba bajo esta noche de luna, con un dedo en los labios para enfatizar sus palabras, parecía exudar un encanto como el de un súcubo.

No tenía ni una pizca de su anterior inocencia brillante en esos ojos.

“Qué luna azul tan clara tenemos esta noche. Pero terminemos aquí el intermedio, podremos disfrutar de la luna en otra ocasión. Pero debo admitir que el rojo de la sangre irá espléndidamente con el cielo cobalto de esta noche”

Sentí un fuerte escalofrío, como si una lengua de hielo me lamiera la nuca.

Shuria bajó de un salto y los otros dos le siguieron.

Y justo cuando lo hicieron, el árbol ya marchito se desmoronó en la tierra como si su tiempo se hubiera acelerado muchas veces.

“Khshishi”

“Muchas gracias por guiarlos, Teddy”

Concluido su deber, el oso de peluche, que parecía reconocer a Shuria como su maestro, trotó hacia ella. Mi supuesta media hermana procedió entonces a acariciar suavemente la cabeza del muñeco.

“Los otros dos, me parecieron familiares, son los mismos que conocí fuera de la ciudad, los que estaban en la batalla con ese Blackorc, ¿no es así?”

“¿Oh? Así que nos recuerdas. Aquí pensé que no se molestaría”

“Pensé que su inteligencia era la de un gusano de bolsa, pero su memoria es un poco mejor parece”

“… … Maldita basura, parece que conversar no tiene sentido. Devuélveme a Sori, ahora”

El chico de pelo negro y la chica beastkin se reían.

Debían ser los tontos que habían acudido en ayuda de Shuria. Antes tenían pinta de guerreros y se enfrentaban a un Blackorc ellos dos solos. Dejando a un lado a la cambiada Shuria, no debo tomarlos a la ligera. Ahora poseía una magia tan superior que no veía la forma de perder.

“Oh, por supuesto. Haré que la traigan inmediatamente. Kitty, puedes venir ahora”

Con dos fuertes palmadas de su mano, lo que apareció del bosque al otro lado fue el peluche de gato que una vez había comprado para Shuria. El cuchillo y el tenedor ya no estaban en sus manos, sino pegados a su costado, y su pequeña mano ahora tiraba de una cadena.

“Nishishishishi”

“¡¡Urk, ahh!!”

“¡¡SORI!!”

Mi querida Sori se arrastró a cuatro patas detrás del muñeco felino. Sus ropas estaban desgarradas por todas partes y sus extremidades atadas con gruesos grilletes de metal.

Llevaba en el cuello un collar de cuero, como los que se usan en los animales sin adiestrar, que se enlazaba con la cadena que sujetaba la felina.

“Kitty, puedes dejarla ir”

“Nishish”

“¿Aiee?”

Después de soltar la cadena del cuello, el gato utilizó su cuchillo para cortar las cadenas de los grilletes que ataban las extremidades de Sori.

“Ve con tu maestro ahora, cebo”

“Eh, ah”

Como si estuviera obligada por la orden de Shuria, la vacilante Sori caminó lentamente hacia mí.

Y después de un momento, como si no pudiera soportar sus emociones, Sori vino ahora corriendo, con lágrimas alrededor de sus ojos.

“¡Yumis-sama, Yumis-samaaa!”

“¡Soriii!”

Recibí a mi desgastada y harapienta Sori en mis brazos tan suavemente como pude.

“Ah, ahh, Sori, has adelgazado tanto…”

¡No, esta no era mi Sori!!

“¡Señorita! ¡Aléjate de ella!”

En ese instante, pude ver a Ronbert, que había estado a mi lado, sacar su espada.

Cuando la palabra Trampa surgió en mi mente, inmediatamente hice por apartar a esa cosa que pretendía ser Sori, pero llegué un momento tarde.

“¡¡Kshishishi!!”

Aquel falso Sori había sacado una pequeña daga multicolor con el símbolo 8 tallado en ella, y además me la había clavado, mientras se mofaba de mí, torciendo el hermoso rostro de Sori en una burda sonrisa.

Aquella risa sonaba extrañamente similar a la de aquella criatura de peluche.

“¡Uhh!”

Una vez que salté hacia atrás, alejándome del falso que no mostraba más reacción, Ronbert le cortó el brazo.

“¡Roar, oh espíritu del viento, relámpago!”

“¡¡Kshishijjijii!!”

Acabé con el doppelganger con mi rayo verde que hizo que la criatura estallara en niebla, sin dejar ni siquiera un cadáver.

“Ah, así que sí viste a través del disfraz, sólo que la apariencia era la misma después de todo”

Shuria dijo sin inmutarse mientras ponía otra sonrisa deformada.

“Kusukusu, okey, ¿estamos todos listos para el evento principal? No soy el único que va a actuar esta noche”

Contuve la rabia pura que hervía en mi interior por el hecho de que habían utilizado la apariencia de Sori como medio para engañarme, y saqué la daga que me apuñalaba.

Aquella pequeña espada también desapareció en la niebla.

“¿Qué han…?”

Qué me habían hecho, no pude terminar de preguntar.

“¡¡Ugh, Aa AAHH!! Mi, cabeza…”

Un tremendo volumen de recuerdos extraños se grabó en mi cerebro. Sentía como si algo fluyera directamente dentro de mi cabeza. No, no era mi cabeza la que estaba siendo manipulada, era mi propia alma. Las cosas se estaban convirtiendo en un desorden desordenado dentro de mí, mientras sentía que lo que parecía ser una parte de mi alma era sobrescrita.

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Veamos. ¿Funcionó?

Estaba intentando algo completamente nuevo y no probado, y honestamente ni siquiera sabía si era posible. Simplemente se me ocurrió una idea y me puse a ello, y si no funcionaba, tampoco pasaba nada.

Si hubiera tenido esta idea un poco antes, podría haberla usado con Barkus y sus matones, perdí una buena oportunidad allí.

“¡Eh, señorita! Malditos bastardos, ¡qué le habéis hecho!”

El tipo grande que parecía ser el jefe del ejército personal de Yumis gritó.

“Meh, sólo conseguí que recordara algunas cosas”

Había hecho apuñalar a Yumis con un 【Eight Eyed Bookblade of Transparency】 que llené previamente con todo el maná que pude meter dentro.

El 【Eight Eyed Bookblade of Transparency】 tenía la capacidad de leer el estado del objetivo y registrarlo.

Entonces, ¿Qué era ese “estado”?

¿De dónde saca esta espada toda esta información?

Definitivamente no es el cuerpo, si el estado viniera del cuerpo, no tendría el nombre del objetivo. Se podría argumentar que el cerebro es la fuente, pero entonces incluso los recién nacidos tenían su propio estado, incluyendo un nombre.

Eso significaba que obtenía esta información del alma.

La cosa llamada alma definitivamente existía en este mundo. Por ejemplo, los espectros, un tipo de muertos vivientes que sólo tenían alma, eran criaturas reales.

Ahora, si el alma almacenaba todos estos datos, entonces lo que el 【Eight Eyed Bookblade of Transparency】 estaba haciendo era copiar esos datos dentro. Entonces, ¿no podría ser posible copiar los datos de Yumis que tenía de mi primera carrera directamente en la actual?

No mira, me di cuenta de que esta interpretación de su poder es demasiado liberal. Pero si funcionaba, ella recordaría lo que me hizo en la 1ª corrida. Si no lo hacía, daba igual.

El objetivo de la misión no cambiaría sin importar el resultado. Era una cuestión de sentimiento. Si se acordaba, entonces gritaría su dolor sabiendo lo que hizo.

Y por lo que parece, el truco funcionó.

“Haah, haah, que, hiciste, a mi, mis, recuerdos…”

“¿Por qué no respondes tú mismo? Deberías saberlo”

“… … Ukei Kaito, el héroe de otro mundo, se supone que has sido ejecutado, espera, ¿tiempo pasado? Pero no son estos mis”

Sus murmullos lo dijeron todo, me reconoció como yo.

“… … … Jaja”

De repente sentí alegría, mucha, extraordinaria alegría.

“¡¡¡AJAJA, AJAJAJAJAJA!!! Aa, … Aa, ahh, AHH!! Estoy tan feliz, taaaan condenadamente feliz de verte, ¿lo sabes, Yumis? La última vez fue cuando me mataron, y ahora por fin podemos hacer ese segundo vals. Levanten las cortinas, levántenlas bien alto, ¡ALTO! ¡El tonto Héroe entra una vez más en el escenario!! Y la Maga se une, ¡le guste o no!”

¿Se sobrescribieron todos los recuerdos, o se guardaron con un nombre diferente?

A quién le importa, seguro que a mí no. Para mí era todo lo mismo.

Ella había vuelto. Eso era lo único que importaba.

“… Me gustaría que te abstuvieras de decir un completo galimatías, pero tal como lo veo, tu objetivo es contrario a mi sueño, ¿no es así?”

“¡¡¡LO ES!!! Y voy a cumplir mi promesa, ¡ahora mismo! ¡Te voy a matar! ¡Los mataré a todos! ¡Empezando por ti, Yumiss! Te enviaré a las fosas de la desesperación, la desolación y el desvarío, me aseguraré de que mueras, ¡dolorosamente!”