Nidome no Yuusha - Capítulo 133

Capítulo 133: Epílogo 1

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Epílogo

「Maestro, he vuelto.」

「Sí, bienvenido.」「Bienvenido de nuevo.」

Cuando había regresado al lado del Maestro después de haber dejado la aldea en su estado, el interior de la pequeña cabaña donde él esperaba había sido rehecho con el poder「Lujuria」. El lugar donde normalmente estaría el suelo ahora mostraba los alrededores visibles de la aldea de Kikitto, se sentía como si estuviéramos parados en el aire.

Los dos que me recibieron con sonrisas afectuosas en sus rostros fueron Shuria y el Maestro.

La niña「Lujuria」 estaba encima del hombre gigante「Pereza」, jugando con su ropa, ya que se había tumbado en el suelo junto a los cuerpos inconscientes de Leone-san y sus otros compañeros.

「Bien, bien. Y ahora la orientación se ha completado. Con esto, un grupo que viene de la ciudad debe ser capaz de recoger a los niños que fueron separados.」(Shuria)

「Así que este es el poder de la caja『Lujuria』 tiene…, increíble. 」(Minnalis)

Parece que lo que se está mostrando aquí se ha sincronizado con lo que realmente está sucediendo en tiempo real, por lo que con un simple gesto, Shuria podría alejar a los monstruos del bosque, segar árboles y obstaculizar a las personas que han tratado de llegar a este pueblo.

Gracias a eso en el lapso de esos tres días pude disfrutar de mi venganza sin interrupciones.

Aunque tiene grandes efectos secundarios tras su uso, el poder de『Lujuria』 permitía al usuario establecer libremente las reglas del espacio dentro de la caja.

Según el Maestro, en comparación con las otras Espadas del Pecado Mortal, los requisitos para activar el poder 『Lujuria』tenían que ser más fáciles de cumplir, que sólo requerían una cierta cantidad de sangre dependiendo del estado de ánimo『Lujuria』que se tuviera en ese momento.

El poder de 『Indolencia』 tenía la suficiente fuerza como para ser llamado injusto.

Aunque utilizaba armas malditas como pago, la habilidad de 「Indolencia」 permitía establecer un campo especial llamado taller, para el que se podía elegir libremente cualquier influencia que debiera rechazar. A diferencia de la habilidad 「Lujuria」, que podía ser resistida hasta cierto punto, ésta es imposible de resistir incluso para ese Dragón Maligno.

De todos modos, la serie de Pecados Mortales del Maestro tiene una fuerza que rompe las reglas.

「Minnalis, ¿te has divertido?」

「Sí, ahora lo único que queda es salir de aquí.」

Diciendo eso, camino hacia Leone-san.

Todavía queda una última limpieza por hacer.

「Con esto, realmente habrá terminado. Adiós, Leone-san.」

Saqué un cuchillo de mi bolsillo y procedí a blandirlo contra Leone-san. Momentos antes de que el cuchillo lograra atravesar su cuello…

「…¿Qué significa esto, Maestro?」

「Hey, no puedo permitir que mis cómplices hagan tonterías. Por supuesto, te detendría.」

La mano del Maestro lo había detenido en seco.

「¿Cosas tontas?　 ¿Por qué?　 Ellos son nuestros enemigos. Nos ocultaron este pueblo. 『Sin mentir』 era una condición en el contrato. Si no lo hubiéramos notado, esta venganza de tres días no habría ocurrido. Ella me estaba engañando」.

「Bueno, dejando de lado los tratos turbios bajo intimidación, en realidad nunca había participado en negociaciones de contratos adecuados. Dejar una laguna en el contrato fue completamente mi error.」

Gota a gota, la sangre goteaba de la mano del Maestro.

「¡Entonces por qué me detuviste!! ¡Leone-san y su grupo son nuestros enemigos! ¡Se interpusieron en el camino de mi venganza!　¡Tenemos que matarlos, debemos matarlos! 」

「…Entonces que con esa cara y manos temblorosas, idiota.」

¡「!　 Ah…」

En contra de mi voluntad, El cuchillo fue arrebatado de mis manos y ahora se movía por el suelo, sus cascabeles perturbando el silencio después de haber sido alejado.

Como si aquel cuchillo cortara las cuerdas que controlaban mi cuerpo, mis fuerzas me abandonaron de golpe.

「YO, YO…」

Por alguna razón, las lágrimas corrían por mis mejillas.

Pero, es extraño.

「Escucha, Minnalis. La venganza ha terminado. En otras palabras, ahora no pueden obstruirnos. No tenemos ninguna razón para matarlos.」(kaito)

「¡Pero, pero!!」(minnalis)

Pero son enemigos. Debemos matarlos.

「Son idiotas que se contuvieron incluso cuando trataron de impedir tu venganza. El hecho de que no sean justos y tengan las manos limpias sólo aumenta mi evaluación de ellos.」(kaito)

「Pero…, ¡aún así!!」(minnalis)

Son enemigos.

Mis manos estaban temblando, ¿fue porque pensé que no quería matarlos?

「Son enemigos… Hay que matar a los enemigos, hay que…」(minnalis)

「Realmente, tan deslumbrantemente bueno. Si tu malicia es tan escasa me desprendería hasta de pensar.」

¡¡¡Yo sabía que estás preocupado por mí, lo sabía mucho, pero a los enemigos hay que matarlos!!!

Incluso así, no hay manera de evitarlo. ¡Son nuestros enemigos!

「¡Minnalis!! 」

Pam, un sonido agudo resonó dentro de la habitación de otro mundo.

Con las dos manos, el Maestro me agarró violentamente la cabeza que balanceaba en señal de protesta.

「Okay, escucha bien. Si quieres matarlos, adelante, pero ¡qué clase de idiotez es matar a alguien que no quieres matar! 」

El amo no me dejó escapar de sus garras, por mucho que me retorciera para liberarme.

「Yo, desde el primer círculo, no pude hacerlo. Sin saber lo que debía hacer, lo que quería hacer, como resultado puse las manos sobre la persona más preciada para mí. Lo pensé una y otra vez, ¿realmente no había otra manera, está bien que viva después de cometer tal error.」(kaito)

Con una expresión agria en su rostro, el Maestro cierra los ojos.

「Pero no tienes que pasar por eso también. Si vas a matar, no dudes. Si dudas, no mates.」

Sin apartar la mirada de mí ni un segundo, el Maestro siguió hablando.

「Minnalis, está bien que te detengas. Tu venganza contra los que destruyeron tu mundo ha terminado.」

Esas palabras fueron el último golpe.

「……」Es injusto. Si me dices eso, no podré matarlos.」

「Es justo lo que pienso. Eres mucho mejor que yo durante mi primera vez.」

Encogiéndose de hombros, el Maestro esboza una sonrisa irónica.

Contemplo lo injusto que ha sido todo mientras las últimas fuerzas abandonan mi cuerpo, dejándome sin voluntad de acción.

「Por favor, Kaito-san… Abrázame fuerte. Lo suficientemente fuerte como para romperme. Por favor. Acaricia mi pelo, acaricia mis mejillas… Por favor, dime qué he hecho bien. Dime lo que soy valioso para ti.」(minnalis)

「Sí, por supuesto. Eres mi preciosa cómplice. Lo hiciste bien. Fue una buena venganza. Así que, ahora está bien llorar sin contenerse.」(kaito)

「¡Waaah, Uuaaaaaaaaah!!　 Aaaaaaaah!!!」(minnalis)

Las lágrimas y los sollozos estallaron sin control, como si alguna barrera se hubiera roto dentro de mí.

Mi mente, mi cuerpo, y todas mis emociones, se movían por sí solas sin ninguna contención.

Aferrándome al Maestro, lo único que puedo hacer es llorar como un bebé.

「Demonios, eres tan…」(kaito)

「Finalmente, bajas la guardia.」(¿?)

「¿Qué, Guah?!」(kaito)

「….Eh?」(minnalis)

Una silueta apareció como si se deslizara desde las sombras y golpeó al maestro con dos dagas que goteaban veneno.

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Mientras poníamos fin a una venganza, el estado en que se encontraba mi mente sólo podía describirse como descuidado.

Esa presencia era similar a la de una serpiente que se acerca.

Anunciado por un dolor agudo, el veneno comienza a extenderse simultáneamente desde ambas cuchillas clavadas en mis hombros.

¡「¿Heehyaa?!　 No, no he terminado de jugar.」(Lujuria)

「Haa, qué lata, qué maldita lata.」(Pereza)

Debido a los efectos del veneno, Lujuria y Pereza volvieron dentro de mí contra mi voluntad.

Al mismo tiempo, la caja de Lujuria se disipa, volviendo el entorno a como era originalmente el interior de la pequeña cabaña.

Este veneno, ¿podría ser el “Cursed Poison of the Holy Chalice”?　¡M%$rda, m%$rda, m%$rda, m%$rda!

「Gordes…, eres… Guha…」(kaito)

Mientras las dos Swords of Mortal Sin regresan a mi interior, la Maldición de la Santa Doncella me envuelve.

La sangre brota de todo mi cuerpo como si estuviera picado y un dolor similar al estupor se ha extendido sobre él.

Parece que junto con el 『Cursed Poison of the Holy Chalice』que inhabilita las habilidades inherentes, también se utilizó un veneno paralizante. Y debido al efecto secundario de 「Lujuria」, que desactiva todas las resistencias del usuario a los efectos de estado anormales, el veneno se estaba extendiendo aún más rápido.

「Hoho, qué, también sabías de mí? De todos modos, eso es un error garrafal. Para contraatacar en esa situación, mons…」(gordes)

El cuerpo de Gordes se desplomó después de que yo contraatacara con mi『Soul Sword of the Beginning』a travesando justo en su corazón.

Pero la crisis sólo se acercaba. El hecho de que usara『Cursed Poison of the Holy Chalice』seguramente significaba que…

「¡Maestro!!」(minnalis)

「¿Kaito-sama?!」(shuria)

¡¡No bajes la guardia!! ¡¡¡Prepárate!!! (kaito)

Levanto la voz para advertir al dúo de flustering, pero fue en vano.

「『Water Torrent・Avalanche』,『Water Prison・Ocean Depths』」

「¿Qué, Uguuh?」「Hya, Ah, Gu?」

Una violenta corriente de agua rugió al chocar con una pared de la cabaña y la arrastró y en poco tiempo rodeó a Minnalis y Shuria como una cáscara de huevo, reteniéndolos.

「¡Esta técnica…!! Meteria, ¡¡¡qué haces aquí!!! 」(kaito)

「Ufufu, Aaah, por fin nos encontramos. Kaito-sama.」(meteria)

Desde las profundidades del bosque, escuché una voz parecida a la de una campana que suena, una voz pura que recuerda al agua que fluye.

Lentamente, apareció una figura de cabello azul claro, que a pesar de tener rasgos muy femeninos estaba rodeada de un aura de pureza que no permitía a nadie sospechar ninguna obscenidad de ella. Una mujer de la que se decía que tenía un talento sobresaliente incluso en comparación con sus predecesoras.

Vestida con un traje de sacerdotisa blanco, con una cabeza de báculo que recordaba a un cielo estrellado, un báculo de porcelana blanca alabado por su poder mágico surgido estaba en sus manos, era la Santa, Meteria Lorelia.

「Aah, ha tardado tanto. Para llegar a este punto, realmente tomó tanto tiempo. 」(meteria)

Diciendo emocionada, muestra una sonrisa capaz de cautivar a cualquiera.

「Ahora, Kaito-sama. Restablezcamos la historia que se ha extraviado. Por el bien de la historia que realmente debía ser contada.」(meteria)